29 octubre 2006

La prensa libre.

El teletexto de la TVE es una manera fácil y breve de enterarse de lo que ha pasado ese día en España y en el mundo.
Y al mismo tiempo es todo un modelo de manipulación de la información. Veamos, por ejemplo, qué ha pasado en Palestina:

"9 palestinos han muerto en enfrentamientos
con el ejército israelí en Gaza y Cisjordania.
Dos de ellos son milicianos del Movimiento
de Resistencia Islámica, Hamas, que rechaza
los acuerdos con Israel y no reconoce la
existencia del Estado Hebreo".

Una joya.
De 6 líneas se dedican 2 a la información de los hechos, -es un decir- y 4 a explicarnos qué es Hamas.
Hay 2 opciones: o la información proviene directamente del propio ejército israelí y, para completar, el becario nuevo que redacta las noticias ha copiado la definición "oficial" de Hamas; o bien se tergiversa a propósito lo ocurrido para que el lector medio tenga la imagen que se desea, a saber, que un estado democrático se ve obligado a matar a terroristas fanáticos con los que no se puede hablar.

Volviendo a la noticia: "2 de ellos son milicianos de Hamas": ¿Quién lo dice? ¿Está contrastado? ¿"Según el ejército israelí" son milicianos de Hamas? ¿Son "supuestos" milicianos de Hamas?

Por otro lado, si 2 de ellos son supuestos milicianos de Hamas, ¿qué son los otros 7, es decir, la gran mayoría de los muertos? Yo imagino que son civiles, sin nombre, edad, estado civil o profesión. Así que vamos a decir que son "supuestos civiles".

Bueno, 9 palestinos han "muerto" ("Morir" es un verbo poco específico cuando se trata de violencia; no es lo mismo "perecer", "morir", "perder la vida", "ser asesinado", "ser ejecutado", "asesinar", "ejecutar", "matar", "resultar muerto", "pasar a mejor vida", etc. Y no es lo mismo la frase activa que la pasiva, ¿verdad?, no es lo mismo decir que "el ejército israelí ha "matado" -ponga usted el verbo que quiera, o que quiera su jefe- a 9 palestinos", que decir que "9 palestinos han muerto por..."; porque en el primer caso "el ejército israelí" es el sujeto activo, el que mata, y en el segundo los 9 palestinos son el sujeto, paciente, sufriente, pero sujeto al fin y al cabo. Y el lenguaje configura el pensamiento).

¿Y cómo han muerto o fallecido estos 9 palestinos anónimos? Pues "en enfrentamientos con el ejército israelí". Esto es muy importante, porque ya sabemos por las pelis estadounidenses que los buenos disparan después; el malo ataca primero, pero falla, y el bueno después se defiende, y el malo "resulta muerto".
Así que deducimos que no se trataba de un ataque israelí sino de un "enfrentamiento".
Yo me pregunto si los 2 supuestos milicianos se enfrentaban al ejército israelí y los 7 civiles pasaban por allí o si, por el contrario, también los civiles se "enfrentaban".

Por último, me encanta la definición que se hace de Hamas. Hamas es un grupo "que rechaza los acuerdos con Israel". Cuando leemos esto, ¿qué otra cosa podemos pensar sino que Israel propone acuerdos a Hamas y éste los rechaza? Muy bonito, salvo que la realidad es lo contrario: Israel no reconoce al gobierno de Hamas, lo considera un grupo terrorista, lo somete a embargo económico y a aislamiento internacional, secuestra a sus ministros y asesina a sus miembros.

Por no hablar de cómo el texto acepta la denominación étnica de Israel como "Estado Hebreo", denominación que excluye a la mayoría de sus ciudadanos y en especial a los palestinos israelíes.

Pero lo más grave es definir a Hamas solamente por su oposición a Israel. Porque, aunque al becario se le haya olvidado o no lo sepa, Hamas es el representante legítimo del pueblo palestino, puesto que ganó las últimas elecciones democráticas en Palestina, elecciones que fueron reconocidas como válidas por los observadores internacionales.
Otra cosa es que Estados Unidos, Israel y sus colegas o súbditos no lo acepten a causa del poco respeto que muestran por la democracia "de los otros".
A mí tampoco me gusta Hamas pero considero que el resultado de una elección democrática hay que respetarlo, te guste o no. Y de ahí, reconocer que el actual representante legal de Palestina es Hamas.

Desgraciadamente, ya estamos acostumbrados a leer y escuchar lo que pasa en ciertos lugares a través del lenguaje deformante y manipulador de los medios de comunicación, "supuestos" representantes de la prensa libre.

Imaginemos que alguien hubiese redactado esa noticia así:
"El ejército israelí asesina a 9 civiles palestinos en ataques en Gaza y Cisjordania. Según fuentes israelíes, 2 de ellos serían miembros de Hamas, el partido islamista perseguido por Israel. Hay que recordar que Hamas fue el vencedor de las últimas elecciones democráticas celebradas en Palestina pero que Israel no lo reconoce y lo considera un grupo terrorista. En lo que va de año Israel ha secuestrado a ... miembros de Hamas y ha matado a otros...".

Es sólo un ejemplo, pero al autor de esta noticia se le acusaría por lo menos de "antisemita" y, como están las cosas, puede que incluso de apología del terrorismo.
Y digo "como están las cosas", porque en la última clasificación de países según el grado de libertad de prensa, Estados Unidos, que lleva años retrocediendo, aparece en el puesto 53.
No hay más que decir.

Y ahora, como práctica de "análisis de manipulación informativa", propongo esta otra noticia del 28 de octubre, aparecida en el teletexto suizo de TV5, el canal internacional francófono.
En el teletexto español ni siquiera aparecía la noticia.
Y pido perdón por la horrorosa frase pasiva de la primera línea, que chirría en los oídos; se trata de una traducción literal que considero significativa.
El texto no tiene desperdicio:
"Tres palestinos "han sido matados" por soldados israelíes en operaciones contra activistas el viernes cerca de Jenine, en el norte de Cisjordania. Este sector es uno de los feudos de grupos armados palestinos".

22 octubre 2006

El caos feliz.

En la calle principal del Zoco Al-Hamidieh masas de gente pululan en ambas direcciones, sin prisa, parándose y cambiando de dirección, sin disciplina.
Y pensaba que en Europa, - claro, la gente tiene más prisa-, ya se habrían habilitado 2 sentidos obligatorios: a la derecha para ir, a la izquierda para venir, como en las escaleras del metro de Madrid.
Al principio se colocarían estrictos carteles de prohibición y amenazantes advertencias de multas para los infractores. Pero allí la gente aprende rápido, se somete sin pensarlo. Lo que al principio prohibe la autoridad muy pronto pasa a los cerebros y se considera "natural". Y todos nos convertimos en policías ante los rebeldes.
Y cuando algún despistado o antisocial pretendiera venir por el lado de ir, todos nosotros, buenos ciudadanos, lo miraríamos con indignación y pensaríamos que con esa gentuza habría que hacer algo para que escarmentara.
En fin, me gusta pasear sin prisa por el zoco y chocarme con la gente que no respeta los carriles.
Me gusta que no existan los carriles.

Las camisetas de Damasco.

En Damasco se pueden encontrar camisetas surrealistas; ayer vi una en español que decía: "Originario del peor barrio del mundo".
Otras del Sheij Nasrallah, lider del Hizbullah libanés, acompañado del presidente sirio, o de una niña que reza o de dos guardaespaldas a los lados...
Y un seguidor de Ronaldinho llavaba una, un poco pirata, que decía: BARCALONA.
Hoy, un chico que vendía calzoncillos en la calle, tenía puesta una de "Sex and drugs and rock'n'roll", tres cosas bastante difíciles de encontrar en Damasco.
Aunque, quién sabe, las cosas no son casi nunca lo que parecen.

Damasco.

Volver a Damasco es sumergirse en la pureza del mundo árabe, en la hospitalidad de la gente de la calle.
Ya en el autobús un viajero saca un frasco de colonia y se lo pasa al conductor y después a todos los pasajeros.
Y para mí eso es más importante que si el autobús cumple las normas de seguridad o que si alguien está fumando dentro.
En la frontera hay un cartel que dice a los visitantes que ante cualquier problema que tengan en el país al que van a entrar, deben llamar al Ministerio tal, al número de teléfono cual. Y eso también es importante, incluso si nadie respondiera a ese teléfono.
Pasear por las calles aquí en Damasco, como en el Cairo, como en la parte árabe de Jerusalem, es entrar de lleno en el caos, el ruido, los olores, la hospitalidad. Es un tópico pero es verdad.
Y es un placer perderse por los zocos, por el centro, por el barrio del Muhayirin, por el "Zouk al Yumaa" con su mercado en la calle de frutas y verduras y con su mezquita de Ibn-Arabi, el poeta y místico murciano. En realidad toda la ciudad es un zoco.
El tiempo vuela pero la sensación es más dulce, el ritmo es distinto, se cuenta por horas y no por minutos.
Esta ciudad, a diferencia de Beirut, está hecha con tiempo, con siglos. Beirut está hecha con prisa porque siempre se ha destruido y reconstruido.
Las dos son muy diferentes, las dos me gustan.
No es fácil decirlo ahora, cuando la relacion entre los dos países no es buena, cuando hay incomprensión, a veces odio entre los dos vecinos.
Lo siento, pero las dos me gustan.
Y me duele oír a algunos libaneses hablar tan mal de Damasco sin conocerlo, incluso preferir Israel a Siria.
Porque los libaneses no tienen nada en común con Israel y sí muchos muertos e invasiones que reprocharles.
Habrá, espero, otra generación que acerque a los dos pueblos, libanés y sirio, que olvide los problemas políticos y respete a la gente llana, que no confunda una situación y un régimen con las personas.
Porque la comida es la misma y el arak y el café y el arguile y el baile y la hospitalidad.
Y cada una es diferente.
Y las dos me gustan.

Vivaspaña.

Me resulta muy difícil besar en la boca a cualquier partido del E.E. (Estado Español):

Al Partido supuestamente Popular le huele la boca a rancio, una mezcla de cocacola y de cocido español (escrito sin ese, con 3 eñes y sin ele: "epañññó).

Al Partido supuestamente Socialista supuestamente Obrero supuestamente Español de las mil Españas con mil lenguas y mil filosofías, le huele la boca a semen, de tantos años chupándosela a los nacionalistas.

Y a los nacionalistas de todo pelo, raza, lengua y origen mítico, simplemente la boca les huele a cerrado, a pasado de moda, es lógico, es que es un aliento ancestral y el aire se ha renovado poco.

Hay otros, al partido supuestamente de Izquierda supuestamente Unida, no sé a qué le huele la boca, porque no sé dónde están y porque hablan mucho pero tienen la boca muy pequeña, aunque muy adaptable.

Difícil elección a la hora de votar; menos mal que no suelo tener que decidir entre tamañas maravillas porque casi nunca me llegan los papeles a tiempo para hacerlo.

16 octubre 2006

La lluvia.

Las lluvias son como las gentes que viven debajo de ellas; al contacto, se traspasan, lluvias y gentes, sus esencias. Y así cada lluvia pertenece a la gente a la que moja.

A Beirut ha llegado la lluvia como llega siempre, sin avisar, tarde o pronto.

"Bruscamente la tarde se ha aclarado.
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado".

Borges no conocía la lluvia de Beirut, la gente de Beirut. Es una lluvia de presente, aparece en tu vida, te moja hasta los huesos, y se va, y viene el sol picante y parece que nunca hubo lluvia.
Es una lluvia mediterránea, que no sabe esperar, que no tiene futuro ni pasado.
Es una lluvia sin dosificador.
Es lo contrario de la lluvia suave, constante, gris, de mi niñez. Aquella caía seguida, días y días, sin hacer ruido, impregnaba el mundo y era parte del cielo, de la tierra, de la gente.
Esta lluvia beirutí no tiene mesura, cae de golpe y quiere hacer ruido. Golpea la tierra y la gente, inunda las calles, quiere pillarte desprevenido y por eso no avisa.
O quizás no avisa porque ni siquiera ella sabe que llega.
Le gusta la imagen, el ruido, el espectáculo. No es discreta, se ríe al tocar el suelo, y ruge arriba "broummmm", y explota. Y trae luces.
Y luego se va porque es lluvia de presente, da todo de golpe, se vacía y desaparece.
Y sale el sol.
Y cuando vuelve ya es otra. Y es diferente. Y es la misma. La lluvia de Beirut.

13 octubre 2006

Encuentre el gazapo (la pena de muerte).

El 90% de las "ejecuciones" o "asesinatos legales", que de las 2 formas se puede llamar, los llevan a cabo 4 países: China, Irán, Arabia Saudí y Estados Unidos de América.

Pues, nada, es un juego: encuentre el error, lo que no cuadra.

Una pista:
3 de ellos son considerados dictaduras y el otro es el campeón de la democracia.
3 de ellos no respetan los derechos humanos y el cuarto da lecciones sobre ellos.
Uno pertenece al "eje del mal requetemal", otros 2 casi, pero se les perdona porque no molestan y porque o bien tienen 1200 millones de habitantes o bien tienen mucho petróleo. Y el último es el jefe, inspirador y creador del "eje del Bien superbien".

Venga, bueno, otra pista:
En 3 de estos países no existe libertad de prensa y el último tiene la prensa más libre del mundo, mientras diga lo que tiene que decir.
De 3 de ellos la gente quiere escapar (de uno, para vivir mejor; de otro, para ser libre; del otro, para hacer en París o Beirut lo que no está permitido en su país). Pero al cuarto todos quieren ir, tanto que van a construir un muro para evitarlo.

La última pista:
Mientras que 3 de ellos son países cutres y atrasados, el otro es la vanguardia del consumo y la tecnología; la prueba:
- Pena de muerte en China: tiro en la nuca, barato, barato.
- Pena de muerte en Irán: ahorcamiento, tradicional, tradicional.
- Pena de muerte en Arabia Saudí: decapitación con espada, visto y no visto.
- Pena de muerte en Estados Unidos: electrocución con silla eléctrica, tecnológico y moderno.
Ya lo decía Javier Krahe, "la silla eléctrica es americana, funcional".

(Lo malo es que hace falta mucho petróleo para producir electricidad).

Revoluciones, ya te digo.

Dicen los pesimistas que las revoluciones están bien mientras duran y que justo el día en que acaban todo vuelve a la "normalidad", a como era antes; como mucho han cambiado los perros, como poco los mismos perros han cambiado de collar. Hay casos incluso en los que siguen los perros y siguen los collares.

Dicen otros que todas las revoluciones son burguesas porque sólo los ricos tienen tiempo, dinero e influencia para ser revolucionarios. Los otros tienen cosas, si no más importantes, al menos más urgentes que hacer.

Ayer pasé por la tumba de Hariri, el primer ministro libanés asesinado junto a otras 20 personas en un atentado en Beirut hace 607 días, como marcan los calendarios digitales que instalaron por la ciudad entonces y que hoy siguen contando los días.
Hariri mandó construir una mezquita en la Plaza de los Mártires con capacidad, al parecer, para 4000 personas.
Cuando murio aún no estaba terminada, con lo que fue enterrado al lado, en lo que entonces era el parking del Virgin Megastore, ironías del destino. Ahora es un mausoleo; la mezquita está terminada pero ya es tarde.
Detrás de él, en fila y en segunda fila, yacen sus 7 guardaespaldas.
La revolución que empezó con su muerte terminó hace mucho tiempo; desde entonces ha habido incluso una guerra.
En su tumba ya no hay masas indignadas ni cámaras de televisión, sólo alguno que reza o piensa aquello de Jorge Manrique sobre la muerte: "(...) y llegados, son iguales \ los que viven por sus manos\ y los ricos".
A hariri lo sustituyó su hijo; otros volvieron, algunos cambiaron de bando y todo siguió igual.

Hariri cambió de estatus con su muerte: de empresario multimillonario pasó a mártir, de hacer negocios en Arabia Saudí pasó a ser símbolo de los libaneses, de algunos: porque aquella revolución tuvo una contra-revolución, y se hicieron 2 bloques, los 2 que siguen ahora.
La mayoría de los libaneses fue a las manifestaciones de un bando o del otro.
Y después, todo terminó, cada uno se fue a su casa y "aquí paz y después gloria".
Paz no hay aquí, esperemos que haya gloria.

08 octubre 2006

Banadura.

En los ojos del vendedor de fruta se ve el fracaso de su larga vida, suponiendo que haya vidas largas.
A su edad debería estar en casa rodeado de sus nietos, suponiendo que tenga nietos.
En lugar de eso, arrastra su carro por las calles y en las esquinas se para y vocea su mercancía a las ventanas.
Nadie baja. Y él continúa empujando el carro hasta la siguiente esquina, con el pelo revuelto y blanco, sin afeitar, con la camiseta blanca, con los pantalones arremangados.
Cuántas guerras ha vivido.
Se para junto a los chulos de las putas viejas de los clubs decadentes de esta parte de la ciudad. No se miran, no se ven.
No se para delante del hotel Meridian porque allí molesta y porque allí nadie bajará a comprarle "lechugas, patatas...".
Supongamos que todo es culpa suya y de la vida, a partes iguales.
Sigue porque tiene que seguir, empujando su carro, como un castigo de dios mitológico.
Suponiendo que existan los dioses.

(Para Javi)