14 noviembre 2006

El chulo de la clase.

Me llamo José Europa y tengo 10 años y quiero contaros una historia que no entendí.

En mi escuela del condado de Viejayork pasaban cosas muy extrañas.
Yo era un chico sin problemas, mi padre era un comerciante rico que mantenía buenas relaciones con todos los vecinos, aunque su matrimonio de conveniencia no iba del todo bien.
En mi clase, pero en la mesa del fondo, había un niño andrajoso y triste que se llamaba Filisteo.
Y, a su lado, el pequeño Goliath, un niño insoportable, demasiado seguro de sí mismo, que le hacía la vida imposible al flacucho Filisteo.
Decían que los padres de Goliath habían sido perseguidos, que habían sufrido mucho. Por eso las autoridades del condado decidieron darles las mejores tierras entre las propiedades de la familia Filisteo.
Así que los dos niños estaban condenados a ser vecinos. Yo no entendía que el condado diera las tierras de otro a una familia en lugar de utilizar los terrenos comunales.
Goliath era de un pretencioso insufrible; cuando le preguntaba cómo había llegado su familia a esa situación económica tan próspera, respondía que Dios les había dado sus fértiles tierras, que siempre les habían pertenecido, que su padre decía que estaba escrito en la biblia.
Goliath pegaba a Filisteo en los recreos y, a veces, los profesores lo veían y miraban hacia otro lado, o como mucho, decían en voz baja "Ay, ay, ay, este chico".
Cuando las palizas eran brutales, los profesores los llamaban y, poniendo carita de justos, exclamaban: "Tenéis que dejar de agrediros mutuamente, chicos".
Pero yo oía que a Goliath, a solas, le comentaban: "Te entendemos, Goli, tienes derecho a defenderte de los ataques de Filisteo, pero, bueno, ten cuidado, que luego sus padres adoptivos y otros vecinos se quejan un poco".
Y Goliath respondía: "Pues que se vaya. Que se vaya de mis tierras, que se vaya de mi escuela, que se vaya del condado".

Yo no entendía nada al principio, excepto que la familia Goliath tenía excelentes relaciones con el sherif del condado, un individuo violento y sin escrupulos llamado Sam Faquin.
Su hijo, Sam Faquin junior, también iba a la escuela con nosotros: era un crío gigantón, con aires de granjero, sonriente pero brutal. Tenía atemorizada a toda la clase, especialmente a los que intentaban resistirle. Sam Faquin era el jefe de un grupo de niños ricos: algunos eran amigos de su familia y otros simplemente se arrimaban a él para no tener problemas.
Porque Sam Faquin tenía una frase favorita: "O estás conmigo o estás contra mí".
Goliath y Faquin habían hecho un pacto de sangre.
Y se veía, porque cuando Goliath maltrataba a Filisteo, el gigantón se ponía delante para impedir que nadie interviniera; y si alguien miraba la paliza Sam lo agarraba y decía: "¿Qué estás mirando tú, eh? ¿Ves que Goliath se está defendiendo, no?"
Los otros niños callaban y desaparecían.
¿Y qué podían hacer ellos si los propios padres adoptivos de Filisteo no lo defendían? ¿Si mi padre también callaba cuando yo le contaba las barbaridades? ¿Si los profesores, tan justos ellos, miraban con una pequeña mueca hacia otro lado?
Pero muchos niños estábamos cansados de los abusos de Goliath y de la prepotencia de Sam.
¿Y qué podíamos hacer nosotros?

Se me ocurrió una cosa, me daba tanta pena Filisteo.
Sam Faquin siempre hablaba de la democracia, decía que era algo muy dentro de su familia, que su abuelo la había inventado, que su padre, el sherif, la defendía a toda costa y que tenía la pistola para matar a los malos que no respetaran la democracia.
Y que la democracia consistía en que la mayoría decidía las cosas justas.
Entonces un día nos reunimos los 16 niños de la clase en el patio y yo dije:
"Las palizas de Goliath a Filisteo están mal, porque Filisteo es pequeño y flaco. Entonces tenemos que hacer como dice el padre de Sam Faquin. Tenemos que decir que esto no es justo. Y si lo pensamos la mayoría, Goliath no debe...no debería..., podemos recomendarle que deje de hacerlo.... si quiere, claro.... que no lo haga tanto o tan fuerte".
Yo me había puesto nervioso porque Sam faquin me estaba mirando con los brazos cruzados y su aspecto de matón. Ponía cara de sospechar que yo no era bueno, o algo así, y tuve miedo de que la tomara conmigo. Y recordé que el propio Sam le daba los palos a Goliath para que le pegara a Filisteo.
Pero Sam no dijo nada.
Y entonces votamos: "Los que estén contra las palizas, que levanten la mano".
De los 16 niños, 10 la levantamos tímidamente, mirando a Sam de reojo pero orgullosos de hacer algo "justo" y de jugar a la democracia.
Otros 4 niños se quedaron inmóviles, o por no buscarse problemas con los fuertes o por quedar bien con ellos o por pura apatía.
Quedaban Sam Faquin y el propio Goliath.
Yo pensé: "Éste no debería votar. ¿Por qué está aquí?"
Goliath se puso rojo de bíblica ira y nos gritó:
"Primero, que dice mi padre que nos odiáis por nuestra religión y porque nos tenéis envidia" -Todos nos miramos sorprendidos, qué tenía que ver la religión con aquello-
"Y segundo, que dice mi padre que nos estamos defendiendo. Y además a mi padre también le dieron muchas palizas en otro país, así que tenemos derecho. Y tenemos la moral, y la tierra es nuestra, y Filisteo es un asqueroso y vosotros sois unos asquerosos y no pienso haceros caso".
Sam Faquin se interpuso, nos señaló con el dedo y habló muy alto:
"En este condado tenemos una lucha por la libertad.
Estamos orgullosos de nuestro modo de vida.
El que no lo acepta como el mejor, es una amenaza. Y nosotros no aceptamos amenazas.
Vosotros no sois patriotas, mi padre os llamaría "terrorísticos".
Las cosas van a seguir como están. Dios nos ama y nos bendice. El que no está conmigo está contra mí.
Mi voto es...que Goliath tiene razón y vamos a apoyarle... todos, ¿entendido?
Y mi voto vale más que el de todos vosotros juntos: porque mi abuelo inventó la democracia, ¿vale?, es mía y hago lo que quiero con ella.
Y además porque soy más fuerte y no me gusta que me lleven la contraria,
Yo creo en la Democracia y en Dios y en el Bien. Amén".

Agarró a Goliath por el hombro, como un padre, y se fueron.
Y los demás salimos corriendo cada uno por un lado, no fuera a ser que volvieran con los palos.


11 de Noviembre de 2006.
En la ONU se vota una resolución de condena de la ofensiva israelí en Gaza, que ha "producido" más de 50 muertos palestinos.
Resultado de la votación:

-10 VOTOS A FAVOR DE LA RESOLUCIÓN
-4 ABSTENCIONES
-VETO DE ESTADOS UNIDOS

1 comentario:

Anónimo dijo...

Afortunadamente cuando Sam no podía excusarse en el invento de su padre, sino jugar con las mismas reglas, y junto a todos los niños de los demás coles, 158 han apoyado a Goliath, recriminando con ello la prepotencia de Sam y todo tipo de chulerías, mientras que otros cinco han seguido la postura del grandullón, y sólo 7 han preferido no pronunciarse. en el mundo en el que vivo es llamativo observar que todos los niños europeos, que se les supone una cierta tradición democrática, han votado en contra de las chulerías.

Más en Cadena Ser, La República.es, BBC día 16.11.2006, (curioso que la BBC no reproduce la noticia en español, y le da este cuestionable tratamiento en inglés).