En el balcón, escondida entre un aparato estropeado de aire acondicionado y la pared, hace unas semanas instaló su nido una tórtola. Allí ha estado incubando sus huevos y mirándome asustada.
Ya ha nacido algún polluelo y hoy la tórtola anda por ahí buscando comida. No sé cuántos son, no quiero molestar, que vivan su vida. Pero me alegro por ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario