22 agosto 2010

Siria no es democrática pero tampoco integrista.

Leo estos días una noticia que me sorprende: el gobierno sirio ha prohibido el "niqab" en la universidad, es decir, el velo que tapa la cara dejando al descubierto sólo los ojos.
Y me sorprende porque en la universidad siria ocultar el rostro siempre ha estado prohibido.
Cuando fui "Lector" en la Universidad de Damasco (1993-1996) la ley siria impedía entrar en la universidad con velo en la cara; simplemente por motivos de seguridad del régimen.

La prensa, por intereses políticos o por ignorancia, se encarga de darnos una imagen falsa del mundo árabe.
En el caso concreto de Siria, se trata de una dictadura que no sólo NO es islamista sino que aplasta desde el comienzo cualquier peligro integrista.
Hafez al Asad era militar y laico, e impuso un régimen cercano al socialismo.
Con el hijo, Bachar, se mantiene la falta de libertad pero se ha eliminado el socialismo, es decir, se ha abierto la economía, lo que permite a algunos enriquecerse y empobrece aún más al resto, pero sigue sin haber democracia.
Los Al Asad son alauitas, escisión del Islam chiíta minoritaria en Siria (10%, concentrados principalmente en la costa, sobre todo en Lataquia). Los alauitas son conocidos en Siria por su "liberalidad de costumbres" y su poca religiosidad.
La mayoría es sunita pero hay minorías de todo tipo de musulmanes y de cristianos, que gozan de plena libertad religiosa.
En resumen, este régimen cree que los radicalismos religiosos representan un peligro inaceptable (recuérdese la represión en los años 80 contra los "Hermanos Musulmanes" en Alepo.
En Siria bastantes mujeres llevan pañuelo en la cabeza; algunas van con velo integral; y otras se ponen minifalda. El régimen tolera todo eso pero, basado en un estado policial y de control y preocupado por su supervivencia, quiere saber la identidad y ver la cara de los que entran a los edificios públicos.

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