23 marzo 2015

Máquina de churros 3 (2ª parte): "El guionista pluriempleado".

Sí, el cine de Hollywood conforma la realidad, distorsiona nuestra visión del mundo y subvierte los valores morales.
Pongamos un caso: el nuevo churro llamado "El Francotirador" (The Sniper). A pesar de la impresionante publicidad mundial, no tengo ninguna intención de verla, primero porque intento no contribuir a mejorar la economía estadounidense, y más aún cuando lo que venden es basura; segundo, porque no soporto el cine bélico estadounidense: representa su visión del mundo y esa visión está tan lejos de mí como el planeta enano Ceres; y tercero, porque ya la he visto mil veces, joder, pesaos, sé cómo empieza, cómo sigue y cómo acaba; el guión sin -querer presumir- lo habría podido hacer cualquier ser humano de inteligencia media en el cuarto de baño.
Pero sí he leído sobre ella un artículo publicitario disfrazado de artículo informativo. E incluso ese artículo está manipulado y es repulsivo. Así cuentan el argumento:
"El Francotirador" está basada en la autobiografía de Chris Kylie, un chico de Texas que se alistó en el ejército para luchar en la "guerra contra el terror" que libró Estados Unidos tras el 11-S y que, gracias a sus dotes como francotirador, se convirtió en un héroe nacional y una leyenda".
¡Qué sarta de patrióticos tópicos manidos!Sólo le falta la musiquita emotiva.
Y como decíamos en la precuela de esta secuela, no se trata de una mierda más sino que el películo "ha provocado una encendida polémica en EEUU entre los que la acusan de ser un panfleto patriótico y los que creen que es un alegato antibelicista". Gracia no tienen pero morro, mucho.
Pero resulta que no había ninguna relación entre el 11-S y la ilegal invasión de Irak, lo único que había eran mentiras.
Y resulta asimismo que un francotirador, por muy estadounidense que sea, no es ningún héroe sino alguien que basándose en la impunidad, en la tecnología y en la distancia, mata a gente que no puede defenderse, sea esta gente culpable o inocente, civil o militar, buena o mala. Para Estados Unidos y para Hollywood un francotirador es un héroe siempre y cuando pertenezca a su ejército, lo cual es bastante grave, sobre todo porque la mayoría de la gente en el mundo acaba viendo a este tipo como un heroico luchador por la democracia y la libertad; de ahí la perversión y la falsedad de este cine.
Pero hay algo más grave aún: el cine de Hollywood es reflejo de la mentalidad de su país y, al mismo tiempo, parece crear esa misma mentalidad, tanto que muchas veces la política de Estados Unidos parece escrita por un guionista de Hollywood y por ello adolece de los mismos defectos: simplismo, repetición y falta de creatividad, maniqueísmo, manipulación, ausencia de verosimilitud, guión lleno de agujeros...Y como en el cine, todo ello parece darles igual, es como si dijeran: "Controlamos la difusión de la información mundial, así que no nos esforzamos ni en que la historia sea creíble; en todo caso lo que digamos será la verdad oficial".
Veamos, por ejemplo, la muerte de Bin Laden -de la que por cierto ya han hecho un churro de héroes en Hollywood-: teníamos al enemigo público número uno, necesario en toda película de acción, el malo más malo, la cara de la maldad, el justificador surrealista de la invasión de Irak. Necesitaron años para encontrarlo porque estaba escondido en cuevas planeando más maldades contra el mundo libre (pero en las propias pelis yanquis vemos que en este mundo es imposible esconderse de Estados Unidos, más durante años y más si eres el hombre más buscado). Bueno, por fin lo encontramos, resulta que no estaba en una cueva sino en un palacio. Un grupo de élite se encarga de realizar el trabajo (the work). Lástima, no consiguen apresarlo vivo, lo intentan, claro, pero él dispara primero y no hay más remedio que abatirlo.
Aquí, en una película realista pensaríamos que después de tanto esfuerzo por encontrar al malo, van a mostrar su cadáver, como prueba, ejemplo y trofeo. Pero no, muy rápidamente ¡lo tiran al mar!
Oh, my God, pero ¿por qué? Esto es un agujero en el guión, no es lógico, no es verosímil, no es coherente. Veamos la explicación oficial que se dio en su momento:
"Según un oficial de Defensa, sus restos fueron lavados y recibieron un funeral acorde a los ritos islámicos. Cumplimos con la tradición islámica".
Por un lado, alabamos la inesperada sensibilidad del Tío Sam.
Por otro lado, no podemos esperar que el sargento McCougham sea un experto en ritos funerarios islámicos, aunque no hay que ser muy espabilado para saber que en medio del desierto pilla un poco a desmano el mar como para que los seguidores de Mahoma lo hubieran convertido en tradición.
Imaginamos también que la decisión no la tomó el sargento sino el Premio Nobel de la Paz Obama.
Y uno se indigna, porque lo que sí sabemos es que en Washington tienen internet ADSL: ¡Coño, si no sabes, mira en Google! Pon: "¿Qué hay que hasé pa' enterrar a un musulmán  y ser respetuoso con las otras culturas como nos caracteriza?". Y ahí ya te sale que no hay que tirarlo al mar.
O sea, el guionista, mal.
El sitio donde lo tiran también es secreto "para evitar que se convirtiera en centro de peregrinación".
¿Un centro de peregrinación en medio del Mar Arábigo? Guionista, haz un esfuerzo, hombre.
Pensaron enterrarlo pero no sabían dónde, ningún país lo quería, ni Pakistán ni Arabia Saudí.
Bueno, al menos lo grabarían antes de tirarlo al mar. Sí, pero "el Gobierno de EEUU ya ha anunciado que no tiene previsto divulgar imágenes del cuerpo de Bin Laden". Joer, qué raro. Qué raro, digo, que entre tantos millones de personas no tengan un guionista en condiciones que se curre un poquito las historias.
Entonces, ¿cómo sabemos que todo esto es verdad? Pues muy fácil, porque lo dice "Washington", que, como se sabe, nunca miente: "Asegura que han confirmado la identidad del líder de Al Qaeda mediante el análisis ADN y pruebas de reconocimiento facial. De hecho, un alto funcionario estadounidense ha dicho que uno de los cadáveres localizados en la mansión de Abbottabad corresponde al 99% al enemigo público núero uno de EEUU".
Espero que la versión de Hollywood sea un poquito mejor; lo dudo, pero al menos se verá al malo y habrá emoción y tiros y música y héroes decididos a defender la libertad y el bien. A toda costa.

19 marzo 2015

De la serie "Máquina de Churros: a cualquier cosa le llaman cine", he aquí el 3º episodio: "¡Aterriza como puedas!"...ah, no..."¡Manipula que algo queda!".

Precuela:
El cine estadounidense no sólo es malo, es también peligroso -y no exclusivamente para la inteligencia y la sensibilidad-: se trata de la mayor máquina mundial (junto a la televisión y los periódicos) de crear opinión, falsa opinión, y de difundir su visión del mundo y sus supuestos valores, hasta hacerlos aceptables e incluso naturales para la humanidad.
Es normal que los vencedores cuenten la historia desde su punto de vista y su interés -sobre todo si los vencedores carecen de ética o si la confunden con el patriotismo barato-. Por eso los "westerns", además de películas de acción, son un catálogo de héroes y pioneros maravillosos que lograron construir "ese gran país", defendiéndose para ello de los salvajes y agresivos indios.
En su Guerra Civil ganaron los buenos, en Vietnam ellos eran los buenos, en Corea eran los buenos, en Irak eran los buenos; sus guerras son justas y, gracias a una diarrea de héroes, siempre acaban bien, no sólo para ellos sino para toda la humanidad.
El cine de Hollywood es hijo legítimo del país que lo parió y de ahí que el niño sea tan maniqueo y manipulador como su papá.
Para que haya un salvador del mundo tiene que haber un antihéroe, malo a rabiar, enemigo público nº 1, alguien tan abyecto que aplaudamos cuando muere. En un cine tan simplón y repetitivo el bueno siempre es el mismo; pero el malo va cambiando, ya sea para confirmar una supuesta historia gloriosa, ya sea para acompañar su política. Así que los malos eran los indios, los mejicanos, la mafia italoamericana, los nazis, los vietnamitas, los coreanos, los soviéticos, los narcotraficantes colombianos, los extraterrestres y, actualmente, los árabes (a poder ser con bigote, terrible acento y un uniforme hortera entre Saddam Hussein y Pancho Villa).
Una vez cada 20 años hacen una película que -sin autocriticarse, cosa que evidentemente está prohibida en ese país- al menos presenta los hechos de una manera un poco más objetiva y neutral, película que automáticamente pasa a ser calificada por ellos mismos como "pacifista" (porque el héroe tiene una duda), "sorprendente" (porque Tom Cruise lleva bigote), "revolucionaria" (porque el protagonista es gay), "escandalosa" (porque se ve una teta de perfil en lugar de los habituales 500 muertos), "feminista" (porque la Bella Durmiente no se despierta con el beso del Príncipe heteropatriarcal), o "polémica" (porque el actor se está sometiendo a una cura de desintoxicación, acompañada de trabajos sociales desde que la policía lo pilló conduciendo ebrio...piripi).
El mismo perro con distintos collares, el mismo héroe, el mismo rollo cansino.
Tan cansino que ahora debo reponerme..pero pronto volveremos con más diversión.
That's all, folks!

15 marzo 2015

Máquina de churros 2: El regreso de Alicatillo.

Verosimilitud y Coherencia son conceptos básicos en el arte del cine, aunque al parecer los guionistas de Hollywood o no se han enterado o les da igual. Pero la verosimilitud es lo que hace -entre otras cosas- que una película sea buena o mala, una obra de calidad o un churro.
Que Superman vuele no es inverosímil porque, si nos ponemos en la lógica de la ficción, los superhéroes vuelan y es completamente normal.
Pero que en una película pretendidamente realista Scarlett Johansson se enamore de Woody Allen, eso es inverosímil.
Que a Stallone le den treinta mil ostias en la cara, tres golpes en las costillas con una barra de hierro, se le derrumbe encima el techo de la casa, salte por los aires 16 metros para escapar in extremis de una explosión y acto seguido se caiga de un tren a toda velocidad, y todo ello después de llevar 9 días sin comer y torturado por unos malditos vietcongs en una lóbrega mazmorra...y la consecuencia de todo ello sea un rictus de dolor y un hilillo de sangre en la comisura de los labios que no le impedirán sin embargo asaltar el solo una fortaleza protegida por docenas de esbirros malos que van saliendo en fila por la puerta para que el caraculo del héroe los vaya abatiendo con una ametralladora que debe de pesar unos 70 kilos...eso es inverosímil, y sin duda un poco violento además.
Que al malo, cuando ya había vencido, en lugar de apretar el gatillo inmediatamente, le entren súbitamente irreprimibles deseos de explicarle al bueno sus motivaciones, sus traumas infantiles y hasta sus malvados planes, dándole tiempo con ello al héroe a cortar las cuerdas que ataban sus manos con un trocito de cristal...eso es inverosímil, propio de un cine tan malo y tan infantil como el estadounidense, y contrario a las leyes de la supervivencia animal.
Que siempre haya que salvar el mundo cuando quedan 2 segundos para que explote la bomba, en lugar de hacerlo una semana antes...eso es inverosímil, y de un estrés tan angustioso que si conseguimos soportarlo es sólo porque ya lo hemos visto 16.530 veces antes en nuestras hollywoodianas y palomiteras vidas y sabemos que va a terminar bien y que el cable azul es el correcto.
Inverosímil es que los extraterrestres siempre ataquen Estados Unidos, aunque de eso no me quejo, menos mal, porque ellos son los únicos capaces de parar a los bichos. (Bueno, otro día contaré mi teoría de que en la realidad una vez fueron los seres de otro planeta los que ganaron, con lo que se explicarían muchas cosas...).
A pesar de que 9 de cada 10 especialistas lo recomienden como remedio infalible contra el estreñimiento, no veo mucho cine estadounidense actual...pero a veces lo hago, lo confieso, o bien para reírme un rato, o bien para dejar mi encefalograma plano -que eso relaja mucho-, o bien para entretenerme encontrando agujeros en el guión, o bien para acompañar a alguien a quien le han dicho -y engañado- que tal película es feminista, tal otra pacifista y aquella sorprendente, o bien para indignarme descubriendo por enésima vez que esa peli ya la había visto, aunque tenía otro título; o bien, por último, para adivinar desde el principio cómo sigue y cómo acaba el churro ("The churrou").
Lo que quiero decir, es que no basta con gastarse 60 millones de dólares y contratar a los mejores técnicos en efectos especiales si en la primero escena el protagonista se toma un café y se va sin pagarlo.
¿Que a ti eso te parecen detalles sin importancia y que el cine del imperio te parece maravilloso?
Lo acepto y hasta casi lo respeto, tiene que haber gente pa' to'.
¿Que piensas por el contrario que en demasiados casos el cine de Hollywood tiene más agujeros de guión que un queso gruyere, un campo de golf y un tapete de encaje de bolillos juntos?
En este caso, no te pierdas el próximo episodio  de la serie, titulado "Manipula, que algo queda", por Alicatillo, el ex-amigo del director del cortometraje "Cien maneras de hacer el pollo al chilindrón".

11 marzo 2015

A cualquier cosa le llaman cine: 1. La máquina de churros de Hollywood.

Si preguntamos cuál es el mejor cine del mundo, la mayoría de la gente dirá que el estadounidense.
Pero eso es comparar el caviar con la hamburguesa, el arte con la artesanía, la moralina con la moral y el ruido con las nueces.
Es decir, que a alguien le guste más una cosa, no significa que esa cosa sea buena en términos artísticos. Porque, si no, "Sálvame de Luxe" sería el mejor programa de la televisión española, y sin embargo no lo es, sino más bien una sinsorgada de mal gusto. Y Paolo Coelho sería el mejor escritor del mundo..."cuando estés subiendo la montaña no mires atrás, guíate por los cantos de los pajarillos...".
Es más, el hecho de que el cine estadounidense le guste a tanta gente sólo prueba 3 cosas: su mala calidad, que si no conoces otra cosa te crees que tu pollo es El Pollo; y que si controlas la distribución mundial de los churros todo el mundo comerá tus churros por muy indigestos e industriales que sean.
Así que no confundamos el arte con morirte de frío, ni el séptimo arte con el séptimo episodio de Los Vengadores.
Que siiií, que hay películas bueeenas en Estados Uniiidos..pero son el 5%; sólo faltaría en un país que produce miles al año.
Que siiiií, que el cine indio es aún peooor...pero es menos dañino para el mundo.
Que siiií, que hay buenos guionistas en Yuesei...pero están en la televisión.
Que siiií, que el cine norteamericano ha dado más obras maestras que ningún otro país en el mundo...sí, pero eso fue hace décadas principalmente, y yo me estoy refiriendo a la triste actualidad intelectual de ese país.
Que siiií, que la gente es lo que quieeere, desconectar el sábado sabadete y comerse un paquete de palomitas de un kilo (o sea, el extra small size), y no romperse la cabeza leyendo diálogos de una peli tan cutre que ni siquiera tiene una miserable persecución con un helicóptero pasando por debajo de un puente mientras se suceden las explosiones a escasos centímetros de él...Lo admito, lo acepto, pero eso tiene tan poco que ver con la calidad cinematográfica como Tom Clancy con la calidad literaria.

El cine estadounidense suele adolecer de los siguientes  defectos:
1. Falta de verosimilitud y de coherencia.
2. Manipulación del mundo y maniqueísmo barato.
3. Corrección política unida a una hipocresía descomunal.
4. Universalización de sus temas, intereses, gestos, sentimentalismo y valores morales, con un abuso desproporcionado del cansino tema de la redención.
5. Extraordinaria y sorprendente falta de creatividad.
6. Autobombo.
Pero de todo esto es algo de lo que hablaremos en la secuela de este artículo, titulado: "Máquina de churros 2: El Regreso de Alicatillo".

05 marzo 2015

Green Project...por los güevos.

Este horror de edificio vulgar se está construyendo en el centro de Beirut, justo en el lugar donde en cualquier otra ciudad habría un jardín. Parece ser que el arquitecto de este engendro es famoso, mejor para él. Pero lo que no se puede tragar es que vendan esta mierda con el título de "Iconic Green Project": "Iconic", puede ser, por lo representativo de una mentalidad en la que se desprecia al ser humano, al pueblo y al peatón, de una ciudad en la que los servicios públicos son privados y además malos, de una mentalidad en la que un espacio vacío sólo sirve para construir un parking o una porquería pija como ésta.  "Project" sí que lo es, un proyecto elitista y burdo. Pero de "Green" lo único que hay -aparte del hortera jardín interior que seguro que incluirán- es el color de los dólares.