26 agosto 2015

Un libro, una cita: "Du désir".

"Hablar de deseo, es fundamentalmente hablar de otro; hablar de otro no es nada más que decirse a sí mismo bajo otra forma, indirectamente, mirarse en el espejo alegre que el otro me tiende; en fin, hablar de sí mismo por medio del otro no es más que el comienzo de una socialización, la instauración de un lazo cultural, la representación de uno mismo compartida. Rizar el rizo: el deseo por otra persona me es necesario en la medida en la que me lleva al único enigma que no consigo resolver completamente, a conocer el ser en sí mismo, la otra persona tan similar que, a cada instante, hace de mí una excepción ontológica y un caso de especie, una filogenia. El ser en sí mismo, es la parte que debo al universo entero por haber hecho de mí esta singularidad particular que no se sobreviviría a sí misma ya que obtiene su vida del sí mismo de los otros en mí, de su inclusión permanente, de su presencia carnal y de su fantasía que no cesa de aparecérseme, No es el otro lo que me intriga o me fascina en tanto que individuo particular, es ese ser en sí mismo lo que lo convierte en eso, y sobre lo que se posa su enigma a cielo abierto: destriparlo para exponerlo mejor. Porque él se proyecta en mí tanto como yo proyecto sobre él la parte insondable de todo ser singular, comenzando evidentemente -pero no solamente- por el deseo. La mirada que poso sobre ese otro traiciona mis convicciones de la misma manera que un espejo habría reflejado la imagen derrotada del perdedor que no quiere confesarse vencido. Me impresiona siempre la fuerza de los vencidos. Ser vencedor es sin duda una situación exigente que implica una gran responsabilidad, pero ser perdedor es algo más fuerte aún. El ganador es suficientemente sensible a la humildad, a la lenta progresión y a los numerosos fracasos que requiere su victoria? O, por hablar como los taoístas, ¿el vencido sería el verdadero vencedor?".

(Malek Chebel).

22 agosto 2015

Serie: Misterios insondables del alma humana y de la naturaleza. 6. La Moda Pija.

En el mundo de la moda -como en el mundo del cine estadounidense- parece que está todo inventado desde finales de los años 80. Simplemente se modifica un poco, se vuelve a lo mismo cíclicamente, se mezclan conceptos, y ya está.
Pero hay un grupo social que se resiste a los cambios, a las tendencias, a las vueltas, en definitiva, al cambio, y que no ha variado de estilo vestimentario desde hace al menos 40 años.
Quizá sea una manera de diferenciarse de los otros, de intentar mantener su elitismo...Pero en vano, puesto que la industria textil se ha democratizado según se achinaba -qué paradoja- y actualmente cualquier ciudadano de medio pelo puede adquirir prendas similares, si no de calidad, al menos sí de aspecto.
Efectivamente, lo habéis adivinado, me estaba refiriendo desde el principio a los pijos; de hecho ya avancé en el capítulo anterior la sorprendente caracterísitica: ¡Los pijos -de raza o postizos- se visten siempre igual!. Y especialmente el caballero.
El caballero porta con supuesta elegancia un abrigo verde oscuro ligeramente acolchado elegido por su esposa.
En el "trabajo", el uniforme o disfraz llamado "traje".
En el entretiempo lo apropiado es el pantalón clásico, la camisa a rayas -estas últimas veinticinco temporadas se llevan los tonos pastel, rosa y pistacho. No olvidemos el jersey fino de colores crudos anudado al cuello, por si refresca.
En las vacaciones oficiales la apariencia es altamente informal: pantalones cortos hasta justo por encima de la rodilla, con bolsillos y con tonos verdes, blancos o beiges. la camisa es la misma que en invierno. O bien un polito. En el sector pepero, mayoritario entre estos individuos, abunda el polo con los colores patrios en el cuello y las mangas. Al conjunto no puede faltarle el mocasín sin calcetines.
El pelo se resalta con una raya a un lado y mucha gomina.
Esta pinta se puede empezar a lucir a partir de los 6 años y hasta los 60; a partir de esa edad el pantalón corto se sustituye por uno largo. Voilà!

18 agosto 2015

Serie: Misterios insondables del alma humana y de la naturaleza: 5. La Raza Pija.

Antiguamente había 5 razas en el mundo, a saber, y en este orden: "Blanca, negra, amarilla, cobriza y aceitunada".
Después, el concepto de raza pasó a ser racista.
Pero, aún a riesgo de parecer políticamente incorrecto, tengo que reivindicar su existencia.
Que haya razas no significa obligatoriamente que unas sean superiores a otras.
Se habla de razas de perros sin preocuparse de si ellos se sentirían ofendidos de saberlo. Incluso decimos que un gato o un caballo son "de raza pura".
Por suerte muchos humanos se han mezclado; pero no todos.
Como decía el filósofo, las razas puras se atontan, y en ese sentido podríamos considerarlas inferiores.
Que un perro ratonero sea más fuerte y más listo que un galgo afgano de raza pura no quita para que sigamos considerando al último como más guapo.
Entre los seres humanos hay una raza que me llama la atención por su resistencia y pureza, aunque hay que reconocer que cuenta con condiciones materiales y psico-sociales idóneas para mantenerse: me refiero a la raza pija.
No todos los pijos pertenecen a la raza pija, muy lejos de eso, existen muchísimos nuevos ricos, medradores, afortunados y enchufados que han pasado, ellos o sus ancestros, a pertenecer al grupo socio-económico-psíquico de los pijos. Pero a mí no me la dan, me basta con un vistazo  para desenmascararlos, para descubrir la evidencia de su actual o pasado intrusismo; no presentan los rasgos étnicos característicos de la raza pija pura. Vosotros mismos podéis hacer la prueba: la próxima vez que veáis a un pijo fijaos en unos pequeños detalles muy sencillos que os harán separar la paja del grano: el nuevo rico es como nosotros, ni más ni menos, un bastardo mezclao que ha conseguido empijarse.
Pero el verdadero pijo, el racial, ése tiene un pedigrí y unas características físicas que lo hacen inconfundible:
1. Es rubio. Sí, es rubio. Da igual que sea pijo sueco, pijo español, o pijo nigeriano: si es puro, es rubio.
2. Es guapo; pero, no sé, es una belleza sosa; ello se debe concretamente a la poca mezcla y a la ligerísima flaccidez músculofacial que provocan tantos siglos de vivir bien y/o de tocarse el rabo.
3. Sin embargo tiene un cutis perfecto, de sano, unido a ese colorcillo bronceado, ligeramente rojizo por la carencia de melanina, producto del relajamiento vital  unido a la práctica de deportes al aire libre como el esquí, la equitación, la vela o el surf. Pero, atención, se requiere la base dérmica del pijo de raza; en un nuevo rico el esquí no producirá la misma tonalidad que en el pijo puro.

Hasta aquí lo básico para el estudio de esta sorprendente raza que no está en peligro de extinción.
Hay otras 2 características distintivas, pero al no ser raciales no son definitivas puesto que pueden ser imitadas por el pijo advenedizo en su afán por parecer étnicamente puro: La primera es la ropa, pero este rasgo es tan misterioso y sorprendente que le dedicaremos capítulo aparte. La segunda característica a la que debemos referirnos es el frenillo en la lengua o tontura lingüística que hace que un pijo hable raro, de una manera que los antropólogos califican como "tonillo pijo". Este engolamiento ridículo también es universal pero como ejemplos en España tendríamos a algún tenista, a un ex-futbolista del Real Madrid, a un famoso cantante y sus hijos, por no entrar en delicados asuntos de familias reales.
Pero, ¡fijarsen!, ya he dicho que este rasgo puede ser falsificado con un poco de práctica o con el contacto continuo con individuos de raza pija pura. Así por ejemplo, el tenista y el cantante no son rubios, el ex-futbolista es feo, y habría que analizar el cutis de algunos de ellos para poder sacar conclusiones científicas definitivas, cosa que no he hecho por falta de motivación e interés.

12 agosto 2015

Serie: Misterios insondables del alma humana y de la naturaleza: 4. Los traductores automáticos.

Para mí es un enigma que una sonda espacial haya llegado a la órbita del planeta enano Ceres y en la Tierra sigamos dependiendo del petróleo y moviéndonos con máquinas metálicas que contaminan, molestan y producen muchos miles de muertos al año.
Pero un misterio aún más incomprensible es: ¿Cómo pueden ser tan malos los traductores automáticos?
Entre ellos merece especial mención el -por llamarle algo que no sea insultante- "traductor" Bing de Facebook. Si me pongo a traducir a su estilo yo diría que en español "Bing" significa "Bingo" y que le han puesto ese nombre porque hay tan pocas posibilidades de que acierte el significado de una frase que, cuando lo hace, gritamos: "¡Bing!". Bueno, lo hubiéramos hecho si alguna vez se hubiera dado el caso.
Ayer lo usé para ver cómo traducía esta frase: "Oh, qu'elle est belle!"
Y el resultado fue éste: "Oh, ¿Qué es belle"

"Traduttore, tradittore"
(Bing: "Trae al doctore, trae al doctore).

04 agosto 2015

Un libro, una cita: "Más allá, a la derecha".

"Dios [...] había reservado una parte equitativa de inteligencia para los cabrones, por lo que uno podía hacerse, sobre Dios, serias preguntas".

Fred Vargas.