12 agosto 2015

Serie: Misterios insondables del alma humana y de la naturaleza: 4. Los traductores automáticos.

Para mí es un enigma que una sonda espacial haya llegado a la órbita del planeta enano Ceres y en la Tierra sigamos dependiendo del petróleo y moviéndonos con máquinas metálicas que contaminan, molestan y producen muchos miles de muertos al año.
Pero un misterio aún más incomprensible es: ¿Cómo pueden ser tan malos los traductores automáticos?
Entre ellos merece especial mención el -por llamarle algo que no sea insultante- "traductor" Bing de Facebook. Si me pongo a traducir a su estilo yo diría que en español "Bing" significa "Bingo" y que le han puesto ese nombre porque hay tan pocas posibilidades de que acierte el significado de una frase que, cuando lo hace, gritamos: "¡Bing!". Bueno, lo hubiéramos hecho si alguna vez se hubiera dado el caso.
Ayer lo usé para ver cómo traducía esta frase: "Oh, qu'elle est belle!"
Y el resultado fue éste: "Oh, ¿Qué es belle"

"Traduttore, tradittore"
(Bing: "Trae al doctore, trae al doctore).

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