31 mayo 2010

Campaña para reivindicar el nombre robado a los americanos.

No soy yo tal vez la persona más apropiada para tales luchas perdidas, puesto que soy europeo por geografía y, desde hace unos años, también por decreto.
¿Pero acaso a un argentino no le chirrían los oídos cuando escucha la expresión “los americanos” referida exclusivamente a los estadounidenses?
En la escuela estudiábamos que América era uno de los 5 continentes y que estaba formado por decenas de países.
Uno de ellos, sin embargo, robó el nombre a los otros, en un ejemplo perfecto de soberbia e imperialismo lingüístico.
“I like to live in America”, cantaban los portorriqueños inmigrantes en la película “West Side Story”. Y se quedaban tan anchos, como si Puerto Rico no fuera América también.

“Mamá, mamá, mi compañero es un cojón: me coge todo”.
Pues el país cojón se llamaba Estados Unidos de América” y, al contrario de los nuevos ricos que se ponen un “de” para aparentar nobleza de familia, éste se lo quitó. Y pasó a llamarse “América”. Y a callar.
Ya está el hurto tan extendido que todos decimos “los americanos” para hablar de la gente de uno de los muchos países del continente, uno más, concretamente el que está entre Méjico y Canadá.
Hasta uno de los pocos medios de comunicación objetivos que conozco, “Le Courrier International”, presenta las páginas referidas a Estados Unidos bajo el epígrafe de “América”; y las noticias del resto de los países de ese continente despojado hasta del nombre aparecen en el apartado de “Las Américas”.
Lucha perdida, como decía al principio.
Pero no cuesta tanto no participar en el expolio; hay muchas posibilidades para designar a ese país: Estados Unidos; Yanquilandia si eres un primario; USA si eres cosmopolita, o “The States” si eres un “cooool”.
“Americano” son 5 sílabas y “estadounidense” 6, tampoco es tanto, hombre.
Para mí es una cuestión de principios: un país le ha quitado el nombre a otros 40.
Y resulta muy simbólico. No sé si a ellos les importa. A mí, sí.

26 mayo 2010

La que se sienta delante.

Tenemos una Academia Española de la Lengua caduca, somnolienta, sin influencia en el uso de la lengua y, lo que es aún peor, sin ningún criterio coherente ante los “ataques” que sufre el español, ya vengan éstos del inglés, de las nuevas tecnologías o de las clases políticas y periodísticas.
Son unos señores apoltronados y puestos a dedo cada vez con más dudoso mérito, sin capacidad de reacción y sin ganas de “fijar, limpiar y dar esplendor” a nada que no sea sus acomodados culos.
Que la Academia, opaca y con tan poca energía y autoridad, no sea escuchada por el pueblo llano es normal. Pero que las instituciones políticas y culturales destrocen la lengua a golpe de decreto y de tontería políticamente correcta, eso ya es más sorprendente:
Leo las bases de un “Concurso de Traslados de Profesores” del Instituto Cervantes, ente público encargado de difundir la lengua y la cultura española e hispanoamericana y donde unos cuantos se lucran sin ánimo…(o que no tiene ánimo de lucro, algo así, nunca me acuerdo de las palabras exactas), y encargado sobre todo de darle trabajillos inauguradores al príncipe Felipe; leo, digo, que la tal Convocatoria aparece firmada por “La Presidenta de la Comisión de Valoración”. Con 2 ovarios.
En mi humilde, discutible y viciada opinión “paridad” viene de “parida”. Creo que la “discriminación positiva” es un absurdo en su adjetivo porque no hay discriminaciones positivas; son discriminaciones para los demás, para los que no se ven beneficiados con un cargo por una circunstancia que nada tiene que ver ni con ese cargo ni con la capacidad del candidato. Que tenga que haber, porque sí, un 50% de ministras es tan ridículo como si un equipo de fútbol tuviera que tener la mitad de obesos, con el pretexto de que están discriminados en la vida social y deportiva, y para favorecer una falsa igualdad de oportunidades (con la dificultad añadida de que el 50% de 11 es cinco y medio).
En un equipo de fútbol profesional tienen que jugar los mejores. Y en la política debería ser así también, que no lo es. Y si los ministros son hombres o mujeres no es relevante, excepto para su vida privada.
Mejor sería que pensaran otra manera en que las mujeres pudieran medrar en el oscuro submundo de los partidos políticos y que llegaran así espontáneamente a ser ministras; evitándonos de paso el bochornoso espectáculo pseudo-igualitario.
No creo que se fomente la igualdad de esa manera; más bien lo contrario: se provoca que la gente piense cuando ve a una ministra que lo es, principalmente, por ser mujer. Y desde luego hay casos evidentes en el gobierno actual.
Si alguien confunde mis palabras con machismo “unga-unga”, del primitivo, pues será que no lo ha leído bien o que me he explicado mal. Lo que a mi me gustaría es que en España hubiera ministros honestos, capaces y merecedores de ese puesto, y el sexo de esa persona no debería ser un mérito. Pretender que así mejora la condición de la mujer es falso: enchufar a alguien por ser primo de, amigo de, o mujer, no crea más que rechazo y desconfianza entre la gente.

Pero volvamos a la “Presidenta”: los adjetivos –y las profesiones son adjetivos en origen aunque estén sustantivados- tienen en la lengua española unas normas claras en cuanto al género y al número. Los hay “-o masculino/-a femenino, como camarero y camarera.
Los hay que terminan en “-r”, como “traductor”, y el femenino también coge una “-a”, traductora.
Los que terminan en “-e”, y también en algunas consonantes como “-l, -d, -z”, etc, son iguales en masculino y femenino; dicho de otra manera, la terminación “-e” no es masculina sino masculina y femenina, y por lo tanto decimos el gerente y la gerente, y no hay “gerentas”, de momento. Por eso mismo mi hermana no está “trista” sino “triste”, igual que yo, cuando ve las barbaridades lingüísticas que se cometen en nombre de un feminismo burdo.
Yo pensaba que esto se estudiaba en la escuela.
Es cierto que ya desde hace muchísimos años (La Regenta) existe la tendencia a ponerle una “-a” incorrecta al femenino de ciertas profesiones: dependienta, oficiala, jueza, jefa, …
Se trata de vulgarismos.
“Presidenta” es otro vulgarismo, una incorrección, un mal uso de las normas de adjetivación del español, por mucho que lo digan altos cargos de una Institución que debería cuidar la lengua que difunde y no organizar, por ejemplo, cursos “on-line”, yeah, o producir “spots” publicitarios.
Y “presidenta” es un vulgarismo vulgar aunque el Psoe diga que no, confundiendo churras con merinas y política con lengua.
Y aunque la Academia no tenga nada que decir al respecto públicamente y entre siesta y siesta, lo único que hay, -en mi opinión, demasiados-, son “presidentes”, sean hombres o mujeres, con o sin paridad, y sean buenos o malos presidentes.

Por cierto, hay otras profesiones que terminan en “-ista” en ambos géneros, pero hasta ahora ningún machote se ha sentido discriminado por una terminación tan aparentemente femenina y ha decidido que él es un artisto y un futbolisto y un taxisto. Pero todo llegará, que en los ministerios hay mucho chupatintos y mucho soplapollos y mucho hipócrito. Aunque ahora que lo pienso sí que existe algún diseñador, homosexual, que se autodenomina “modisto”.

Y no sé por qué, me he acordado de este chiste:
-“Oiga, perdone, ¿es usted miembro o miembra de la Real Academia Española de la Lengua?
-“¿Yo?, hombre, no…pero como si lo seriese”.

24 mayo 2010

Las fases de los emigrantes.

Cuando un país recibe inmigración en masa, el impacto en el país y en los inmigrantes va variando con el tiempo:
En una primera fase los recién venidos intentan pasar desapercibidos, hacen los trabajos más desagradecidos y con las peores condiciones, se agrupan en guetos y apenas influyen nada en el carácter del país de acogida. Las 2 culturas casi no se mezclan y las parejas “mixtas” son escasas.
Posteriormente, parte de los inmigrantes comienza a mejorar su estatus, tienen algunas posesiones, empiezan a mezclarse poco a poco en la población local, se van convirtiendo en “clientes”, en objetivo de bancos, comercios, etc. Organizan sitios de reunión, bares, conciertos,…puesto que empiezan a disfrutar de su tiempo libre y añoran aspectos de su cultura que desean reproducir. Es el caso de las discotecas africanas de Lisboa. Es la fase en la que se encuentra asimismo España.
En la 3ª fase, se ha producido la asimilación al país de parte de los inmigrantes, pero, al mismo tiempo, la reivindicación de la cultura propia. Algunos sectores de la población originaria ven estos anhelos como un ataque al carácter del país, un peligro de pérdida de identidad, una invasión cultural. Como en Francia, con su Frente Nacional de Le Pen, con sus polémicas sobre el pañuelo musulmán, con su debate sobre la identidad francesa. Pero también con influencia socio-política y cultural de la inmigración: los más famosos humoristas franceses en la actualidad son de origen argelino, marroquí, africano: Gad el Maleh, Djamel, Elie Semoun, Omar y Fred, etc. También algunos actores, como el protagonista de “Taxi”, la película más taquillera del cine francés. Por no hablar de los ídolos deportivos: Zidane, Ben Arfa, Benzema…
La juventud francesa imita la manera de hablar de los barrios deprimidos de mayoría inmigrante, se introducen palabras del árabe en el francés coloquial, como “Tubib” (médico), “Kleb” (perro). Aparecen los primeros políticos surgidos de la 2ª ó 3ª generación de esa inmigración.
La sociedad se divide entre los que consideran que Francia es una cultura, un carácter y una serie de tradiciones inmutables que cualquiera que venga tiene que aceptar y asimilarse a ellas; y los que creen que Francia es precisamente esa mezcla de culturas y tradiciones.
Ya veremos cuál es la 4ª fase.

En España estamos en la 2ª, aunque comienzan a entreverse los graves problemas que se darán entre esas visiones opuestas, la conservadora y la de la aceptación de la nueva realidad.

Sorprendentemente, Líbano sigue en la 1ª fase a pesar de que la inmigración es más antigua que en España: hay cientos de miles de mujeres srilanquesas, filipinas, etíopes (servicio doméstico) y de hombres egipcios (porteros), sirios (obreros de la construcción), africanos (limpieza), de India, Bangladesh, Pakistán (limpieza pública)…pero apenas influyen en nada a la sociedad libanesa. Se les considera mano de obra barata, los casos de abusos, explotación y esclavitud son muy frecuentes, y a ningún libanés se le ocurre interesarse por la música, la cultura o las tradiciones de esos países.

Sin embargo hay algunos detalles que indican un ligero avance hacia la 2ª fase: las tiendas y supermercados especializados en comidas orientales (aunque en general pertenezcan a libaneses; pero al menos los inmigrantes han pasado al estatus de “clientes”); el apartado de este tipo de comida en los supermercados. Las oficinas de envío de dinero y acceso telefónico para los inmigrantes.
El barrio de Bourgh Hammoud, armenio, se ha convertido los domingos en el centro de reunión multicultural de los inmigrantes. La calles se llenan de indios, paquistaníes, sudaneses, sirios, filipinas, etíopes…hay supermercados, restaurantes, cafés, tiendas, hasta iglesias dirigidas a ellos, donde raramente entran los libaneses, si no es un tipo que busca las relaciones con las “sirvientas” (sexuales o sentimentales). Porque en la parte más humilde de la sociedad comienzan a darse muchas parejas “mixtas”: libaneses humildes atraídos por la facilidad de iniciar una relación con una extranjera, sin dotes ni problemas familiares, sociales, religiosos, quizá con menos tabúes sexuales; ellas, a cambio, consiguen una estabilidad y una legalidad ante Líbano y sus autoridades.
Alguna ONG comienza a preocuparse por la situación de estos trabajadores.

Por eso, ver anunciado un concierto de música etíope en Beirut es algo importante en el camino de la normalización de la situación de muchos cientos de miles de personas ( y no hemos hablado del casi medio millón de palestinos hacinados en los campos de refugiados y cuya situación es aún peor).
Que el cantante Teddy Afro actúe en Beirut, aunque sea también organizado por un empresario libanés, significa tal vez un comienzo de la segunda fase.
Si a los sectores más fanáticos de la alta sociedad libanesa les parece fuera de lugar que sus sirvientes vayan a conciertos como las personas, en el mismo lugar que sus hijos escuchan sesiones de tecno-guarro, pues aún mejor.
Por cierto, tengo un canal etíope en la televisión desde que el pirata que controla el satélite decidió quitar la TVE-I y sustituirla por una cadena cristiana etíope, al darse cuenta de que en el barrio había menos españoles que etíopes. Aunque no perdí mucho con el cambio, tampoco gané nada porque la música etíope me parece un rollo –prefiero la de Mali, Burkina Faso, Senegal, Nigeria…-.
Pero me gusta que los etíopes puedan ir, un domingo, a escuchar a “la 1ª estrella etíope”.

21 mayo 2010

Timadores.

En Beirut la programación musical es algo desequilibrada: salvo excepciones como el día de la música y salvo los carísimos conciertos del verano o del “Music Hall”, se limitan a 3 tipos: los de música clásica, gratuitos, en iglesias; los de jazz, blues o música oriental en los pubs; y los de tecno que hay constantemente en el Forum.
A éstos últimos los llamo conciertos por llamarles algo; en realidad son pinchadiscos (en inglés “diyeis”): música fácil, repetitiva hasta la nausea, “mezclada” por un técnico-artesano con ínfulas de artista.
En la publicidad estos pinchadiscos siempre resultan estar entre “los 10 mejores del mundo”. Me da la sensación de que hay al menos 10 ó 12 números 1 del mundo.
Pero yo he encontrado al verdadero, al number 1 de todos estos cuentistas; no hay discusión: su nombre lo demuestra, es una caracerización onomástica, es publicidad incluida en el nombre y apellido..¡vaya Timo!

19 mayo 2010

Serie: Encuestas anglosajonas: La influenza.

Ya sabéis que me encantan las encuestas y los estudios científicos de ésos que demuestran científicamente que si vas al supermercado desfallecido de hambre compras más cosas que si lo haces justo después de haberte comido un cochinillo entero y una barra de pan.
Que sea esto evidente y que cualquiera se dé cuenta de ello no importa mientras no esté demostrado científicamente por un equipo de investigadores de alguna prestigiosa universidad estadounidense de ésas a las que mandaban a los adolescentes pudientes españoles a estudiar el COU y sin tener ni jodía idea de inglés iban y lo aprobaban.
El método científico que utilizan me maravilla por su científica sencillez: se cogen 2 grupos de voluntarios de, digamos, 74 personas cada uno (respetando, eso sí, la paridad entre “afroamericanos”, mujeres, latinos y asiáticos); a un grupo se le tiene 3 días sin comer, y al otro se le atiborra de hamburguesas dobles con mostaza, tomatequechu y pepinillo. Y nada, se les suelta en el super…casi estoy viendo al equipo de científicos con sus batas blancas detrás de los voluntarios por el supermercado, discretamente, con las gafas en la punta de la nariz y una libretita de notas científicas: “oh, ah, ha cogido crema de arándanos”..
Después se cuenta lo que han comprado, se suma, se resta, se hacen cuentas y se publica en una revista científica, vamos a decir la “Food and Health Behavior Revue” o en la “Ectozooplasma”, que los nombres en griego quedan muy científicos.
Y por último la agencia Reuters resume malamente el estudio y lo traduce aún peor, y de esta manera llega a nuestras manos un artículo titulado: “Comer antes de hacer las compras reduce el riesgo de hipertensión”.
Sí, me encantan estos estudios, sobre todo los anglosajones, que son los más surrealistas y los que más morro tienen.

Hay una variante muy jugosa que es la de las encuestas de revistas para establecer la lista de los hombres más sexis DEL MUNDO o de las mujeres más elegantes.
El método también es muy bueno y de una sorprendente científico-sencillez: ya te dan ellos la lista de los candidatos, para ahorrarte trabajo y para que no se dispersen los votos y haya 7 millones de sexis con un voto cada uno. Y para que sean famosetes, que se trata de vender revistas, no vaya a ser que te dé por votar a tu vecina, que es muy elegante.
Claro, con estas premisas los resultados a veces te desencajan las mandíbulas de tanto de reír.
Y venga de reír.
Así la reina Sofía puede estar 4ª en la lista de “Los Españoles más Importantes de la Historia”. Y Fernando Alonso 3º.
O aparecer la mujer del príncipe Felipe entre las mejor vestidas del mundo.
Y Sean Connery el sexto más atractivo.

Aquí tengo una mamonada de éstas que no tiene desperdicio: es la lista de “Las 100 personas más Influyentes del Mundo” que propone la revista “Time”, que debe de ser muy buena porque está en inglés.
¿Qué se entiende por influyente?
¿Será Obama, el del Microsoft, Spielberg, el Papa?
Frío, frío.
La votación aún no ha terminado pero el tema es tan importante que nos dan un adelanto:
Atención…”Lady Gaga podría ser la persona más influyente del mundo”.
De momento está arrasando en la votación.
Yo, por lo pronto, me he quedado deprimido al sentir que estoy fuera del mundo, que soy un desgraciado, que la tal Lady Gaga me influye menos aún que un discurso de Benedicto XVI.
Pero peor ha sido saber que en 2º lugar está “la patinadora coreana Kim Yu-na, aunque muy por detrás de la artista”.
Otros “influyentes”: cuarta, Hillary Clinton, que ésa sí me influye en los intestinos; quinto, Nicolas Sarkozy, que me ha influido mucho en mi cambio de opinión, para peor, sobre los políticos franceses; novena, Sarah Palin, que me ha influido grandemente para hacerme ver que cualquiera puede ser gobernador en USA. Y también novena (sic), “la mismísima (otro sic) Michelle Obama”, que me influye un huevo.

¿Y por qué es tan influyente Lady Gaga? Igual es que todas las adolescentes se visten como ella, o que su musiquilla es imitada por doquier, a pesar de sonar a visto, repetido y vacío.
Pues no, hay algo más, que “Time” nos explica:
“No se tratan (sic) sólo de sus 2 Grammys, su vestuario de estilo glam-rock o sus peinados. Stephani Joanne Germanotta (sic) se ha hecho famosa por estar obsesionada por la fama” (sic).
Tristes tiempos.
Ahora que lo pienso,…sí, noto algo,…una influencia…aquí en la rabadilla.

Posdata actualizadora:
Han salido los resultados de la encuesta y resulta que al final la persona más influyente del mundo es Lula, presidente de Brasil.
Y después, más lógicamente, el presidente de la marca taiwanesa de ordenadores Acer (2), el jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, el almirante Mike Mullen (3), Obama (4) y la “presidenta” (sic) del Congreso yanqui, Nancy Pelosi (5).
Y otros como el director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el primer ministro japonés.
Es decir, los que controlan: empresarios, políticos.
Muy significativo que los militares de USA sean más influyentes que los políticos, pero no sorprendente en un país tan militarista y agresivo.

Qué pinta Lula antes que todo el grupo de depredadores, es un misterio para mí.
Pero lo que sí está claro es que la lista ha sido hecha bajo los efectos de sustancias alucinógenas o para hacernos reír: por ejemplo, aparece el primer ministro palestino, por dios, será una broma: no existe nadie menos influyente que un político palestino.
Y en el apartado de “héroes” que tanto les gusta a los estadounidenses están Clinton marido y el actor Ben Stiller, ambos por su heroica labor en Haití; el opositor oficial iraní Musavi, el futbolista Drogba, y la tenista Serena Williams.
Y después de recuperarme del ataque de hilaridad paso a la categoría de “artistas y celebridades”, que demuestra, una vez más, que los anglosajones confunden el mundo con “su mundo”: el humorista televisivo Conan O´Brien, la actriz Sandra Bullock, los británicos Ricky Gervais y Robert Pattison, Elton John, Prince, el “modisto” (sic) Marc Jacobs, la cantante Taylor Swift, los actores Ashton Kutcher y Neil Patrick Harris, y el jurado de una mierda llamada “American Idol”, Simon Cowell.
Aparte de los pasadísimos de moda Prince, Elton John y Sandra Bullock, ¿quién coño son los otros?
Y para terminar con más bromas, algunos personajillos de la lista de “pensadores”: la arquitecta anglo-iraní Zaha Hadid (más anglo que iraní, si es tan influyente), el consejero delegado de Apple, Steve Jobs, el expresidente de la Reserva Federal (de Estados Unidos, claro) Paul Volcker, y la “jueza” (sic) estadounidense de origen puertorriqueño Sonia Sotomayor, miembro del Tribunal Supremo de EEUU.
Sólo falta Mickey Mouse.

14 mayo 2010

La fiesta por procuración.

Líbano es un país pequeño y a los libaneses, coleccionistas de otras nacionalidades, parece que no les bastara: muchos tienen un “segundo país”, porque allí viven sus familiares, porque lo han visitado, porque estudian su lengua, porque acabarán viviendo en él, o porque sí.
Por eso un libanés te pregunta: ¿Pero eres español-español?
Porque hay españoles-libaneses, franco-libaneses, venezolanos-libaneses, mexicanos-libaneses…y hasta yanquis-libaneses, que, a veces, como buenos conversos, son más yanquis que los yanquis-yanquis.
Sólo si entendemos esa mentalidad, unida a un carácter extravertido y festivo, podemos asimilar lo que pasa aquí cada 4 años: la fiesta del fútbol.
Es algo extraordinario, surrealista y muy bonito de ver y vivir: el país entero se moviliza en apoyo de unas u otras selecciones y el mundial se vive más que en alguno de los países participantes.
En este país el deporte rey es el baloncesto, con unos equipos poderosos en Asia y en el mundo árabe y con una selección que incluso ha participado en fases mundiales de campeonatos del mundo.
El fútbol es flojo. Así que ya puestos a identificarnos con otro país, mejor elegimos a los fuertes, de igual modo que en España en las ciudades donde no hay un equipo de primera la gente se hace del Madrí o del Barsa.
El ritual es el siguiente: 2 meses antes del mundial miles de coches, tiendas, balcones, colocan la bandera de su país favorito.
Ahora mismo falta un mes y al menos el 10% ó 15% de los coches ya las llevan.
Algunos listos llevan 2.
Montones de tiendas de todo tipo y puestos callejeros venden las banderas de casi todos los participantes, en tamaño pequeño, grande o extragrande.
Los países dominantes, con gran diferencia, son Brasil, Alemania e Italia.
Un segundo grupo lo forman países cercanos a la cultura libanesa, como Francia, y otros que están subiendo en los gustos locales, como Argentina o España.
Es curioso ver cada vez más coches con la bandera española: son quizá los de la colonia española, pero también de libaneses que estudian español o no.
Por último hay algún sufridor u original que sigue a Inglaterra, Estados Unidos, o incluso Australia, Croacia…

Cuando comienza el mundial es la fiesta: es verano, hace calor y los partidos se retransmiten y se ven en todos los bares y terrazas del país, desde las teles gigantes de plasma de los restaurantes pijos hasta las más pequeñas del último chiringuito de falafel.
Se vive el mundial con bullicio, con alegría, con rivalidad también, pero siempre con buen ambiente.
En los partidos trascendentes la gente aparece con banderas y la cara pintada, por ejemplo.de Alemania, como si el individuo en cuestión fuera de Dusseldorf y no de Saida.
Los goles se celebran a gritos y las victorias con procesiones de coches pitando por la ciudad.

Recuerdo 3 anécdotas, en realidad 2 anécdotas y 1 crimen:
Durante el último Campeonato de Europa la final la jugaba España y en una casa la veían un grupo de españoles no muy futboleros, que se alegraron de la victoria de España, pero no tanto como un vecino, libanés, que salió al balcón a tocar una trompeta y mientras desfilaba en el metro cuadrado gritaba “¡Españaaa!”.
Hace justo 4 años el Mundial fue un espectáculo en Beirut; viajé al final y vi la final Francia-Italia en una tasca de Madrid, donde la mayor parte de la gente ni siquiera miraba la tele: como no jugaba España el interés se había acabado.
Y me imaginé cómo estaría siendo en Beirut, con la mitad de la población convertida en italiana y la otra mitad en francesa.
Muy pocos días después empezó la invasión israelí: julio de 2006, bombardeo durante un mes, hasta arrasarlos, de muchos pueblos del sur y del barrio chiíta pobre de Beirut.
Destrucción de la mayor parte de las infraestructuras del país: carreteras, puentes, aeropuerto, depósitos de petróleo –provocando una marea negra-, centrales eléctricas, telecomunicaciones.
Éxodo de casi 1 millón de personas –sobre 4 ó 5 que tiene el país- a Siria y otros países.
Evacuación de los extranjeros.
Más de mil muertos, casi todos civiles indefensos y entre ellos más de 350 niños. Toda una heroicidad.
Impunidad total de Israel, como siempre.
Apoyo explícito de Estados Unidos y de su colonia Inglaterra, y de muchos otros países súbditos de USA.
Apoyo también del PP en España.
Silencio cómplice de la Unión Europea.
Blablablá estéril de los países árabes.
Generoso comportamiento de Siria, que abrió su frontera.

Esperemos que esta vez Israel –que no juega el mundial porque no se ha clasificado en su grupo europeo- deje a los libaneses participar en paz.

10 mayo 2010

Sobre los toros.

Las corridas de toros son una tradición y también un maltrato a los animales.
Mantenerlas por la tradición no es justificable. Prohibirlas por el maltrato tampoco, excepto si eso nos lleva a prohibir igualmente la experimentación con animales en laboratorios, el hacinamiento de los pollos, las carrozas para turistas, la matanza del cerdo, la caza en todas sus formas, el engorde artificial de las ocas, los zoos, y el tener un perro esquimal en verano en Madrid en un piso de 50 metros cuadrados.

Los antitaurinos sostienen que es una tortura, la de los toros, gratuita.
Y no es por justificarla, pero existe también una decena de argumentos a favor, algunos más serios que otros: el hecho de que las corridas son precisamente lo que mantiene la especie del toro bravo, que de otra forma se habría extinguido como en Europa en el s. XVII. Se dice también que los 4 ó 5 años que el toro vive antes de la fatídica tarde los pasa en dehesas, en plena libertad y con unas condiciones que para sí querrían la mayoría de los animales y no pocas personas. No hay que olvidar que la carne del toro se vende y se come, como la de una vaca, también asesinada aunque con menos ensañamiento. Crean también muchos puestos de trabajo: quizás no es un argumento válido pero así se justifica, por ejemplo, a las industrias contaminantes, o a las fábricas de armas en España…y a los estanqueros, los vendedores de alcohol y tantos otros. Y es uno de los principales reclamos turísticos de España, lo que quizá tampoco sea un argumento.

Ocurre que la mayoría de los extranjeros y una buena parte de los españoles no saben en qué consiste una corrida de toros; no ven en ella más que banderillas, picas, espadas que se clavan en el toro; y, entre pinchazo y pinchazo se le pasan al toro unos trapos por la cara.
Pero precisamente la suerte de varas y la de banderillas no son más que preparatorias para las fundamentales que culminan la corrida y se complementan: el toreo de muleta y la muerte del toro.
Se podría hablar de la lucha entre el hombre y la bestia, el peligro, la valentía, el ambiente festivo, etc, pero en realidad, lo único que esperan algunos aficionados y lo único que tiene de irrepetible la corrida es algo que sucede, cada mucho tiempo, un instante: el arte.
Es algo que, de entre todos los toreros, sólo está en la mano de unos pocos, y para que salga tienen que conjugarse además el tiempo, el espacio y ese toro, no cualquier toro.
Yo no sé explicarlo pero una vez lo vi, hace muchos años; lo hizo Vicente Barrera, el torero valenciano; duró 5 minutos y me acuerdo.

¿Qué es torear entonces?
Engañar al toro, pero no sólo eso, ni mucho menos.
“Parar, templar y mandar”, como dice la clásica definición: parar al toro, templar su embestida y mandarle ir por aquí, muy lento, muy largo, el torero con los pies juntos, quietos, con la mano muerta y la muleta baja.
Ya digo que no sé explicarlo…que lo haga mucho mejor Amós Salvador, político y aficionado a los toros que, a principios del s. XX escribió su “Teoría del toreo”, donde establecía como “principio fundamental del toreo” 2 maneras de engañar a los toros y, por tanto, 2 toreos distintos: “El primero, movido, de agilidad, de pies, malo por lo inquieto e indisciplinado. El segundo, quieto, de inteligencia, de brazos, bueno y único recomendable, por lo clásico y elegante, el verdadero toreo”.
Estas palabras se escribieron hace un siglo pero siguen siendo válidas; y hasta ahora, desgraciadamente, son multitud los toreros que hacen lo primero, y unos pocos lo segundo. Entre estos últimos aparece el arte, alguna vez.
“Para realizar toda suerte debe colocarse el torero en la dirección del toro, y desde este momento el toro queda interpuesto en el terreno del torero y éste en el de aquél, de modo que si el toro va por el suyoy en su dirección, debe coger, a menos que para impedírselo se interponga “una suerte” destinada a desviarlo. Pero esto puede hacerse de 2 maneras; consiste la primera en señalarle un terreno y darle una salida por medio del engaño, sacando y extendiendo los brazos, con lo cual se le lleva fuera de su línea, quedándose quieto el toro; consiste la otra en dejarlo empapado en el engaño y en su propia dirección, y salirse de ella moviendo los pies.¡La diferencia es colosal! La una descompone el toro, haciéndole describir una curva y contracurva extensas, y hace que el toro necesite más tiempo para reponerse y volver a embestir; la otra cambia los papeles y hace que tarde más en reponerse el torero, que está en movimiento. En la una el torero está quieto y se cansa menos porque sólo mueve los brazos, y se repone con sólo girar sobre los talones; en la otra agota sus fuerzas por el bailoteo, y el giro es más extenso.En la una el engaño sirve para quitárselo de encima; en la otra sólo sirve para contenerle o distraerle la cabeza mientras se desvía para evitar el hachazo. En una gira el toro alrededor del torero, y en otra el torero alrededor del toro. En suma, de un modo se torea al toro, mientras que del otro el que resulta toreado es el torero. ¡Y esto último no entra, que yo sepa, en el arte de torear, sino en el de ser toreado!”.

No sé si así es más claro, pero seguro que si un día lo ves lo reconocerás.
Y, si no, que prohiban las corridas porque seguramente un instante de arte no vale mil toros (y un torero) muertos.
Seguramente tampoco una escultura vale las 2 toneladas de metal que a veces tiene; seguro que un puente de Calatrava no vale lo que cuesta.
Menos aún un diamante vale ni la vida ni la esclavitud del obrero.

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Nota: José Tomás es uno de los pocos toreros de arte que existen actualmente. Dicen de él que morirá en una plaza de toros.

El diestro José Tomás, muy grave tras una cogida en México
El torero madrileño José Tomás, sufrió el sábado una grave cogida en la plaza de toros de Aguascalientes, México, que hizo temer por su vida, "Ha sufrido una cornada muy grave en el muslo izquierdo. Es una cornada de 10 centímetros que le afecta a la vena y arteria femorales, lo más grave de todo es que ha perdido muchísima sangre", indicó el apoderado del diestro en la Cadena Ser.
José Tomás, que perdió entre seis y ocho litros de sangre, fue estabilizado en el coso taurino antes de ser trasladado a un hospital, indicó Boix sobre el matador que concede escasas entrevistas y no permite que sus corridas se televisen.
El diestro de Galapagar, cuya retirada de los ruedos en 2002 en la cumbre de su carrera continúa siendo un enigma, regresó en 2007 para seguir cosechando éxitos y sustos, ya que su forma de torear le hace exponerse mucho a los astados.

05 mayo 2010

Serie: La manipulación informativa: Cuando se confunde el cerebro con la uña del dedo meñique del pie izquierdo.

“En este mundo cruel nada es verdad ni es mentira…todo es del color del cristal con el que mira el periodista que lo manipula”.
Ya sabemos que hay personas de primera, países de primera, atentados de primera, muertos de primera, sentimientos de primera…y de segunda y tercera.
Me pregunto si cuando los medios de comunicación pretenden colocarnos que la noticia más importante respecto a la marea negra en Estados Unidos es que su presidente va a visitar la zona afectada, lo hacen porque se les han difuminado los criterios de importancia de las noticias, o porque son consignas de sus jefes y/o gobiernos, o simplemente porque el cotilleo y el famoseo y la campaña gigantesca de mitificación de Obama es lo que a la gente le interesa.
Parece que no queremos saber la actualidad de la situación, ni por qué se construyen tranquilamente tubos que sacan el petróleo a 1500 m de profundidad y que si se rompen provocan catástrofes tan devastadoras que hacen que uno se sienta ridículo reciclando papelitos y llevando la bolsa de lino al Carrefour.
Tampoco queremos saber si de una vez se va a empezar a plantear la prohibición del transporte de sustancias tóxicas y contaminantes por mar, ahora que le ha tocado el turno de sufrir las consecuencias al imperio estadounidense (igual que antes a Galicia, a Líbano y a tantos otros).
No nos interesa conocer si esto va a cambiar la política ecológica estadounidense, principal contaminador y derrochador de energía del planeta.
No, lo que nos importa y nos trastorna de gozo, la primera noticia, es que Obama va allí como un campeón y va a dar unos discursitos enérgicos y determinados que también serán la primera noticia en los telediarios de Europa, antes que la situación de Grecia, España, Portugal, por ejemplo.
Después nada pasará porque no se va a molestar al “lobby” petrolero del país, lobby tan poderoso que hasta algunos presidentes salen de él, y país tan ávido de riquezas que hasta es capaz de invadir a otros mintiendo para controlar su petróleo.
Pero de momento llega Obama al lugar de la catástrofe y se acabó el problema, como si fuera un santo milagroso o al menos el Equipo A.
Qué absurdo.
Pero es que es el Presidente de Primera del país de Primera y nos tiene que interesar primero todo lo que les pasa.
Han tenido también un atentado fallido –y casero- en Nueva York, ciudad de Primera donde las haiga, y en primera plana sabemos los miles de ciudadanos de primera que han tenido que ser evacuados. Y el héroe de primera que se dio cuenta y avisó a la policía de primera.
Una pregunta de tercera para los que lean las noticias escondidas en los rincones de los periódicos:
¿En qué país de tercera ha habido esta misma semana un coche bomba de tercera que ha matado a decenas de personas de tercera sin nombres, sin héroes, sin evacuados?

02 mayo 2010

El nacionalismo barato: 4. Nacionalismo y toros.


Los nacionalismos catalán y vasco, precisamente, tienen algo contra las corridas de toros y no es amor al animal. De hecho, Barcelona ya ha sido declarada, a golpe de “nosaltres nos lo guisamos y nosaltres nos lo comemos”, ciudad antitaurina.
Madrid ha reaccionado de manera tan rancia como Barcelona, con un nacionalismo de esos de “Vivaspaña, a por ellos oeoeoeee”, elevando la corrida al rango de Fiesta de interés nacional. O algo así.
Si fuera que en el País Vasco y Cataluña están más desarrolladas las sensibilidades ante el maltrato animal que en el resto de España, nada tendría que decir.
Pero se da la circunstancia de que una de las fiestas vascas más tradicionales, la de Lequeitio, tiene como acto principal romperle el cuello a un ganso, ganso que, por suerte, desde hace unos años está ya previamente muerto.
Yo no sé si calificar de maltrato animal el arrastre de bueyes, lo que sí sé es que los argumentos antitaurinos se mezclan con los políticos en estas 2 Comunidades bendecidas por los dioses.
Si fuera al menos porque en Bilbao, en san Sebastián, en Barcelona, la mayoría de la población rechaza las corridas y las plazas están vacías, tendrían quizá estas medidas“un pase”, y discúlpeseme la expresión taurina.
Pero sucede que la Feria de Agosto de Bilbao es una de las más importantes de España y que cada año se supera el número de espectadores. Por no recordar los recientes llenos hasta la bandera en la Monumental de Barcelona para ver a José Tomás.

No, los motivos son otros; y son tan simples, tan falaces y tan reaccionarios como lo suelen ser en general las políticas nacionalistas.
Se trata de lo siguiente: “Las corridas de toros son españolas; nosotros no somos españoles, ergo rechazamos las corridas de toros”.
O “el torito ese de las toallas playeras, las camisetas y las pegatinas de los coches es un símbolo españolista; luego nosotros nos sacamos de la manga al antídoto, el burro catalán que es un burrro que sólo se cría en Cataluña desde tiempos inmemoriales o antes”.
Más incluso, y más tonto: “Las corridas de toros nos las impuso Franco para colonizarnos y hacernos perder nuestra cultura propia”.
Bueno, bueno, todo esto estaría muy bien…si no fuera porque es mentira.
Se dice que la primera plaza de toros que se construyó en España fue la de Olot, en Cataluña, oiga. Barcelona tuvo varias plazas simultáneamente y gran actividad taurina desde mediados del s. XIX, un poquito antes de Franco.
Por esa misma época había en todos los periódicos de Barcelona crónicas taurinas, amén de multitud de revistas y periódicos especializados en las corridas, como El Liberal Taurino, Pepe-Hillo o El Toreo de Barcelona, por citar sólo algunos..
Así termina Don Pio su crónica de una corrida en Barcelona, en 1913, donde intervenía Belmonte: “Caballeros, ¡qué lleno! Menos mal que es el tercero de las tres corridas que llevan dadas”.
Así que vamos a dejarnos de tontadas, que cualquier parecido entre la política catalana en materia de toros, y los derechos de los animales, es pura coincidencia.
En cuanto a Bilbao, ciudad tradicionalmente taurina donde ya toreaba en 1907 el “torero de la tierra” Cocherito, en los alrededores de la plaza se organiza algunas tardes de toros una manifestación antitaurina, bastante minoritaria y muy politizada (porque en el país Vasco hasta la ecología y el feminismo están controlados sobre todo por sectores afines al nacionalismo independentista). Los aficionados van pasando entre las miradas torvas de los manifestantes y, a veces, escuchando gritos de “¡Asesinos!” y otras lindezas. Es nuestro estilo; la falta de tradición democrática, hay que disculparlos.
Pero si hasta uno de los más clásicos dirigentes de Herri Batasuna fue novillero en su juventud; supongo que expurgó después su “españolismo” a base de cilicio, azotes y golpes en el pecho al grito de “yo pecador”.
Se puede estar a favor o en contra de la corrida; lo que no se puede es negar, manipular o inventar la historia.
He encontrado una joyita de facsímil del programa de las Fiestas de Bilbao de 1865, también un poquito antes de Franco.
Nos sirve por un lado para comprobar cuál era la lengua de comunicación en Bilbao hace 150 años: el castellano, igual que ahora.
Nos sirve asimismo para observar que en 1865 había plaza de toros en Bilbao.
Y nos sirve finalmente para ver cuáles eran los actos festivos, los que con plena razón podríamos calificar ahora de típicos y tradicionalmente bilbaínos: tamborileros, encierros en los que hasta el novillo era vizcaíno, banda de música, “regateo”, sartenes, cucañas, lucha entre “un famoso elefante autómata del país” y un toro bravo, corrida de toros, novillo embolado, “fuegos de bengala” e iluminación del paseo del Arenal,
Mucho toro, ¿verdad?