19 mayo 2010

Serie: Encuestas anglosajonas: La influenza.

Ya sabéis que me encantan las encuestas y los estudios científicos de ésos que demuestran científicamente que si vas al supermercado desfallecido de hambre compras más cosas que si lo haces justo después de haberte comido un cochinillo entero y una barra de pan.
Que sea esto evidente y que cualquiera se dé cuenta de ello no importa mientras no esté demostrado científicamente por un equipo de investigadores de alguna prestigiosa universidad estadounidense de ésas a las que mandaban a los adolescentes pudientes españoles a estudiar el COU y sin tener ni jodía idea de inglés iban y lo aprobaban.
El método científico que utilizan me maravilla por su científica sencillez: se cogen 2 grupos de voluntarios de, digamos, 74 personas cada uno (respetando, eso sí, la paridad entre “afroamericanos”, mujeres, latinos y asiáticos); a un grupo se le tiene 3 días sin comer, y al otro se le atiborra de hamburguesas dobles con mostaza, tomatequechu y pepinillo. Y nada, se les suelta en el super…casi estoy viendo al equipo de científicos con sus batas blancas detrás de los voluntarios por el supermercado, discretamente, con las gafas en la punta de la nariz y una libretita de notas científicas: “oh, ah, ha cogido crema de arándanos”..
Después se cuenta lo que han comprado, se suma, se resta, se hacen cuentas y se publica en una revista científica, vamos a decir la “Food and Health Behavior Revue” o en la “Ectozooplasma”, que los nombres en griego quedan muy científicos.
Y por último la agencia Reuters resume malamente el estudio y lo traduce aún peor, y de esta manera llega a nuestras manos un artículo titulado: “Comer antes de hacer las compras reduce el riesgo de hipertensión”.
Sí, me encantan estos estudios, sobre todo los anglosajones, que son los más surrealistas y los que más morro tienen.

Hay una variante muy jugosa que es la de las encuestas de revistas para establecer la lista de los hombres más sexis DEL MUNDO o de las mujeres más elegantes.
El método también es muy bueno y de una sorprendente científico-sencillez: ya te dan ellos la lista de los candidatos, para ahorrarte trabajo y para que no se dispersen los votos y haya 7 millones de sexis con un voto cada uno. Y para que sean famosetes, que se trata de vender revistas, no vaya a ser que te dé por votar a tu vecina, que es muy elegante.
Claro, con estas premisas los resultados a veces te desencajan las mandíbulas de tanto de reír.
Y venga de reír.
Así la reina Sofía puede estar 4ª en la lista de “Los Españoles más Importantes de la Historia”. Y Fernando Alonso 3º.
O aparecer la mujer del príncipe Felipe entre las mejor vestidas del mundo.
Y Sean Connery el sexto más atractivo.

Aquí tengo una mamonada de éstas que no tiene desperdicio: es la lista de “Las 100 personas más Influyentes del Mundo” que propone la revista “Time”, que debe de ser muy buena porque está en inglés.
¿Qué se entiende por influyente?
¿Será Obama, el del Microsoft, Spielberg, el Papa?
Frío, frío.
La votación aún no ha terminado pero el tema es tan importante que nos dan un adelanto:
Atención…”Lady Gaga podría ser la persona más influyente del mundo”.
De momento está arrasando en la votación.
Yo, por lo pronto, me he quedado deprimido al sentir que estoy fuera del mundo, que soy un desgraciado, que la tal Lady Gaga me influye menos aún que un discurso de Benedicto XVI.
Pero peor ha sido saber que en 2º lugar está “la patinadora coreana Kim Yu-na, aunque muy por detrás de la artista”.
Otros “influyentes”: cuarta, Hillary Clinton, que ésa sí me influye en los intestinos; quinto, Nicolas Sarkozy, que me ha influido mucho en mi cambio de opinión, para peor, sobre los políticos franceses; novena, Sarah Palin, que me ha influido grandemente para hacerme ver que cualquiera puede ser gobernador en USA. Y también novena (sic), “la mismísima (otro sic) Michelle Obama”, que me influye un huevo.

¿Y por qué es tan influyente Lady Gaga? Igual es que todas las adolescentes se visten como ella, o que su musiquilla es imitada por doquier, a pesar de sonar a visto, repetido y vacío.
Pues no, hay algo más, que “Time” nos explica:
“No se tratan (sic) sólo de sus 2 Grammys, su vestuario de estilo glam-rock o sus peinados. Stephani Joanne Germanotta (sic) se ha hecho famosa por estar obsesionada por la fama” (sic).
Tristes tiempos.
Ahora que lo pienso,…sí, noto algo,…una influencia…aquí en la rabadilla.

Posdata actualizadora:
Han salido los resultados de la encuesta y resulta que al final la persona más influyente del mundo es Lula, presidente de Brasil.
Y después, más lógicamente, el presidente de la marca taiwanesa de ordenadores Acer (2), el jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, el almirante Mike Mullen (3), Obama (4) y la “presidenta” (sic) del Congreso yanqui, Nancy Pelosi (5).
Y otros como el director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el primer ministro japonés.
Es decir, los que controlan: empresarios, políticos.
Muy significativo que los militares de USA sean más influyentes que los políticos, pero no sorprendente en un país tan militarista y agresivo.

Qué pinta Lula antes que todo el grupo de depredadores, es un misterio para mí.
Pero lo que sí está claro es que la lista ha sido hecha bajo los efectos de sustancias alucinógenas o para hacernos reír: por ejemplo, aparece el primer ministro palestino, por dios, será una broma: no existe nadie menos influyente que un político palestino.
Y en el apartado de “héroes” que tanto les gusta a los estadounidenses están Clinton marido y el actor Ben Stiller, ambos por su heroica labor en Haití; el opositor oficial iraní Musavi, el futbolista Drogba, y la tenista Serena Williams.
Y después de recuperarme del ataque de hilaridad paso a la categoría de “artistas y celebridades”, que demuestra, una vez más, que los anglosajones confunden el mundo con “su mundo”: el humorista televisivo Conan O´Brien, la actriz Sandra Bullock, los británicos Ricky Gervais y Robert Pattison, Elton John, Prince, el “modisto” (sic) Marc Jacobs, la cantante Taylor Swift, los actores Ashton Kutcher y Neil Patrick Harris, y el jurado de una mierda llamada “American Idol”, Simon Cowell.
Aparte de los pasadísimos de moda Prince, Elton John y Sandra Bullock, ¿quién coño son los otros?
Y para terminar con más bromas, algunos personajillos de la lista de “pensadores”: la arquitecta anglo-iraní Zaha Hadid (más anglo que iraní, si es tan influyente), el consejero delegado de Apple, Steve Jobs, el expresidente de la Reserva Federal (de Estados Unidos, claro) Paul Volcker, y la “jueza” (sic) estadounidense de origen puertorriqueño Sonia Sotomayor, miembro del Tribunal Supremo de EEUU.
Sólo falta Mickey Mouse.

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