28 abril 2007

Serie "Maravillas de la Ciencia": Encuestas de británicos (2).

17 de abril de 2007.
"Si alguien pierde el teléfono móvil, la cartera o las llaves en un lugar público de Gran Bretaña, tiene pocas posibilidades de volver a verlos de nuevo [y valga la redundancia], según un experimento público cuyos resultados se publicaron el martes.
El experimento consistía en poner un objeto de valor en un lugar público con el nombre y dirección del propietario y en contar cúantos eran devueltos.
Así en Birmingham (segunda ciudad del país), solamente un 16% de los objetos fueron devueltos a sus propietarios, mientras que en Londres la cifra es del 24%. Por el contrario en Bristol, una localidad de tamaño mediano, un 34% de los objetos abandonados volvieron a manos de sus dueños.
La experiencia ha mostrado que los galeses son los más honestos".

Pues muy bien.
No sé si alguien se está preguntando cuáles eran los objetivos del experimento...
Lo siento, el artículo no lo dice.
¿Y a qué conclusión se ha llegado tras el estudio?
Eso sí lo dice. Agárrense:
"El experimento demuestra que las grandes ciudades son en las que hay menos posibilidades de encontrar los objetos perdidos".
(Así que tenemos que intentar perder los objetos en ciudades pequeñas).

¡Maravilloso cientifismo que nos permite extrapolar los resultados a cualquier parte del mundo!

Pero yo no estoy de acuerdo con la conclusión:
Si en Londres devolvieron el 24% de los objetos y en Birmingham sólo el 16%, lo que demuestra el sesudo estudio es que en las segundas ciudades hay menos posibilidades de encontrar los objetos perdidos.
Por otro lado, el experimento se llevó a cabo en Inglaterra, Escocia y Gales. Si "la experiencia ha mostrado que los galeses son los más honestos", entonces la experiencia ha mostrado que los ingleses son los más deshonestos.
Así que si tiene usted un móvil encima de la mesa y a su lado hay un británico, pregúntele con disimulo si es galés. Porque si es inglés y usted se olvida el móvil con la dirección, sepa usted que tiene un 17% más de posibilidades de que el individuo no se lo devuelva.
Y si el tipo es de Birmingham, ya no digamos: hay un 8% más de peligro que si es de Londres.

Oiga, que yo no soy un racista, que el experimento científico no lo he hecho yo, pero si piensa ir a Birmingham de vacaciones, mejor que no lleve el móvil, no vaya a ser que..

20 abril 2007

Made in USA.

Hay 4 cosas que no han cambiado nada desde que era niño hasta ahora y que se repiten cíclicamente:
-los super-proyectos del mundo rico para erradicar la pobreza en el mundo.
-la pobreza en el mundo.
-los escandalosos beneficios anuales de los profesionales de la usura ("los bancos españoles ganaron 15.730 millones de euros en 2006, lo que supone un incremento del 27,7% respecto al beneficio del año anterior").
-las masacres en Estados Unidos en las que un perturbado entra en una escuela o universidad y se pone a pegar tiros sobre todo lo que se mueve.

Es cierto que psicópatas hay en todo el mundo pero en otros países no se les ocurre comprar un arma y ponerse a matar indiscriminadamente.
Y, si se les ocurre, lo tienen un poquito más difícil para procurarse un arma.

A pesar de esta periodicidad, los Estados Unidos se encuentran "horrorizados, chocados, sorprendidos y preguntándose por el porqué de este absurdo".
¿Dónde está la sorpresa en algo que se repite tanto y desde hace tanto tiempo que se ha convertido en una macabra tradición?
Por citar sólo un pequeño número de casos, "en 1927 un hombre hizo explotar una escuela de Michigan matando a 38 niños y 7 profesores". "El 20 de abril de 1999 dos adolescentes mataron a 12 compañeros y un profesor antes de suicidarse en el Liceo de Columbine (Colorado)". "Hace seis meses, cinco jóvenes fueron asesinados en una escuela "amish" en Pennsylvania".
Sin ir más lejos, en la propia Universidad de Virginia Tech "en agosto pasado un presidiario evadido se refugió en el campus y resultaron muertos un guardia de seguridad y un policía".

"El porqué de este absurdo" nos lo explicó ya en parte Michael Moore en su documental "Bowling for Columbine", en cuya primera escena el propio Moore intentaba, y conseguía, comprar un fusil en el supermercado de la esquina.
La película nos hablaba del poderoso lobby de las armas en Estados Unidos (ya sabemos que uno de los negocios más lucrativos de este país es el de las armas de destrucción, masiva y al por menor) y, sobre todo, de una mentalidad todavía de pionero, de pistolero, de autodefensa, de matar al agresor, apoyada por la paranoia que crea el estado entre los ciudadanos, atrrorizándolos y haciéndoles creer que el peligro acecha por todas partes en forma de terroristas o psicópatas. Moore se iba a Canadá y descubría que allí, aunque también es muy fácil comprar un arma de fuego, apenas se producen muertes violentas,.
Explosiva combinación ésta de mentalidad justiciera y agresiva en una sociedad enferma, y fácil acceso a las armas.
Qué distinto de las sociedades donde pensamos que el uso de las armas debe estar restringido a los profesionales de la seguridad y la defensa, léase la policía y el ejército, y controlado por el estado. Y que cuantas menos armas circulen por la calle mejor para todos, que el que juega con fuego se acaba quemándo.

"En Estados Unidos 40% de los hogares posee al menos un arma".
"Más de 30 estados permiten, por simple vacío jurídico, a los ex-condenados proveerse en las ferias de armas sin que sus antecedentes sean verificados".
Sorprendente, en el país del control y la seguridad.

"30.000 personas (treinta mil) mueren cada año en Estados Unidos a causa de la violencia por armas de fuego, indica Ladd Everitt, de la coalición Stop Gun Violence".
¡ 30.000 al año! Diez veces más que las del atentado en las Torres Gemelas.
¡ 30.000 al año! Diez veces más que los soldados estadounidenses muertos en Irak desde que invadieron a ese país.
De verdad, impresionante.
Pero no sorprendente.
Sorprendentes son otras cosas:
-sorprendente es que la cultura de la violencia esté tan enraizada en las mentalidades de los estadounidenses.
-sorprendente es que puedan convivir los valores democráticos con Guantánamo, la pena de muerte y una política exterior tan agresiva y mortífera.
-sorprendente es la hipocresía de escandalizarse ante una cantante que enseña una teta en la televisión, cuando el verdadero escándalo es que los niños a los que se pretende "proteger" de esa teta malvada estén confrontados diariamente a miles de actos violentos en la televisión.

No dudo de que la cultura estadounidense presente aspectos interesantes.
Pero como vivo en "provincias", esa cultura me llega especialmente a través del cine y la televisión.
Y, sinceramente, sería mejor para nuestra salud mental que no nos llegara.
Porque son toneladas de basura, falsedad, violencia, bazofia superficial de usar y tirar.
Y todo ello aderezado con su moralina.
Insufrible.
Y ni una teta, oiga.
En mi alejada provincia del Imperio hago un zapping en busca de algo constructivo, interesante o de un cierto valor intelectual que nos venga de Estados Unidos.
Y no lo encuentro.

Tenemos un programa en el que un tarugo viene a contarle "a toda América" que está follando con la hermana de su mujer, por ejemplo.
Aparece el tarugo, aparece la hermana y aparece la mujer, se pelean, aparecen unos matones para separarlos, aparece la publicidad y el público berrea y babea de excitación.
Y es siempre igual.
Y no se sabe porqué pero la hermana o una del público en un momento se levantan y nos enseñan las tetas (?). Es un decir, porque nos lo censuran, gracias a Dios, poniendo una barra borrosa a la altura del pecho. Que tienen que protegerse de la pornografía.
Y lo más patético de todo es que el público, el tarugo, la hermana y la mujer son falsos, vienen de un casting y son pésimos actores.

Tenemos otro canal con el que podemos admirar 24 horas al día a la policía persiguiendo a delincuentes por las carreteras del condado, o imágenes de un atraco en una tienda de ultramarinos.

Si tu edad mental es inferior a 10 años, te recomiendo la pseudo-lucha libre americana, en la que hay héroes buenos y malos malísimos, para que elijas tu favorito, haciendo un teatro violento ante miles de personas que parecen creer que se están pegando de verdad.

En otro programa de asqueroso voyeurismo el equipo de cámara y periodista te acompaña para filmar in fraganti a tu novia con su amante, inmortalizar la inevitable pelea y entrevistar a los protagonistas.

Luego tenemos la CNN, el canal informativo que algunas personas consideran digno y objetivo, no sé si por ingenuidad o porque lo comparan con la FOX.
La CNN durante meses y meses tuvo un cartel fijo en pantalla que decía: "War against terror", todo un ejemplo de objetividad periodística.

Y, por último, hay también decenas de películas y series llenas de explosivos, policías, psicópatas, coches ardiendo, rambos, y tiros, muchos tiros.
Violencia, siempre violencia, a todas horas violencia.

Esta penosa mentalidad necesita un enemigo, para autojustificarse, para tener una misión divina o humana. En el cine y en la realidad.
El enemigo cambia pero siempre hay uno: puede ser un indio salvaje, un soviético, un nazi, un árabe, un alienígena, un traficante. Pero todos son malos y quieren atacarnos y hay que acabar con ellos. Como sea.

En el caso de Virginia Tech se hace hincapié en que el asesino era coreano, extranjero, como si eso explicara algo.
Pero lo que produce terror y espanto es el miedo, miedo, no respeto ni admiración, que todos los países del mundo tienen ante Estados Unidos.
Corea del Sur está asustada ahora. Tiene miedo. Miedo de que "se vean afectadas las relaciones entre Estados Unidos y Corea". Y miedo de "las represalias y ataques que podrían sufrir los ciudadanos coreanos residentes en EEUU". Y organizan manifestaciones de expiación de culpas y arrepentimiento colectivos.
Como si todo el país fuera responsable y tuviera que avergonzarse.
Es como si los españoles fuéramos todos cojonudos gracias a Fernando Alonso. O unos cabrones por culpa de Torquemada.
Increíble.
Y falaz.
Porque si algún país tiene la culpa es Estados Unidos.
Por que si leemos la letra pequeña de las noticias vemos que el asesino nació en Corea del Sur pero vivía en Estados Unidos desde los ¡ 8 años ! Y tenía 23.
El país en el que creció y se educó fue EEUU. Allí fue a la escuela, allí pasó su adolescencia. La televisión que veía era la estadounidense. Y ésa era su sociedad, su vida , su mentalidad.


Mientras escribo esto en un cibercafé, a mi lado, un grupo de preadolescentes juegan "on line" a un vídeo-juego que consiste en elegir un arma y entrar por pasillos y laberintos a matar a cientos de enemigos.
Los miro un rato.
Y miro el juego: es muy realista y excitante.
Pura adrenalina.
Rock duro y explosiones y disparos y gritos.
Cuando matas a uno las paredes quedan salpicadas de sangre... Yeeees!
Los niños gritan también. Deberiáis ver sus ojos...
Y se me ocurre que sería mucho mejor para el mundo y para ellos que estuvieran jugando al fútbol en la puta calle.

16 abril 2007

Barrios.

En Jerusalén o en Alepo hay un barrio armenio.
Bourj Hammoud es el barrio armenio de Beirut, o de fuera de Beirut porque hay un río sucio, que se llama "Río Beirut", que los separa.
Desde Bourj Hammoud se ve el culo de Beirut, la parte de atrás de sus colinas.
Es un barrio comerciante, humilde y multicultural.
Los carteles de las tiendas son al menos bilingües: árabe-armenio; pero hay algunos en inglés también; otros, sólo en armenio.
Las señoras, mal peinadas y con ropa de baratillo, se santiguan cuando pasan ante un San Vartan o una virgen; y hay una (virgen, no señora) en cada esquina, en cada portal, en cada recodo. Vírgenes que rompen el tópico del mundo árabe. Uno se siente en Palermo o en Sevilla, sólo que la gente habla armenio.
Hay mujeres musulmanas que compran los famosos zapatos del barrio, imitación de los italianos.
Se oye armenio y también árabe. Y esrilankés, tagaloh, lenguas de Bangladesh, de todos los países de las sirvientas. Porque en Bourj Hammoud viven muchísimas criadas y porteros; la mezcla es más profunda que en el resto de Beirut. Se pueden ver cosas increíbles para el que conozca Beirut: un negro conduciendo un coche (un negro de África, no de la Finul), casas pintadas de colores, videoclubs con todos los éxitos del cine de la India o de Srilanka.
Huele a especias del lejano oriente. Y a incienso de iglesia en las puertas de las tiendas. Y a "basterma" y "soujouk", la charcutería armenia.
El domingo es el día libre de las criadas y pasean al sol, se paran en la calle, compran ropa y comida y se sienten contentas.
Todo es muy libanés y muy árabe y muy exótico, al mismo tiempo. Parece Beirut y no lo parece.
Zumerías, tiendas de "todo a 1 dólar".
Camisetas del "Rey Mysterio", héroe mejicano de la lucha libre americana; pantalones de camuflaje, café, dulces, gente...
Que es domingo y se está bien paseando por Bourj Hammoud.

13 abril 2007

Fútbol es fútbol.

Las guerras son como el fútbol: hay categorías y divisiones.
Por un lado las ligas de las estrellas, plagadas de héroes, donde la rivalidad llega al paroxismo y se despiertan las pasiones.
Los medios de comunicación les dan amplia cobertura y nos cuentan los más enternecedores detalles de la vida de los protagonistas y de sus familiares.
Por otro lado, las categorías inferiores, los equipos de pueblo, donde a veces el árbitro tiene que salir huyendo por los trigales perseguido por los brutos del lugar. La lucha, la rivalidad, también son fuertes, sólo que no aparecen en los periódicos apenas.
Pero, en tiempos de globalización, hay algo más en común: los proveedores de material son los mismos, todos juegan con las mismas marcas de camisetas y con los mismos balones.

Hay en estos momentos 3 grandes equipos mediáticos en el mundo:

A) El "Equipo A", también llamado "Liberty Team", manda huevos.
Está en todas las ligas pero no gana nada; eso sí, se cree muy bueno.
A mí no me gusta porque practica un juego ofensivo pero muy destructivo, es antideportivo, agresivo, y no cumple las normas aunque dice que sí, que es el único que las cumple.
Su juego es cuadriculado, ni se le pasa por la cabeza que su estrategia no sólo no funciona sino que además es injusta y únicamente despierta odio entre los aficionados.
El entrenador es un enchufao.
Para colmo, es el que vende el material a todo el mundo.
Y se sospecha que tiene comprados a los árbitros.

B) El equipo "Occidental".
Muchas estrellas (aunque menos barras que el anterior) y muchos mercenarios también.
Decepcionante. Es menos agresivo pero su juego, ni fu ni fa; quiere ser pacífico pero al final es también destructor aunque se cuelgue a sí mismo la etiqueta de "humanitario".
El problema es que está asociado al Equipo A y repite en el campo sus mismos errores.

C) Hay un equipillo de moda cuyo único mérito es estar patrocinado y provisto por el Equipo A.
No debería jugar la liga porque se pasa el reglamento por el forro de los cojones.
Sólo sabe jugar al patadón y lesionar a los contrarios; y además se queja de los árbitros, de los otros equipos, de los espectadores, de los periodistas que osan criticarles, y hasta del balón.

Cansa ver a estos 3 equipos todo el tiempo en los periódicos y la televisión. Su juego destructivo, machacón y sin imaginación, basado en la soberbia, la fuerza y la presión, aburre e indigna a los aficionados al arte.

Así que nos vamos a fijar hoy en las ligas modestas, las que sólo aparecen en la página 23 de los periódicos a pesar de que el ardor y la entrega sean tan altos como en las categorías superiores.
Veamos la reseña y breve crónica de un partido jugado hace poco tiempo en una de estas humildes ligas:

"Los combates que han arrasado Mogadiscio, la capital de Somalia, entre el 29 de marzo y el 1 de abril, han causado más de mil muertos (1.000), según una comisión oficiosa.
Los enfrentamientos entre el ejército etíope, que apoya al ejército somalí, y las milicias islamistas o de clanes han provocado, según una "primera estimación aproximativa", 1.086 muertos y más de 4.300 heridos. "El número de muertos será mucho más elevado porque todavía no nos hemos aventurado fuera de los ejes principales de la ciudad", ha declarado el coronel Hussem Siayaad, miembro de la comisión.
Estos combates han obligado a huir de Mogadiscio a 1.400.000 de sus 2.400.000 habitantes".

10 abril 2007

Barrios de Beirut: Gemmeyzeh, Getawi, Badawi.
























Estadísticas.

Según un estudio publicado recientemente "un 52% de los británicos lee a escondidas los SMS de su pareja para asegurarse de que es fiel".
Está muy feo eso de mirar los SMS de la pareja, como también está feo espiar al vecino por la ventana, a otro país con aviónes o satélites, o al ciudadano con cámaras. Pero cada uno encuentra una justificación para hacerlo: la curiosidad, la seguridad, la rentabilidad, la casualidad. Cualquier cosa antes que la intimidad.
Esta encuesta nos habla de temas universales: el deseo irrefrenable de saber, los celos, el placer de lo prohibido, el ansia de dominio, la infidelidad, la ficción de la monogamia.
Cuando alguien cotillea en el móvil de su pareja lo que quiere saber es que no hay nada que saber. Pero se arriesga a que sí haya algo que saber. Su pareja le traiciona, quizás, y él o ella ha traicionado el derecho de su pareja a la intimidad .
Si no quieres saber, no mires.
Pero si no miras te corroes por dentro. Y si te corroes por dentro, miras. Y si miras sabes. Y si sabes, te corroes por dentro.

Pero de lo que yo quería hablar es de esa dudosa ciencia llamada "estadística" que pretende demostrar matemáticamente hasta los pensamientos, los deseos y las intenciones de la gente.
"El 32% de los neozelandeses nunca ha leído un correo electrónico"; "el 16% de los niños europeos piensa que las vacas son violetas como las del chocolate Milka"; "el 23'6% de los empresarios sufre falta de afectividad"; "una de cada dos mujeres tiene fantasías eróticas con 2 hombres a la vez mientras que ese porcentaje se eleva al 67% en el caso de los hombres que han fantaseado con hacer el acto sexual con 2 mujeres"; sólo el 0'1 de los ciudadanos ha leído la Constitución Europea"; "el 93% de los diplómaticos, el 84% de los políticos y el 73% de los empresarios provienen de una familia de clase alta",...
De algunas encuestas se pueden extraer datos útiles para la humanidad; otras sirven para pasar el rato o para justificar el presupuesto de investigación de ciertas universidades e instituciones.

Volviendo a la primera estadística, resulta que, además, el 42% de los británicos lee también los correos electrónicos de sus parejas, pero la encuesta no explica cómo obtienen la clave para hecerlo. El 39%, esencialmente mujeres, examina la ropa, buscando pelos, olores de perfume, manchas de carmín, semen, o vaya usted a saber qué.
El 32% de los hombres lee la agenda de su pareja.

Sin querer dudar de la fiabilidad de la encuesta, y dejando aparte cómo estos estudios tienen en cuenta que la gente puede mentir en las encuestas, se plantean algunas cuestiones:
un porcentaje bastante alto de la población británica (siento no poder decir un número con decimales y todo) se dedica a meter las narices en el móvil, el mail, la agenda y la ropa de su pareja, al parecer habitualmente. Debe de ser un infierno la vida de los dos.
Además, si eliminamos el tiempo de trabajo, cuidado de los niños, compras, desplazamientos, televisión, sueño y cotilleo conyugal, pues nos queda un 0'2% del día para dedicarlo a la lectura, y eso con suerte.
Por eso hay otro estudio reciente que demuestra que "el 52% de los británicos compra los libros por razones estéticas", es decir, para que queden bonitos en la biblioteca del salón, y no para leerlos.
Habría que hacer un estudio para saber si es el mismo 52% que lee los mensajes privados de su pareja.

Vamos a hacer una estadística:
-el 52% de los británicos lee los SMS de su pareja.
-el 27% de los británicos no tiene pareja a la que espiarle los mensajes.
-el 4% de los británicos nunca ha usado un móvil, con lo cual no ha podido mirar los mensajes de su pareja (suponiendo que pertenezca al 63% de los británicos que sí tienen pareja).
-el 0'7% de los británicos son ciegos o invidentes, así que no pueden leer los mensajes de su pareja.
-el 3'4% de los británicos nunca se separa de su móvil (quizás para que no lo lea su pareja).
-el 4'9% de los británicos tiene un segundo móvil, que utiliza para escribir mensajes a su amante y que deja en el trabajo bajo llave para que su pareja no se lo lea en casa.
-el 13% de los británicos nunca escribe SMS (de ellos, el 91% nunca escribe, en general).
-el 6% de los británicos ha dejado de escribir mensajes tras descubrir que su pareja se los miraba.
En conclusión, existe un británico, uno, que, teniendo móvil, una pareja con móvil que escribe mensajes, no siendo ni invidente ni analfabeto y pudiendo acceder al citado móvil de su pareja, jamás ha leído los citados mensajes del citado móvil de la citada pareja.
Habría que investigar a qué obedece semejante comportamiento y tamaña actitud.
Y la reina, que Dios salve, debería nombrarlo "Sir" por su discreción y recto proceder.

Ya decía el escritor, poeta y articulista Manuel Alcántara, cuando tenía aún algo que contar, que "si yo me he comido un pollo y tú no, estadísticamente nos hemos comido medio pollo cada uno".