16 abril 2007

Barrios.

En Jerusalén o en Alepo hay un barrio armenio.
Bourj Hammoud es el barrio armenio de Beirut, o de fuera de Beirut porque hay un río sucio, que se llama "Río Beirut", que los separa.
Desde Bourj Hammoud se ve el culo de Beirut, la parte de atrás de sus colinas.
Es un barrio comerciante, humilde y multicultural.
Los carteles de las tiendas son al menos bilingües: árabe-armenio; pero hay algunos en inglés también; otros, sólo en armenio.
Las señoras, mal peinadas y con ropa de baratillo, se santiguan cuando pasan ante un San Vartan o una virgen; y hay una (virgen, no señora) en cada esquina, en cada portal, en cada recodo. Vírgenes que rompen el tópico del mundo árabe. Uno se siente en Palermo o en Sevilla, sólo que la gente habla armenio.
Hay mujeres musulmanas que compran los famosos zapatos del barrio, imitación de los italianos.
Se oye armenio y también árabe. Y esrilankés, tagaloh, lenguas de Bangladesh, de todos los países de las sirvientas. Porque en Bourj Hammoud viven muchísimas criadas y porteros; la mezcla es más profunda que en el resto de Beirut. Se pueden ver cosas increíbles para el que conozca Beirut: un negro conduciendo un coche (un negro de África, no de la Finul), casas pintadas de colores, videoclubs con todos los éxitos del cine de la India o de Srilanka.
Huele a especias del lejano oriente. Y a incienso de iglesia en las puertas de las tiendas. Y a "basterma" y "soujouk", la charcutería armenia.
El domingo es el día libre de las criadas y pasean al sol, se paran en la calle, compran ropa y comida y se sienten contentas.
Todo es muy libanés y muy árabe y muy exótico, al mismo tiempo. Parece Beirut y no lo parece.
Zumerías, tiendas de "todo a 1 dólar".
Camisetas del "Rey Mysterio", héroe mejicano de la lucha libre americana; pantalones de camuflaje, café, dulces, gente...
Que es domingo y se está bien paseando por Bourj Hammoud.

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