23 octubre 2014

El mundo desde la furgoneta: La lucha no es de géneros, es de clases.

Pasa cada día, camina muy lento.
Lleva un pantalón verde muy corto que se ajusta a su culito chiquitín, culito incongruente con su barrigón de aficionado a la comida. Piernas finas del que no anda, depiladas.
Últimamente lleva tetas y a veces una peluca.
Levanta un brazo como si llevara colgadas del codo 3 bolsas de Vero Moda y en la mano sostiene coqueta, como la que no quiere la cosa, un discman. Sí, un discman. O es una enamorada del vintage o no le da el presupuesto para modernizarse. Siento que es lo segundo; porque algunas cosas se ven y otras se sienten. Se ve, por ejemplo, que andando a ese ritmo nunca bajará tripa. Se ve que el movimiento oscilante de su culo está mil veces ensayado ante el espejo. Se siente que es una romántica, escucha tal vez a Julio Iglesias o a Whitney Houston y sueña con príncipes azules y altares. Y mientras sueña y mueve el culo, el policía, al otro lado de la calle, le lanza un beso ruidoso y burlón y dice riendo: "¡Es un hombre!". Me gustaría decirle que no, que es una mujer en un cuerpo equivocado, en un lugar equivocado, patética y enternecedora. Pero me callo y pienso que ese beso es mejor que una piedra o que comerle la polla a un taxista que nada más terminar la echará jurando por sus hijos que él es hetero. A ella también me gustaría decirle que mejor para ella que no salga así a la calle, que las mujeres no mueven tanto el culo, que en lugar de príncipes azules sólo va a encontrar humillaciones. Pero ya se lo habrá dicho su madre mil veces, un millón, preguntándole a Dios qué ha hecho ella para tener esa desgracia, por qué su hijo no puede ser normal. Su madre, que aún sin entender, es la única que se preocupa por él o por ella. Porque las ONGs que organizan conferencias sobre el género y miran sus propios ombligos opulentos no ven a un travesti gordo con culito, peluca y relleno en las tetas que camina y sueña por la calle mientras Julio Iglesias y los policías le susurran palabras de amor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Fran:
Me gustó mucho esta historia.
Un abrazo,
Pablo

amigo_de_libano dijo...

Me alegro, Pablo, ojalá todo vaya bien por ahí, un abrazo