Sobre Beirut y sobre Líbano:
-"[...] saber orientarse en esta ciudad de calles sin nombres, sin números, sin aceras, donde los barrios llevaban nombres de edificios, y los edificios los nombres de sus propietarios...".
-"Hay personas que alucinan con este país tan atípico. Por mi parte, no veo nada de admirable en eso, nada de divertido, y nada que me enorgullezca. Yo sueño estúpidamente con un país como los otros. Le das a un interruptor y, ¡clic!, la luz se enciende. Abres el grifo azul, sale agua fría; abres el grifo rojo, hay agua caliente. Descuelgas el teléfono y, ¡prodigio!, oyes un tono. Mis vecinos me dicen que si yo fuera más paciente, si pegara el teléfono a la oreja y retuviera la respiración, acabaría por oír un débil clic, señal de que la línea funciona".
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