31 mayo 2017

El Caso del Rublo Desaparecido.

Hace mucho tiempo alguien me contó esta historia -o una similar- que demuestra que nada ni nadie es perfecto, que hasta las matemáticas tienen sus errores y sus agujeros.

"Una vez tres curas fueron a una cantina a beber un vaso de vino, porque es bien sabido que a los curas les gusta el vino. A la hora de pagar y volver a su recogida vida, cada cura sacó su moneda de 10 rublos y se la dio al chico que servía la barra. Pero en ese momento el propietario del bar, que había visto y escuchado la escena desde la trastienda, llamó al muchacho y le dijo:
-"Por mis pecados, no les cobres 30 a los curas, que son hombres píos y virtuosos. Que paguen sólo 25, devuélveles el resto".
Así quiso hacerlo el chico pero, espabilado como era, pensó: "Cada cura me ha pagado su vino; si les devuelvo los 5 rublos de más no podrán repartírselos entre ellos porque 5 entre 3 no sale justo... ¡Ya lo tengo! Les devolveré 3 rublos, uno a cada cura, y guardaré los otros 2 para mí, y así todos contentos: los curas porque pagarán 9 en lugar de 10, el patrón por sus pecados y yo con mis 2 rublos extra".
-"Padres, el patrón me ha dicho que hombres tan santos no deben pagar 10 sino 9; así que les devuelvo lo otro, uno para vuecencia, otro para vuesa excelencia y el otro para su reverencia".
Y todos quedaron satisfechos".
Todos, excepto la ciencia y la economía. Porque cada cura pagó 9 rublos (x 3 curas = 27 rublos) + los 2 rublos que guardó el mozo = 29.

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