25 marzo 2019

El Amazon (y la amazona) a tomar pol culo.

El neoliberalismo de mierda -y valga la redundancia- ha conseguido, entre otras cosas, que el cliente nunca tenga la razón.
He intentado comprar una tablet para el cumpleaños de mi hija a través de Amazon.fr. Lo he hecho con mi visa de un banco español, desde Líbano -donde resido- y para que la envíen a un pueblo de Francia.
Al parecer esto ha despertado sospechas en Amazon: quizá no les cuadra que alguien haga una compra en Francia desde Líbano con una tarjeta española. O quizá es otro el problema, no lo sé. No lo sé porque Amazon no se ha puesto en contacto conmigo, excepto para enviarme un correo electrónico donde dice que "ha surgido un problema" (¿cuál?), que el envío ha sido paralizado y que mi cuenta en Amazon ha sido "bloqueada". Para desbloquearla y seguir con la transacción  debo al parecer enviarles algunas facturas de otras compras hechas con mi tarjeta donde conste mi nombre y el número de la tarjeta (sus últimas cifras). Eso es todo. No puedo entrar a mi cuenta, no puedo ponerme en contacto con ellos, no puedo reclamar y, sobre todo, no puedo anular la venta.
Es decir, un método fascista en el que el cliente es sospechoso mientras no demuestre lo contrario. Estas empresas ya utilizan por norma el procedimiento abusivo por el cual debemos pagar la compra por adelantado y confiar en ellos, confiar en que van a enviar la compra en la fecha acordada y en que lo que van a enviar es exactamente el producto que hemos comprado y no otro, y que ese producto va a estar en perfecto estado. En caso contrario somos nosotros los que debemos reclamar, movernos, trabajar, perder nuestro tiempo, estresarnos y esperar para que se solucione el problema.
¿Qué clase de relación comercial es ésa? Una completamente degenerada, desequilibrada y abusiva.
Pero al menos otras empresas virtuales se ocupan de asegurar la seguridad y transparencia de la operación, enviando por SMS un código que tenemos que incluir al hacer la compra.
Al parecer los fascistas de Amazon son demasiado importantes como para hacer eso, prefieren tratar al cliente como a un delincuente y dejarle a él la parte de demostrar su inocencia.
Pero se da la circunstancia de que no tengo ni la más mínima intención de demostrarles nada, ni de trabajar para ellos, ni de aceptar esa falta de respeto y ese trato. No sólo no voy a cumplir sus agresivas condiciones sino que tampoco voy a comprarles ni esa tablet ni ninguna otra cosa -excepto si yo lo decido o no tengo otra opción y siempre y cuando me traten como a un señor cliente y no como a una mierda-.
¿Qué voy a hacer entonces? Pues nada, puesto que nada me permiten hacer. En el lugar de los documentos escaneados he puesto una notita diciendo que anulen mi pedido y que se vayan a tomar pol culo, pero dicen que "no es válido el documento insertado". Pues es el único que tengo para ellos. Seguro que no se le ocurrirá a esa gentuza tocar mi dinero o crear más problemas.
Esperaré simplemente a que se pongan en contacto conmigo de una manera civilizada y respetuosa y que permita mi respuesta para: 1. Anular la venta. Y 2. Decirles que se vayan a cascarla.
Si no lo hacen, pues sinceramente me da igual, ellos han perdido a un cliente y yo he ganado la satisfacción que da eliminar de tu vida  a quien te trata mal.

En una relación comercial normal debe haber confianza mutua, condiciones equilibradas, dar y recibir lo mismo, y, sobre todo, respeto. Si no es el caso, adiós.
(Sustitúyase "comercial" por "afectiva" y aplíquese a la vida).

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