-1. (1462). "Los catalanes pretenden que la corona condal de Barcelona, que sigue siendo el título de todo su territorio, recaiga en el rey Luis XI de Francia, pero esa tentativa fracasa. Entonces se vuelven hacia Castilla y se la ofrecen al rey Enrique IV. [...] El castellano rechaza la oferta; demasiados problemas tiene ya con la nobleza y las ciudades enfrentadas contra él en su propio reino. [...] Fallido el ofrecimiento a Enrique de Castilla, Cataluña entrega entonces su soberanía al infante Pedro de Portugal, nieto del conde Jaime de Urgel. Pedro acepta y es proclamado conde de Barcelona como Pedro IV. La guerra en Cataluña se extiende, y ni siquiera la muerte en 1465 del portugués calma la situación. Empeñados en no admitir a Juan II [de Aragón] como soberano, los catalanes ofrecen en 1467 el trono a Renato I de Anjou [...] que también lo admite. Renato muere en noviembre de 1472, y la Generalitat, agotada por la guerra, decide rendirse con condiciones. Juan II, con la ayuda lograda en las cortes de Aragón y de Valencia, entra triunfante en Barcelona[...].
Para algunos estudiosos, estos tres soberanos (Enrique IV de Castilla, Pedro de Portugal y Renato de Anjou) deberían ser considerados "reyes de Cataluña" [...]. Pero la mayoría los considera pretendientes al trono condal de Barcelona, ya que Cataluña nunca fue un reino".
-2. "El País Vasco, pese a lo que inventen tantas burdas falsificaciones sobre su historia, tampoco constituye una unidad territorial independiente; durante la Edad Madia, el reino de Pamplona y el de Castilla se disputan los tres territorios vascos (los señoríos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, sin ninguna relación de unión política entre ellos) que ahora componen las 3 provincias de la Comunidad Autónoma vasca. Los actuales tres territorios del País Vasco pertenecen al reino de Pamplona hasta la segunda mitad del siglo XI, hasta que los tres quedan incorporados a Castilla".
(José Luis Corral).
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