27 mayo 2009

¡ Que lleguen ya las elecciones !

Se rumorea que cada diputado libanés tiene a su disposición una partida de 200.000 $ para gastarlos en obras públicas en su circunscripción, y convencer, de esta manera tan humana y primitiva, a sus conciudadanos para que le voten.
Si yo fuera un político gastaría sólo 100.000 para que la empresa de mi primo asfaltara las calles del barrio, y me quedaría tranquilamente los otros 100.000.
Claro, esto es generalizar, y es muy feo; porque además un amigo me ha dicho que conoce a uno que tiene un pariente que ha oído decir que existe un político honesto. Así que los casos de mangoneo y corrupción que cada día aparecen en todos los periódicos de todos los países son sólo la punta del iceberg, pero no se puede generalizar, que es muy feo.
Si yo fuera un político libanés, gastaría sólo 50.000 en asfaltar, porque, ¿para qué más?, si la gente vota en función de su clan protector y/o en función de lo agradecido que esté su estómago; o sea, como en todas partes, pero más.
Con asfalto o sin asfalto, se trata de voto fiel y cautivo.
Pero 50.000 $ dan para mucho asfalto.
Por eso las obras se han multiplicado en todas partes y los terribles atascos cotidianos se han transformado en terribilisimos atascos 24/24.
Por suerte, el 7 de junio son las elecciones y volveremos a los atascos normales.
Así que nada va a cambiar aparte de unas toneladas de asfalto.

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