Alguna vez he contado la especial relación que el libanés tiene con el dinero: lo ama de una manera práctica, lo cuenta con rapidez, lo desea como algunas personas imagino que desean a las putas.
Y en la posesión de ese dinero suda y se vuelve paranoico: comprueba que el billete no es falso con pericia, no acepta las monedas, como si fueran un insulto...y lo más sorprendente es que si al billete le falta una ínfima parte o tiene una mínima rajita, lo rechaza, qué finos, como si sólo tratara con putas de 18 años.
Tal orgullo y susceptibilidad no cuadra -o sí- con el hecho de que los bancos libaneses redondeen siempre a su favor y aprovechen cualquier ocasión para robarte unos centavos, o que intenten colocarte -a pesar de ser cliente- un billete que ellos no aceptarían.
Sí, definitivamente sí cuadra con una mentalidad de banco-mierda.
Por eso los Premios Beritus de este mes al comerciante de mierda se los voy a dar a unos listillos que se creen muy listillos: el puto-banco-mierda Bloom, del que desgraciadamente la empresa donde trabajo y yo mismo somos clientes -la empresa no sé hasta cuándo pero yo hasta dentro de muy poco-, me ha colocado 2 veces billetes de 100 dólares en mal estado al pagarme mi salario. La primera vez uno con un corte, con toda alevosía bancaria. Me costó tiempo, esfuerzo y amenazas que me lo cambiaran, oh qué dignos los usureros, ellos no habían sido.
La 2ª vez un billete arrugado del que, tras muchos esfuerzos, conseguí deshacerme.
Se creen muy listos como decía pero si a lo anterior unimos el mal servicio y peor trato que dan a los clientes, todo lo que han conseguido es este premio Beritus y un cliente menos.
El banco-mierda Bloom comparte premio este mes con todos los bancomierdas españoles:
"La crisis sigue instalada en la mayoría de los hogares españoles. Sin embargo, y a pesar de ello, los bancos y cajas de ahorro no cesan de incrementar las comisiones para las principales operaciones bancarias. Mantener una cuenta, su administración, hacer una transferencia, operar con la tarjeta...todo es hoy entre un 6% y un 34% más caro que hace un año, según datos de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios[...]
Disminuir la concesión de créditos e hipotecas, a la par que aumentar los costes de las operaciones bancarias, es la estrategia que emplean las entidades financieras para mantener sus márgenes de beneficio. Todo ello a costa del consumidor".
(Consumer-Eroski).
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