02 julio 2008

Mamá, yo quiero ser danés...o por lo menos científico social.

Los resultados de una encuesta que me he hecho a mí mismo demuestran científicamente lo siguiente:

1.Me encantan las encuestas y los estudios.

2.Son divertidos aunque carezcan del más mínimo rigor científico ("Sólo el 5% de los estudios médicos publicados en revistas científicas son "relevantes y rigurosos", según un estudio").

3.A pesar de ello se les adjudica valor universal resumido en una frase ("Los brasileños son los mejores amantes. Según un estudio realizado por la Universidad de Wisconsin, los brasileños realizan el acto sexual 24'2 veces al mes, seguidos de los belgas (13'7) y los neozelandeses(12'68)"). Es como eso de "lo dicen los médicos" o "lo he oido en la radio".

4.Hay estudios que demuestran científicamente que, por ejemplo, el azúcar engorda, y otros estudios que demuestran científicamente que el azúcar adelgaza y además aumenta la concentracióny los reflejos en los primeros 6 meses del embarazo.
El primer estudio lo patrocinan las empresas de edulcorantes artificiales y el segundo lo encargaron las azucareras, y además demostró científicamente que la sacarina aumenta 2'6% los riesgos cardiacos.

5.Por lo tanto, y según un estudio, las encuestas y estudios cumplen 4 funciones:

A) Comercial: las empresas que venden productos con problemas de imagen las encargan discretamente para lavarse la cara y cambiar la opinión pública.


"Los adictos a los videojuegos no son raros, dice un estudio".

"Que no, señora, que su hijo de 13 años no es un raro solitario ni tiene dañadas sus habilidades sociales...que lo dice el psicólogo australiano Daniel Loton, que ha pasado 2 años dirigiendo este estudio en hombres australianos...
Ah, ¿que su hijo no es un hombre australiano?
Pero señora, que se trata de un estudio científico y por tanto se puede extrapolar.
Así que extrapole, extrapole, y cómprele a su hijo ese juego nuevo de violar putas y dar tiros en la nuca".

B) Política: las sociedades no sólo se cambian por la fuerza y con decretos-ley; también hay que convencer al ciudadano, al menos hacer que se sienta culpable.

Así, por si usted aún no ha cumplido la consigna mundial de dejar de fumar y la letra no le entra ni con sangre, discriminación e impuestos, le presentamos semanalmente un estudio científico que demuestra que "los fumadores rinden menos en el trabajo", "los fumadores se relacionan peor socialmente", "fumar daña la memoria y merma el razonamiento deductivo"...

Lo mejor es la seriedad científica de estos estudios sesudos. Veamos el sistema:
Un equipo de 19 científicos de la Universidad de Dakota (¿del Sur?) pregunta a 117 presos del corredor de la muerte en Estados Unidos si fumaban cuando cometieron sus horrendos crímenes. El 58% responde que sí ante la mirada muda del experto, que no está allí para juzgar sino para realizar un estudio científico. Seiscientos mil dólares y 2 años después la conclusión científica es evidente: "Fumar acrecienta la agresividad".
Este estudio (científico) lo resumen las agencias de prensa: "Los fumadores tienen más posibilidades de convertirse en asesinos". A algún periódico británico la frase no le parece bastante espectacular y publica: "Demostrada científicamente la relación entre el tabaquismo y los crímenes violentos".


Evidentemente, una cosa es la ciencia y otra muy distinta los grandes intereses.
Por eso un estudio científico que demuestra que "pasear 2 horas entre el tráfico de Milán equivale a fumarse un paquete de cigarrillos" no ha servido para convertir en peatonal el centro de las ciudades europeas.
Y ese otro estudio científico que achaca un gran porcentaje de las muertes en carretera al exceso de velocidad no ha hecho que los gobiernos prohiban la fabricación y venta de coches que alcanzan los 220 kms/h.
Y ante el estudio holandés que establece que "las ondas de teléfonos móviles aumentan drásticamente la mortalidad en las ratas", "la Organización Mundial de la Salud recomienda esperar hasta 2015 para evaluar el impacto de las ondas sobre el hombre", vamos, que no hay prisa.

C)Laboral: Lo digo por los miles de investigadores, estudiosos, científicos, sociólogos y demás élite universitaria que viven del estudio intachable y la encuesta seria.

D)Creativa: Y si no, vean qué extenso estudio científico me está saliendo.


Termino con 2 estudios científicos que harán las delicias de todos los aficionados a este género literario:

1. "Dinamarca es el país más feliz del mundo, según un estudio".

Recuerdo a mi amigo Elias, el danés-tunecino, que me hablaba de lo deprimente que resultaba la gris Dinamarca. Pero seguro que él no estaba feliz allí por los problemas sociales que le causaba su origen árabe. Porque este estudio es muy serio y no admite réplica.
Resulta que la encuesta se titula "Valores mundiales" y fue encargada por ¡el gobierno estadounidense!, que, como se sabe, está muy preocupado por la felicidad mundial.
No sé si este amable gobierno ha leído el estudio científico de la Unicef que concluye con que "la mitad de los niños iraquíes no va a la escuela a causa de la falta de infraestructuras y profesores, así como por temor a los atentados".

El hecho es que Dinamarca es el país más feliz del mundo, "por su democracia, su igualdad social y su atmósfera pacífica, según anunció el lunes un equipo de investigadores".

Zimbabue es el menos feliz porque está "desgarrado por conflictos políticos y sociales", claro.
En el artículo descubrimos que la encuesta no se ha realizado ni en la mitad de los países del mundo, así que no sabemos qué grado de felicidad tienen los afganos, los palestinos, los vietnamitas... Pero sí sabemos que el dinero no da la felicidad y que los ricos también lloran porque EEUU ocupa un modesto decimosexto puesto.
Y España se sitúa en el puesto 44 (¡Dios mío!...pero la encuesta fue hecha antes de que ganáramos la Eurocopa de fútbol; seguro que ahora estaremos ya en el puesto 11 ó 12 de felices del mundo).

"Sospecho firmemente que hay una fuerte correlación entre la paz y la felicidad", dijo Ronald Inglehart, científico político (sic) del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, que dirigió el trabajo".

¿En qué sutiles variables se basa este estudio "realizado anualmente desde 1981 por una red mundial de científicos sociales"?
Sorpréndanse, la encuesta consiste en 2 preguntas: "Considerando todo en general (sic), ¿diría que es usted feliz, bastante feliz, no muy feliz o nada feliz en absoluto?"
Y "considerando todo en general, ¿cómo de satisfecho está con su vida tal y como es en la actualidad?"

Resulta lógico porque al final la felicidad consiste en la sensación de felicidad.
-¿Es usted feliz?
-A ratos.

2. El segundo estudio es insuperable (La pésima traducción se debe a OTR/PRESS): "Los pensamientos mórbidos abren el apetito".
"Lejos de aterrorizar o causar malestar, el hecho de pensar en la propia muerte o ver imágenes violentas en la televisión provoca sensación de hambre. Así lo ha revelado un estudio de la Universidad de Chicago (Estados Unidos), publicado en la "Journal of Consumer Research", en el que se ha demostrado que este tipo de imágenes hace que la gente se convierta en consumista de todo tipo de alimentos ante el sentimiento de que su vida se va a acabar.

Los responsables del estudio examinaron la conducta de una serie de individuos tanto en Europa como en Estados Unidos a los que se les solicitó que escribieran cómo se sentían después de pensar en la muerte. Acto seguido debían elaborar una lista de la compra de verduras y comer galletas que les proporcionaban, de forma que comprobaron que comieron más cantidad e hicieron una lista mayor aquellos que habían pensado en su propia muerte.
"Cuando la gente se da cuenta de su inevitable mortalidad, se sienten incómodos con lo que han hecho con su vida y si han supuesto una importante marca en el universo", por lo que la forma de escapar de esa mala sensación es comiendo.
En la misma línea, también comprobaron que los participantes en el estudio veían influida su sensación de hambre si tenían un espejo delante (?), especialmente aquellos con la autoestima baja".
Así que ya lo sabe, si su hijo no quiere comer dígale que lo va a matar a palos. Ya verá qué apetito le entra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también me he hecho una encuesta a mí misma que demuestra que el 50% de las veces que leo tu blog pienso en tí con cariño, el 25% con preocupación y el otro 25% pienso que cada vez escribes mejor.
¿adónde la mando?¿quién me la publicará?¿quién me la pagará?Da igual, lo importante es su validez universal.
P.