06 abril 2009

Soy rico.

Hay gente que atrae al dinero como un imán al hierro. Son personas que no tienen que hacer nada, nada más que abrir los sacos para que la diosa fortuna los bendiga y el dinero entre a espuertas.
“Son pocos, pero son”.
Por ejemplo, yo mismo.
¿La prueba? En los últimos 15 días he recibido al menos 30 imeiles abrumándome para que acepte cantidades astronómicas de dinero, suplicándome que les permita que me hagan millonario.
Y yo nada, erre que erre, convencido de que el dinero no da la felicidad, que uno es pobre pero honrao, y que los ricos también lloran y que por mucha liposucción que se hagan seguirán sin pasar por el ojo de la aguja de su dios; y que son desafortunados en amores; y que rico rico y con fundamento lo único que hay son los platos de Arguiñano; y que qué sé yo…

El señor Barrister Marcus Andreen se pone en contacto conmigo para comunicarme que el extinto ingeniero Jochen Krüger, que Dios tenga en su gloria por su generosidad y surrealismo, me ha legado la cantidad de 30.100.000 $ (treinta millones cien mil dólares). El leguleyo Barrister me dice que “esto puede sonar extraño e increíble” pero que, como el difunto era un gran viajero, nos habremos conocido por ahí; o “simplemente alguno de sus numerosos amigos, que deseaba mi bien, le habló de mí”.
Por cierto, mi benefactor fue miembro de la “Helicopter Society”.
Joder, me encanta.

El doctor Abdulaiye Rahmani, que es el "manager" del Banco de África de Burkina Faso, me propone un negociete fácil: resulta que mi imeil se lo dio un tal Elder John Kafui. Resulta asimismo que un kuwaití fallecido en accidente de “motor” se dejó en el banco 9 millones y medio de dólares, y que nadie lo ha reclamado.
Como él solo no puede sacar el dinero del país, la solución es transferirlo a mi cuenta.
Yo me quedo el 25% y él y sus colegas el 70%. El otro 5% es para los gastos.
Un miserable, el doctor, porque por ejemplo Mr. Ibrahim Wade me da el 50%. Éste Ibrahim es del Banco para el Desarrollo Africano de Ouagadougou, capital de Burkina Faso, y ha encontrado una cuenta olvidada con 10 millones y medio de dólares que nadie ha reclamado desde que el dueño pereció en un desgraciado accidente motorizado.

El señor Sabo Tanko, del Eco Bank de Burkina Faso, me ofrece la mitad de los 19 millones 300 mil dólares no reclamados que el señor Nicolas Francois, de París -claro, con ese nombre- tenía cuando un accidente de avión se lo llevó de entre nosotros.

Mr. Musa Omaru tiene 17 millones y medio que pertenecieron a un cliente que murió en…sí, en un accidente de avión. Pero éste además iba con su mujer e hijos.
Y el tío agarrao sólo me da el 30%

Malik Zumar -9 millones de dólares- el cliente murió en un desgraciado accidente de avión- yo recibo 39%.

¡Mr. Mohamed Waleed apoquina sólo un 20% de los 31 millones y medio que dejó un antiguo cliente desaparecido en terrible desastre aéreo!

Los 17.200.000 $ que quiere transferirme Adams Omoro pertenecieron a un pobre hombre fenecido en una tragedia, concretamente en un accidente de avión.

El señor Issa Akim tiene la desfachatez de decirme, a estas alturas, que su oferta de darme el 35% de los 18 millones y medio que no reclama la familia del cliente fallecido en un accidente de avión “llegará a mí como una sorpresa”.
¡Vamos, hombre!
Sorpresa es lo que me provoca Mr. Moon Ziqo cuando me dice que el filántropo Mr. Morris Thompson me ha dejado 50 millones y medio.

No quiero aburrir ni ser exhaustivo porque el hecho es que tengo 12 ofertas más y se da la circunstancia de que los dueños del dinero murieron en accidentes de avión.
He calculado el total del dinero que quieren darme, y la suma asciende a 379.900.000$, casi 380 millones en 15 días y sin hacer nada.

Pido perdón a tanta buena gente deseosa de compartir el dinero conmigo, puesto que me pidieron discreción y aquí estoy yo largando todo por esta boquita. Sirva para mi descargo que los lectores de este blog, amén de escasos, son ricos de espíritu y sabrán guardar el secreto mejor que yo.

No merezco tales ofrendas. Además, si me hiciera tan rico de repente tendría que guardar parte de mi dinero donde los mercaderes que ya nadie expulsa del templo desgraciadamente, es decir, en un banco-mierda. Y entonces ya no podría ir en avión.
Por eso lo regalo todo al pueblo africano.

También me han tocado 2 premios en la Lotería Nacional del Reino Unido; y eso sin jugar, pa’ que luego digan. Un total de 3 millones y medio de libras esterlinas.
Mi deseo es que este dinero se utilice para mejorar el patético sistema de salud británico.

El clásico timo de la estampita tiene algo de tierno y de cutre a la vez pero nunca morirá mientras haya timadores que quieren timar a timadores.

Pero no hay que ir a África para verlo. La publicidad engañosa –eufemismo para no decir engaño y mentira en la publicidad- también es un timo practicado por instituciones respetables –para el que considere que un banco es una institución respetable, claro-. Y si no, abrid el mensaje de Internet en el que Caja Madrid anuncia que “has ganado un premio sin sorteo”.
Éstos no tienen ni gracia engañando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

payo, si dejas tu mail por la red, que sea con "arroba", no con "@", payo.

Anónimo dijo...

¿Cómo lo haces para que te ofrzcan, tanto dinero?