27 abril 2009

“Verdes”, pero de dólar.











En Beirut hay 3 parques, que yo sepa: el de “Los Pinos”, inmensa zona verde, supuestamente pública, pero cerrada al público desde hace años -¡para que no se estropee!- y que utilizan 4 pijos privilegiados para dar carreritas; el campus de la Universidad Americana, privado; y los jardines del señor Emba de Francia, privadísimos.
Después hay una serie de jardincillos de barrio, que se abren durante el día, y a los que los libaneses llaman “parques” con evidente exageración y optimismo.
Y punto.
Beirut es una ciudad contaminada casi exclusivamente por los coches, puesto que apenas tiene industria.
Y los viejos, los niños, los minusválidos, no tienen lugares para andar, jugar, sentarse.
Esto ocurre debido a una falta de interés oficial por la calidad de vida de los beirutíes.
Y sobre todo por una mentalidad de salvaje especulación inmobiliaria.
Es una ciudad construida caóticamente después de cada guerra, sin un plan de desarrollo urbanístico, donde se tiran las casas antiguas para construir un rascacielos, sin preocuparse de si el nuevo monstruo molesta o quita la vista y la luz a las casas cercanas.
Cada vez que queda un hueco libre, un solar, pienso “qué bien estaría aquí un jardín con bancos para la gente del barrio”.
Y cada vez que paso un tiempo después han construido en el solar un edificio o un parking de pago.

En el centro de la ciudad hay un hombre que vende por la calle fotos antiguas de la Plaza de los Mártires antes de la guerra civil. Era un lugar popular con tiendas y árboles. En la guerra fue la línea verde que a veces separaba a los contendientes.
Después de la reconstrucción del barrio, la Plaza de los Mártires quedó convertida en un gran solar vacío, el sitio perfecto y simbólico para hacer un parque de los que Beirut necesita para respirar.
Ahora han empezado las obras: las obras para construir un centro comercial subterráneo y apartamentos y oficinas de lujo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

quedan 3 dias sigue escribiendo,estamos en ello.