26 noviembre 2011

El oropel.

La arquitectura es una de las bellas artes; pero, como el diseño de joyas o el de moda, es un arte híbrido y bastardo que pretende aunar lo espritual, lo estético y lo ecológico, con el capitalismo más salvaje, la especulación y el lucro. Y la mezcla chirría y hay que hacer muchos esfuerzos para creérsela.
Cuanto más artística y respetuosa con el equilibrio de la naturaleza es una obra arquitectónica, más elitista e inaccesible es.
Una casa en una isla canaria, concebida por un artista de renombre, donde se alían la belleza y el confort, cuyas líneas onduladas buscan un todo con el paisaje...energía solar, respeto por el medio ambiente y blablablá= 3 millones de euros.

La filosofóa está muy bien, pero esto es filosofía comercial para venderla a los ricos.
En la Universidad de Balamand (norte de Líbano) se han celebrado mesas redondas con la presencia de los arquitectos libaneses más conocidos, hijos de y nietos de, filósofos y poetas pijos que hablan de la armonía y el espacio...muy bonito...salvo que estamos hablando de Beirut y de Líbano, donde la armonía, el equilibrio y la sostenibilidad se la pasan los arquitectos por sus dorados huevos.
En Beirut los servicios públicos son desastrosos, los mejores parques son privados (de la Universidad Americana, del Embajador de Francia...), las mejores playas son privadas porque toda la costa está expoliada por políticos, militares y especuladores.
Las casas antiguas se destruyen para construir edificios con apartamentos de 500 metros cuadrados que tapan la vista a los que están detrás y que sirven para vendérselos a los saudíes o para lavar dinero negro.
Por no hablar de las condiciones laborales de los obreros de la construcción, sirios pagados miserablemente, sin ningún derecho, sin contrato, sin casco, sin seguro médico. Así se construye el Beirut de los ricos.
A los restos arqueológicos se les echa cemento rápidamente, no vaya a ser que por una mierda de ruina romana o fenicia se joda un negocio de muchos millones de dólares.
La ciudad está invadida de coches, los hay por todas partes, cuanto más grandes mejor.
Los viejos, los minusválidos, los niños, apenas tienen lugares donde estar, porque cuando queda un solar libre a ningún político ni a ningún poético arquitecto se le pasa por su sensible imaginación hacer un jardín con 4 bancos y un árbol; sólo hay 2 opciones: o un edificio muy alto o un parking de pago.

Sí, hay edificios y complejos residenciales donde se respeta más el arte, la filosofía y el equilibrio ecológico del planeta, aunque sea jodiendo a los de al lado...pero sólo los he visto desde fuera, al otro lado de la verja, los guardias de seguridad y las cámaras.

Y los responsables de diseñar esta barbaridad, a sueldo del gran capital, mientras convierten Beirut en una ciudad inhabitable (excepto para los ricos), mientras llenan las montañas y las costas de edificios horribles y basura inmobiliaria, mientras acaban con la herencia arquitectónica de las casas tradicionales, se permiten soltar paridas como ésta (que quizás se les ocurren conduciendo su Porsche en un atasco, de camino a su casa "sostenible" en la montaña, donde les esperan 3 sirvientas filipinas (y el resto de la familia): "La arquitectura que me llega al alma ha sido siempre la que representa el mundo en el que vivimos; de ahí la necesidad que siento y que me empuja a intentar comprender este mundo de un modo social, económico, político y filosófico...porque los movimientos en arquitectura han estado siempre en el comienzo de los movimientos que representaban un pensamiento filosófico en el sentido amplio y que la arquitectura se encargaba de concretar. Horizonte, Paisaje, Dualidad, Vacío y Envoltorio, todos ellos temas que me interesan y que exploramos durante el desarrollo de nuestros proyectos, lo que nos lleva a concebir una arquitectura específica y contextual..."
Youssef Tohme, Beton Doux (Y. Tohme/Architects & associates).

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