Leo con sorpresa y acongojo que el que yo consideraba uno de los aeropuertos del mundo menos acogedores, el de Madrid-Barajas, ha sido elegido "Quinto aeropuerto del mundo mejor valorado" por los lectores de la "Revista internacional Condé Nast Traveller". Y ello gracias a "su diseño, trazado y distribución arquitectónica".
Desconozco esta curiosa revista pero intuyo que en el artículo se ha deslizado un error: la revista no se llama "Condé Nast" sino CondeMor, de Chiquito de la Calzada, y, sin duda, es una publicación humorística patrocinada por el gobierno español.
Desgraciadamente conozco una veintena de aeropuertos europeos, de Oriente Medio y del Magreb, y Barajas es uno de los pocos donde entras y no encuentras ni una puta silla; la gente se sienta por el suelo o no se sienta y vaga por las terminales.
No existe, gracias al expresidente Zapatero y sus higienistas secuaces, ni un punto de fumadores, los cafés no tienen nada de especial ni son cómodos y los controles de seguridad son bastante desagradables.
Lo mejor es que hay un buen transporte público a Madrid que te permite al llegar largarte lo antes posible de este aeropuerto con tantos premios.
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