02 julio 2012

Serie: La estúpida mitificación del poderoso. 1. La torre ésa.

La reina de Inglaterra lleva 60 años siendo reina.
Y, aunque parezca increíble, eso es un motivo de celebración.
Como homenaje a sus méritos de reina, "la emblemática torre del Parlamento británico, mundialmente conocida como Big Ben, pasará a llamarse oficialmente Elisabeth Tower".
La petición no vino de la reina, que ella no entra en nimiedades, sino que fue "firmada por docenas de diputados", de ésos que la gente vota para que se dediquen a cambiarle el nombre a una torre.
Todo esto es muy típico: los poderosos se homenajean mutuamente y sin descanso; y además se permiten imponernos neo-nombres por razones políticas, de felación, o de entretenimiento.
Ante eso el pueblo tiene 2 opciones: obedecer como un buen súbdito; o no hacerlo y mandar a toda esa canalla y a sus nombres a tomar pol culo (por cierto, ¿cuándo nuestra decrépita academia de la lengua va a dar entrada oficial a "pol", contracción popular de "por+el"?).
En el País Vasco somos expertos en neo-nombres, y en no aceptarlos en nuestra esfera de libertad personal.
Así que en el caso de la torre londinense, la humanidad se dividirá en 3 grupos: los que sigan diciendo "Big Ben"; los que pasen a llamarla "Elisabeth Tower"; y los que simplemente no la llamemos de ningún modo.

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