18 octubre 2016

La pasión turca.

El mensaje es incongruente: ¿Qué tiene que ver Turquía con el sexo?
Mucho, dirán algunos. Todo, dirán otros... Y es que Turquía tiene muchos partidarios. Aunque en mi barrio, no tantos...
Vale, pero yo tiendo a pensar que se trata de una "obra de arte colectiva", al menos 2 personas han participado, sin conocerse entre ellas, en diferentes momentos, uno llegó una noche e hizo su parte, y el otro apareció después -¿mucho después?- y nos dejó su mensaje. Dos revolucionarios sin duda: el uno, un armenio conmemorando el genocidio, criticando la impunidad de Turquía como "aliado estratégico" de lo que llaman "la Comunidad Internacional" -una banda de cabrones hipócritas a los que es mejor no dar la espalda o dejarles un reloj cerca-. El otro, aún más revolucionario: ¿qué clase de personaje va llenando las paredes de su ciudad con este obsesivo mensaje, "sexo"? ¿Será un adolescente onanista, un filósofo hedonista criticando que nos preocupemos por los genocidios con todo lo que aún hay que follar; un graffitero falto de ideas al que en el último momento no se le ocurrió otra cosa más poética, un turco satisfecho después de hacerse una turca, manola, gallarda, paja. pajilla, o incluso masturbación;  una camionera harta de los roles que nos impone el heteropatriarcado culpable de todos los males de este mundo, incluída la existencia de Margaret Thatcher? 
Quién sabe, pero puestos a medir las pintadas se ve claro que el sexo es más grande que los genocidas.
Y más justo y necesario que la "Comunidad Internacional".







No hay comentarios: