20 abril 2007

Made in USA.

Hay 4 cosas que no han cambiado nada desde que era niño hasta ahora y que se repiten cíclicamente:
-los super-proyectos del mundo rico para erradicar la pobreza en el mundo.
-la pobreza en el mundo.
-los escandalosos beneficios anuales de los profesionales de la usura ("los bancos españoles ganaron 15.730 millones de euros en 2006, lo que supone un incremento del 27,7% respecto al beneficio del año anterior").
-las masacres en Estados Unidos en las que un perturbado entra en una escuela o universidad y se pone a pegar tiros sobre todo lo que se mueve.

Es cierto que psicópatas hay en todo el mundo pero en otros países no se les ocurre comprar un arma y ponerse a matar indiscriminadamente.
Y, si se les ocurre, lo tienen un poquito más difícil para procurarse un arma.

A pesar de esta periodicidad, los Estados Unidos se encuentran "horrorizados, chocados, sorprendidos y preguntándose por el porqué de este absurdo".
¿Dónde está la sorpresa en algo que se repite tanto y desde hace tanto tiempo que se ha convertido en una macabra tradición?
Por citar sólo un pequeño número de casos, "en 1927 un hombre hizo explotar una escuela de Michigan matando a 38 niños y 7 profesores". "El 20 de abril de 1999 dos adolescentes mataron a 12 compañeros y un profesor antes de suicidarse en el Liceo de Columbine (Colorado)". "Hace seis meses, cinco jóvenes fueron asesinados en una escuela "amish" en Pennsylvania".
Sin ir más lejos, en la propia Universidad de Virginia Tech "en agosto pasado un presidiario evadido se refugió en el campus y resultaron muertos un guardia de seguridad y un policía".

"El porqué de este absurdo" nos lo explicó ya en parte Michael Moore en su documental "Bowling for Columbine", en cuya primera escena el propio Moore intentaba, y conseguía, comprar un fusil en el supermercado de la esquina.
La película nos hablaba del poderoso lobby de las armas en Estados Unidos (ya sabemos que uno de los negocios más lucrativos de este país es el de las armas de destrucción, masiva y al por menor) y, sobre todo, de una mentalidad todavía de pionero, de pistolero, de autodefensa, de matar al agresor, apoyada por la paranoia que crea el estado entre los ciudadanos, atrrorizándolos y haciéndoles creer que el peligro acecha por todas partes en forma de terroristas o psicópatas. Moore se iba a Canadá y descubría que allí, aunque también es muy fácil comprar un arma de fuego, apenas se producen muertes violentas,.
Explosiva combinación ésta de mentalidad justiciera y agresiva en una sociedad enferma, y fácil acceso a las armas.
Qué distinto de las sociedades donde pensamos que el uso de las armas debe estar restringido a los profesionales de la seguridad y la defensa, léase la policía y el ejército, y controlado por el estado. Y que cuantas menos armas circulen por la calle mejor para todos, que el que juega con fuego se acaba quemándo.

"En Estados Unidos 40% de los hogares posee al menos un arma".
"Más de 30 estados permiten, por simple vacío jurídico, a los ex-condenados proveerse en las ferias de armas sin que sus antecedentes sean verificados".
Sorprendente, en el país del control y la seguridad.

"30.000 personas (treinta mil) mueren cada año en Estados Unidos a causa de la violencia por armas de fuego, indica Ladd Everitt, de la coalición Stop Gun Violence".
¡ 30.000 al año! Diez veces más que las del atentado en las Torres Gemelas.
¡ 30.000 al año! Diez veces más que los soldados estadounidenses muertos en Irak desde que invadieron a ese país.
De verdad, impresionante.
Pero no sorprendente.
Sorprendentes son otras cosas:
-sorprendente es que la cultura de la violencia esté tan enraizada en las mentalidades de los estadounidenses.
-sorprendente es que puedan convivir los valores democráticos con Guantánamo, la pena de muerte y una política exterior tan agresiva y mortífera.
-sorprendente es la hipocresía de escandalizarse ante una cantante que enseña una teta en la televisión, cuando el verdadero escándalo es que los niños a los que se pretende "proteger" de esa teta malvada estén confrontados diariamente a miles de actos violentos en la televisión.

No dudo de que la cultura estadounidense presente aspectos interesantes.
Pero como vivo en "provincias", esa cultura me llega especialmente a través del cine y la televisión.
Y, sinceramente, sería mejor para nuestra salud mental que no nos llegara.
Porque son toneladas de basura, falsedad, violencia, bazofia superficial de usar y tirar.
Y todo ello aderezado con su moralina.
Insufrible.
Y ni una teta, oiga.
En mi alejada provincia del Imperio hago un zapping en busca de algo constructivo, interesante o de un cierto valor intelectual que nos venga de Estados Unidos.
Y no lo encuentro.

Tenemos un programa en el que un tarugo viene a contarle "a toda América" que está follando con la hermana de su mujer, por ejemplo.
Aparece el tarugo, aparece la hermana y aparece la mujer, se pelean, aparecen unos matones para separarlos, aparece la publicidad y el público berrea y babea de excitación.
Y es siempre igual.
Y no se sabe porqué pero la hermana o una del público en un momento se levantan y nos enseñan las tetas (?). Es un decir, porque nos lo censuran, gracias a Dios, poniendo una barra borrosa a la altura del pecho. Que tienen que protegerse de la pornografía.
Y lo más patético de todo es que el público, el tarugo, la hermana y la mujer son falsos, vienen de un casting y son pésimos actores.

Tenemos otro canal con el que podemos admirar 24 horas al día a la policía persiguiendo a delincuentes por las carreteras del condado, o imágenes de un atraco en una tienda de ultramarinos.

Si tu edad mental es inferior a 10 años, te recomiendo la pseudo-lucha libre americana, en la que hay héroes buenos y malos malísimos, para que elijas tu favorito, haciendo un teatro violento ante miles de personas que parecen creer que se están pegando de verdad.

En otro programa de asqueroso voyeurismo el equipo de cámara y periodista te acompaña para filmar in fraganti a tu novia con su amante, inmortalizar la inevitable pelea y entrevistar a los protagonistas.

Luego tenemos la CNN, el canal informativo que algunas personas consideran digno y objetivo, no sé si por ingenuidad o porque lo comparan con la FOX.
La CNN durante meses y meses tuvo un cartel fijo en pantalla que decía: "War against terror", todo un ejemplo de objetividad periodística.

Y, por último, hay también decenas de películas y series llenas de explosivos, policías, psicópatas, coches ardiendo, rambos, y tiros, muchos tiros.
Violencia, siempre violencia, a todas horas violencia.

Esta penosa mentalidad necesita un enemigo, para autojustificarse, para tener una misión divina o humana. En el cine y en la realidad.
El enemigo cambia pero siempre hay uno: puede ser un indio salvaje, un soviético, un nazi, un árabe, un alienígena, un traficante. Pero todos son malos y quieren atacarnos y hay que acabar con ellos. Como sea.

En el caso de Virginia Tech se hace hincapié en que el asesino era coreano, extranjero, como si eso explicara algo.
Pero lo que produce terror y espanto es el miedo, miedo, no respeto ni admiración, que todos los países del mundo tienen ante Estados Unidos.
Corea del Sur está asustada ahora. Tiene miedo. Miedo de que "se vean afectadas las relaciones entre Estados Unidos y Corea". Y miedo de "las represalias y ataques que podrían sufrir los ciudadanos coreanos residentes en EEUU". Y organizan manifestaciones de expiación de culpas y arrepentimiento colectivos.
Como si todo el país fuera responsable y tuviera que avergonzarse.
Es como si los españoles fuéramos todos cojonudos gracias a Fernando Alonso. O unos cabrones por culpa de Torquemada.
Increíble.
Y falaz.
Porque si algún país tiene la culpa es Estados Unidos.
Por que si leemos la letra pequeña de las noticias vemos que el asesino nació en Corea del Sur pero vivía en Estados Unidos desde los ¡ 8 años ! Y tenía 23.
El país en el que creció y se educó fue EEUU. Allí fue a la escuela, allí pasó su adolescencia. La televisión que veía era la estadounidense. Y ésa era su sociedad, su vida , su mentalidad.


Mientras escribo esto en un cibercafé, a mi lado, un grupo de preadolescentes juegan "on line" a un vídeo-juego que consiste en elegir un arma y entrar por pasillos y laberintos a matar a cientos de enemigos.
Los miro un rato.
Y miro el juego: es muy realista y excitante.
Pura adrenalina.
Rock duro y explosiones y disparos y gritos.
Cuando matas a uno las paredes quedan salpicadas de sangre... Yeeees!
Los niños gritan también. Deberiáis ver sus ojos...
Y se me ocurre que sería mucho mejor para el mundo y para ellos que estuvieran jugando al fútbol en la puta calle.

1 comentario:

Delirious dijo...

Yo creo tambien que hay mucha violencia en el mundo, particularmente en Estados Unidos. Es una cultura basado en dos cosas: la superficialidad y la violencia. En Libano tenemos la primera seguramente. Espero que no vamos a tener la secunda!
Cuando vi la madre de Reema Samaha en la tele, llegué a ser triste. Ella y su familia escaparon la guerra de Libano para hacer una vida mejor en EEUU, no para morir de este manera absurda~

(lo siento para las faltas. Es que tu blog es una buen oportunidad para leer y escribir en espanol y practicarlo para mi curso :)