01 julio 2009

Ver la paja en el ojo ajeno.

"Defensores de animales protestan desnudos en Times Square contra Sanfermines".

Desde que el yanqui Hemingway se emborrachó en Pamplona y escribió sobre sus fiestas, miles de sus compatriotas visitan los Sanfermines cada año; y aunque probablemente no han leído "Fiesta", igualmente se emborrachan y hasta algunos osados corren los encierros.

"Unos 40 miembros de la organización Personas por la Ética en el Trato a los Animales (PETA) se manifestaron hoy desnudos y "ensangrentados" en pleno Times Square de Nueva York contra los tradicionales encierros taurinos de San Fermín en Pamplona (España)."

Estados Unidos es un gran país, o, mejor dicho, un país grande. Pero 3 cosas unen a la mayoría de sus ciudadanos:
1. El extraño autoconvencimiento de que son un ejemplo para el mundo.
2. La siniestra creencia en la universalidad de sus valores y, por si fuera poco, en la necesidad de exportar naturalmente y por derecho humano o divino esos "valores" al resto de la humanidad.
3. La ignorancia.

"Esta manifestación pretende mostrar la crueldad de los toreros con los toros y pedir a los neoyorquinos y a los turistas que dejen de visitar Pamplona hasta que cesen estos encierros", explicó a EFE la portavoz de PETA, Carmen Cusack."

Tengo para mí que PETA no son siglas sino lo que se ha fumado Carmen Cusack justo antes de hacer estas declaraciones.
Porque para entender una tradición no es suficiente con aparecer por Pamplona cual turista yanqui con pantalones cortos y sin camiseta, cocerse desde la mañana a la noche, coger una insolación de día y una tortícolis de noche y volverse a su país.
Pero tampoco hace falta ser un experto para no confundir el ENCIERRO de la mañana y la CORRIDA DE TOROS de la tarde.
Verás, Carmen Cusack, darling, el encierro es un recorrido breve por algunas calles de Pamplona, desde los corrales hasta la plaza de toros; 6 toros bravos y 6 cabestros corren entre la gente. Y ya está. Tradición peligrosa para la gente, pero no para los toros; no existe ningún maltrato al toro en el encierro, ninguna tortura, ningún abuso -excepto quizás tener que ver a los turistas yanquis borrachos e inconscientes del peligro-. Al toro no se le agrede en ningún momento y la única protección permitida es un periódico enrollado que se interpone entre el toro y el corredor.

Otra cosa es la corrida de toros de la tarde, espectáculo que genera una cierta polémica en España.
Las corridas de toros se celebran en miles de ciudades y pueblos de España (y del sur de Francia, y de México, Colombia, etc), y cuentan con aficionados y defensores que las consideran un arte, una tradición, un espectáculo..., y con detractores que las ven como una barbaridad digna de otros tiempos.
Yo me temo que Carmen Cusack se fue un día a Pamplona, no se enteró de nada, se pensó que el encierro y la corrida de toros eran dos fases de un mismo espectáculo, y se volvió indignada y diciendose: "Se van a enterar estos mejicanos".
La corrida de toros tiene aspectos ciertamente muy criticables, pero, para criticar, primero hay que saber qué se critica y no confundir churras con merinas, ni Mihuras con vacas.
Yo creo que todo el mundo tiene derecho a manifestarse por sus ideas. Pero no sé que les parecería a ellos una mani en Madrid contra los rodeos en Texas o la caza del oso en Alaska.


Y volviendo a los Petas, sólo el efecto conjunto de sustancias psicotrópicas y de la ignorancia característica puede llevar a esta gente a declarar lo siguiente:
"En los tradicionales festejos de San Fermín se usan picañas eléctricas y palos puntiagudos para excitar a los toros.
Antes de que comience el toreo, los toros son debilitados con tranquilizantes y golpeados y muchas veces se les unta vaselina en los ojos".
En conclusión, los toros salen al ruedo a la vez excitados y tranquilzados.


Y, para terminar, otra perla neoyorquina:
"Al quitarnos la ropa, estamos demostrando que nosotros sí podemos elegir, a diferencia de los toros, que son esclavizados y abusados (sic)".

Y a diferencia de otros seres humanos, añado yo, que no pueden quitarse nunca el mono naranja.
Carmen Cusack, seguro que tu intención es buena, pero se me ocurren más de mil cosas terribles por las que podrías luchar sin salir de tu extraño país, de tu propia ciudad.
¿Te digo unas pocas?
La violencia, la prohibición de las armas de fuego, la pobreza, la seguridad social gratuita, la brutalidad policial, la inmigración, la basura televisiva, el derecho a la intimidad, el despido libre, los guetos, la contaminación,... y la legalización de los petas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre es mas facil ver la aguja en ojo ajeno que la viga en el nuestro propio,
Tambien esta de moda protestar ?Por que? no se pero YO PROTESTO/
Tambien queda la posibilidad de protestar por ese grupo que estan en la plaza desnudos causando quizas para otro grupo un escandalo moral publico y atentando con la inocencia infanti