16 mayo 2011

Los estudios científicos anglosajones pueden matar de risa.

Entre los estudios científicos anglosajones que tanto me gustan (porque nos hacen mucho de reír, porque nos ayudan a desmitificar a cierta gente, y porque nos demuestran científicamente que la distancia que nos separa de la cultura anglosajona es de 7'3 años luz), he escogido esta semana 2 que no tienen desperdicio:

El primero nos enseña que "subir los impuestos de la comida rápida e informar sobre sus calorías podría ayudar a luchar contra la obesidad".
No es por quitarles mérito a estos estudiosos pero ese método ya lo inventaron los que se dedican exclusivamente a subir continuamente los precios del tabaco y, de paso y sobre todo, a forrarse con esos impuestos.
Pero lo que nos demuestra el estudio es que al parecer nos toman por imbéciles porque, del mismo modo que no existe ningún fumador que no sepa que el tabaco es malo para la salud, ni siquiera un estadounidense medio ignora que "las hamburguesas con queso, los brownies y las patatas fritas" engordan.
Me gustaría que me dieran 100.000 euros de dinero público para demostrar científicamente que si los coches valieran todos 2 millones de euros la gente utilizaría un 26% más el transporte público, la contaminación se reduciría un tercio y los accidentes de coche un cuarto y mitad.

El segundo estudio es estremecedor; reza así: "El sexo puede matar, según un estudio de EEUU"

Un aplauso para el "dotor" Issa Dahabreh del Tutts Medical Center de Boston, que ha llegado a la conclusión de que "súbitos aumentos de actividad física, como correr o mantener relaciones sexuales, incrementan de modo significativo el riesgo de sufrir un ataque al corazón, especialmente en personas que no realizan ejercicio regular".
Algunos diréis que esto lo sabe un niño de 5 años; sí, bueno, pero no olvidemos que se trata de un estudio científico; por eso añadiremos que "la gente es 3'5 veces más propensa a sufrir un ataque cardiaco cuando está haciendo ejercicio que cuando no lo está haciendo. Y 2'7 veces más propensa cuando se practican relaciones sexuales que si no se practican".

Conclusión: si eliminamos los McDonalds, el sexo y el tabaco, viviremos más; pero si, por el contrario subimos el precio de las hamburguesas y de los cigarrillos el estado ganará mucho más dinero y así podrá subvencionar la investigación científica, que aún nos quedan muchos misterios por resolver, como por ejemplo, cómo es posible que la organización militar más poderosa del mundo (la OTAN) no sea capaz de parar al ejército bananero de Ghadafi en un país desértico y llano.

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