21 mayo 2011

Manual de hipocresía.

Cuando los barcos se hunden las ratas saltan, lógicamente.
Ahora que unos cuantos dictadores se están hundiendo con sus barcos de piedra, algunas ratas descubren horrorizadas que los almirantes eran malas personas y saltan de los barcos al grito de: "¡Derechos humanos!", poniendo hociquito de "yo no lo sabía".
Los ejemplos son múltiples porque las ratas se reproducen una barbaridad, pero uno muy bueno es el de la cantante Nelly Furtado, que dio un concierto para Ghadafi por el que cobró ni más ni menos que un millón de dólares, y que ahora ha leído en los periódicos que ese hombre tan generoso era un dictador. Y quiere devolver el millón porque ella no trabaja para malos.

Otro ejemplo muy divertido es el de la boda real británica. Ya se sabe que Inglaterra es una gran defensora de los derechos humanos, salvo algún detallito (como unos cuantos siglos de colonización, esclavismo, expolio, invasiones y otras pequeñas barbaridades con daños colaterales). Detallitos que no empañan sin duda un currículum ejemplar.

En la boda real retiraron la invitación al embajador de Siria, "a causa de la violenta represión contra los partidarios prodemocráticos en el país", lo cual han tardado en descubrir los 40 años que la dictadura lleva instalada en Siria.
Así que supongo que entre los 1.900 invitados no había ningún representante de países que no respetan los derechos humanos.

Estaban, eso sí, algunos monarcas árabes conocidos por su tolerancia y talante democrático, como el de Bahrein; adalides de la libertad de expresión como los de Marruecos, Qatar, Dubai. Y sobre todo el de Arabia Saudí, al que Estados Unidos y la propia Inglaterra le dieron ya hace muchos años el premio a la mejor dictadura del mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo!
En este periodo podemos sacar millones de ejemplos para tu manual!