07 octubre 2013

El mundo desde la furgoneta: 5. No era fina sino estrecha.

La furgoneta se para delante de una chica delgada con el pelo teñido de rojo, hombros estrechos, unos 19 años y 6 ó 7 bolsas de tiendas de ropa.
Se ve que no tiene mucha costumbre de usar el transporte público porque pregunta y pregunta al conductor por el destino antes de montar. Es fina hasta el ridículo o hasta lo entrañable -habla medio árabe y medio inglés- y humilde -furgoneta, ropa barata del barrio armenio de Bourj Hammoud.
Todos la miramos cuando al entrar le dice sonriente al conductor: "Thank you very much". Después se gira y le pregunta al militar que hay detrás: "It's Ok?". Y éste, desempolvando el inglés y pensando estar ante una muchacha  extranjera, le responde: "E, thanks".
La chavalita mira a su móvil inteligente y exclama: "Shit! Oh, shit!"
Casi me dan ganas de preguntarle inquieto y con los ojos como platos: "What happens?"
Pero me corto. Serán mensajes que ella no había visto de candidatos al examen de novio.
El viento que entra por las ventanillas hace flotar su pelo, y sus mechones rojos rizados acarician el cuello de un tipo rudo que está encantado: es el viaje más agradable que ha hecho este año. La chica se da cuenta y se recoge el pelo con la mano pudorosamente: "Oh, sorry!"
El maromo sonríe y asegura con sinceridad que no le molesta en absoluto, lo cual aprovecha ella para iniciar una conversación: Acaba de hacer unas compras increíbles y no puede esperar a llegar al pueblo, si no se lo cuenta a alguien ahora mismo va a explotar: ella sabía que Bourj Hammoud era barato pero...es que ha encontrado una tienda donde todo vale 5.000 liras (2'50 euros).
Tiene ganas de enseñar las prendas, incluso mete la mano y hace ademán de sacar una: en la bolsa pone "lencería" pero en francés, que es más sexi, el fulano mira, yo miro, ella introduce su manita flaca, el fulano y yo mantenemos la respiración...ella se para, saca la mano vacía, dice "Ok" y prefiere seguir explicando oralmente.

Interrumpo la escena, "sorry", tengo que bajar, ella sale para que yo pueda bajar -en las furgonetas la gente se encaja como en los puzzles y cuando una pieza se mueve se produce una reorganización general-.
Y, al pasar, le digo a media voz: "Thank you".

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