20 febrero 2012

Mala hierba nunca muere.

He hecho un estudio científico y he llegado a la conclusión de que el 92% de los monárquicos lee el "Hola!" (la revista más vendida en España, la única en español vendida en Líbano) y ven la basura "Sálvame".
Porque -he aquí la tesis del estudio- apenas existe gente en España que justifique su monarquismo como una creencia propia o una ideología. En realidad lo que nos atrae son las figuras ricas y famosas.
Si un famosete de tercera pasa por la calle se arma un revuelo impresionante y la gente se abalanza a hacerse fotos con él. Porque es famosete. Y porque no hay placer que se iguale al de pasarse un mes contando a todos los conocidos con aire de falsa modestia: "¿A que no sabes a quién vi la semana pasada? A Miqui Peralta, el que se casó con Lola Pajillas, la que limpiaba  en casa de Andrés Pajares. Iba yo por la calle y digo, ostia, joder, si es Miqui Peralta...".
Fíjate, compartiendo calle con un famosete. Hay días así.

Y ahora el descubrimiento espectacular de mi estudio: ¿Cuál es la diferencia entre la Reina Isabel de Anglolandia y Miqui Peralta el que se casó con Lola Pajillas? Pues, atención, en esencia no hay diferencia sustancial: los 2 son reyes aunque al segundo le va a durar 6 meses el reinado- porque ser rey es ser famoso y ser famoso es ser rey.
En el caso de la monarquía he constatado que a la sana envidia por el lujo y el oropel se añade el llamado "Complejo de Cenicienta", que es un trauma infantil-freudiano que afecta especialmente al género femenino por causa de una educación sexista y tal y que consiste en creerse los cuentos en los que un príncipe valiente  y guapo aparece en un blanco corcel y se casa contigo y te lleva al palacio, donde hay colecciones de vestiditos maravillosos. Cierto que es difícil imaginarse a Alberto de Mónaco, al Príncipe Felipe o a toda la banda inglesa en tales menesteres de rescatadores de cenicientas y matadores de dragones....pero el sueño infantil ahí queda; y el lujo, el despilfarro, el privilegio, el pijerío y la colección de vestiditos son reales.

En la segunda parte de mi estudio científico, publicado en el "Scientific Researches Journal" de la Universidad de Carolina del Este, me centro en demostrar, científicamente, claro, cómo la propaganda institucional y los medios de comunicación afines se dedican a mitificar a todos estos personajillos de cuento.
Para llevar a cabo tal mitificación se utilizan 2 procedimientos aparentemente contrarios pero, como veremos, complementarios:
El primero de ellos es elevar a rango de "maravilla importante" cualquier mamonada que "el noble" realice: por ejemplo, si un príncipe inglés estuvo un día en Irak haciendo el gamba, pues se le condecora como héroe nacional por sus hazañas. O se le regala a Obama el Premio Nobel de la Paz por...por...¿por qué era? Y a su mujer se le nombra "Mujer más elegante del Planeta"...Y así se consigue que la plebe los admire: inventando méritos que no existen.

El peligro de esta manipulación es que hay gente muy envidiosa y que del amor al odio se pasa en un plisplás, porque los palacios son muy bonitos pero jode pagarlos cuando se vive en 40m2. De ahí la segunda estrategia mitificadora del mierdecilla, que consiste en insistir hasta la saciedad en que son como nosotros, gente sencilla y normal. Evidentemente para tragarse esta idiotez hay que ser muy ingenuo. Y, por su lado, hay que manipular mucho los hechos: "Los Príncipes llevan a sus hijas al cole", acompañado de una foto de la niña agarrrada de la manita de los papás y muchos "como un español más", "como un ciudadano más", "como un padre normal"... En la tierna imagen por supuesto no aparecen los siguientes elementos: habían cortado la zona y molestado a miles de personas para poder hacerse la foto de padre normal; había un despliegue policial, docenas de matones y centenas de fotógrafos avisados para "el improvisado acto"; a un ciudadano normal no sale a recibirle con sonrisa de jesuita el director del centro educativo; el resto de los días las niñas irán al "cole" acompañadas del personal de servicio, los servicios de seguridad y el chófer. Y por último lo que el "Hola" llama "cole" es el colegio más pijo y elitista del país, que en la escuela pública no se aprende bien inglés, you know?
El Rey es "campechano", un pijo campechano, pero campechano; porque hay pijos que no son campechanos. De hecho Juan Carlos es un pionero en eso tan campechano de "saltarse el protocolo" para que nos cuenten después que se han saltado el protocolo campechanamente, que es algo que nos encanta por su propia campechanía.
Si al Príncipe de Mónaco se le escapa un pedo en el Baile de Gala de la Cruz Roja, por un suponer, entonces: a) es un ciudadano más y su pedo es campechano y b) no huele porque es un pedito Real.

Unos ejemplos más tomados de la realidad:
1) "Doña Letizia, una princesa ama de casa".
La Princesa acudió a comprar fruta a una tienda del Barrio de Salamanca de Madrid y disfrutó de una jornada de rebajas, de nuevo en tiendas "low cost".
En la foto aparece la susodicha con un abrigo de esos horribles acolchados que tanto gustan a las españolas, el pelo recogido campechanamente con una goma low cost y unas gafas de sol en la punta de la nariz para pasar desapercibida. Vamos, que si no es por los matones y los fotógrafos nadie se da cuenta de que es La Princesa..."¿a que no sabes, Chichi -que es el barrio de Salamanca-, a quién me encontré ayer en el mercado...? La campechana princesa mira en la foto un bote de zumo con aire de experta ama de casa.
Pero obsérvese que a pesar de ser una ciudadana más hay toques majestuosos en sus acciones: una princesa no va a la frutería sino que "acude a comprar fruta". Una princesa no va a Zara, sino que "disfruta de una jornada de rebajas en tiendas low cost", oh yeah.
Otras cosas impresionantes que hizo Doña Letizia: "Se mezcló con los madrileños", "observó las mandarinas y los dátiles y se interesó por un zumo de granada", qué honor para el zumo. Y además "llevó personalmente sus compras", que esperamos fervientemente que no fueran un sofá y una fregona con cubo.

2) Ese mismo día su cuñada la Infanta Cristina "viajó a Mozambique, donde se desarrolla un ensayo clínico para dar definitivamente con la vacuna contra la malaria" ¡Joder! En el texto no queda claro si entre su viaje y el ensayo clínico hay alguna relación, ni cuál era la función de la Infanta en Mozambique, ni siquiera si era absolutamente necesario que, en plena crisis, los africanos disfrutaran con la presencia de Cristina. Pero lo que sí es claro es que, a pesar de su sencillez, la Infanta realiza una gran labor mundial contra la pobreza y la enfermedad, sacando tiempo de su apretada agenda, y creo que la deberían ya ir condecorando.

 3) "La actriz de Fantastic Four, Jessica Alba, preocupada por el medio ambiente".
Punto a, para que se vea su concienciación ecológica que sirve de ejemplo al mundo, además de sus orígenes populares, como un ciudadano más: "Aquí tenemos muchas restricciones de agua al sur de California y yo crecí dándonos duchas con muy poca agua y oyendo "no tires de la cadena a no ser que"...ya sabes".
Punto b, para que se vea que los ricos también lloran: "La actriz y su marido Cash Warren ya no tienen que regar el césped de su mansión...porque han puesto hierba artificial alrededor de la piscina".
Esto sí que es un ejemplo, y luego vas tú y dejas el grifo abierto mientras te afeitas, desgraciao.

4) Ya casi me he meado de la risa; pero la noticia que más me gusta es ésta: "La Reina Isabel II arranca malas hierbas en caso de contrariedad".
Como dicen los forofos del Facebook, "jajajajaja".
Se trata de una biografía de la reina que ha escrito la intrépida periodista estadounidense Sally Bedell, "que recibió el aval tácito de Buckingham Palace para entrevistarse con personas cercanas, consejeros y cortesanos de la Reina". Se ve que es una biografía crítica y profunda, eh.
Concretamente la Reina "adora" arrancar hierbas porque a las reinas inglesas no les gustan las cosas sino que las adoran.
Y la información está contrastada: "Una de sus primas me dijo que cuando la reina Isabel tenía una contrariedad, iba al campo a arrancar Galium (un tipo de mala hierba invasora)".
Me imagino la escena: la reina con un pañuelo estampado anudado al cuello y unos guantes de latex arrancando hierbajos dale que te pego, muy contrariada ella. A su lado el mayordomo, por si acaso, y a una prudencial distancia un discreto despliegue policial.
La zona acordonada, por seguridad, un helicóptero sobrevolando el campo. La carretera comarcal cercana está cortada, por seguridad, y un automovilista indignado, maldito republicano, gruñe: "What's the hell!".
Silencio de la policía, por seguridad. Pero un agricultor de la zona, por lo tanto informado, le sopla al oído: "Su Majestad La Reina está contrariada".
La biografía aporta otros datos de gran interés sobre la magnética personalidad de esta gran dama:
"La Reina tiene muchos amigos abnegados pero como ella vive en su pequeña burbuja y en su pequeño mundo, se trata de amistades de otra naturaleza". ¿Ehhhh?
"Se interesa por las noticias familiares, pero hay como una pantalla. Ellos no osarían preguntarle por su intimidad o su vida personal. Ella guarda muchas cosas para sí misma" ¡Ohhhh!
Es que La Reina "tiene una personalidad secreta y apasionada a la vez".
¡Ostia! Corro a comprar un ejemplar, antes de que se agote, de la biografía de esta humilde reina que ni siquiera se jacta de haber inciciado con su actitud una ecológica campaña para la erradicación de las malas hierbas en el Reino Unido".

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