01 febrero 2012

Anexos a la dura existencia del diputado raso (1).

Los diputados de la anterior legislatura (hasta noviembre de 2011) han cobrado un finiquito de 8.200 euros aunque hayan vuelto a ser elegidos y continúen actualmente siendo diputados. A los que no han conseguido seguir sirviendo a la patria tras las últimas elecciones se les regalará por su careto bonito una paga de 2.800 euros al mes durante 2 años. A este último robo legal a todos los españoles se le denomina "indemnización por cese" y se da la circunstancia de que ni se trata de un cese ni de una indemnización. Es cierto que el verbo "cesar" significa "dejar de desempeñar algún empleo o cargo". Pero también es cierto que en política se emplea sobre todo con el sentido de "dar el cese a alguien", es decir, "destituir de su empleo o cargo". Y aquí nadie ha sido destituido sino que simplemente se les ha acabado (momentáneamente) el chollo, perdón, digo el "contrato con el pueblo", que duraba exactamente 4 años, hasta las siguientes elecciones. De ahí que cobren un finiquito.
Igual es que lo suyo no es "cesar" sino vivir como un César, que era el jefe del Imperio Romano.
"Indemnizar" significa resarcir de un daño o perjuicio y en ese caso son ellos los que deberían indemnizarnos a nosotros y no nosotros a ellos.
¡Ay, dura vida la del diputado raso!

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