30 enero 2012

Noticias de Humor (y 4).

A las élites les gusta vivir como élites y disfrutar de sus privilegios; y al mismo tiempo dárselas, en ocasiones, de sencillos y populares. Así la Leti se va un día a Zara (con 15 matones y la calle cortada) porque es muy campechana; o la reina de Inglaterra viaja un día en avión comercial porque es muy sencilla y también para ahorrar´...qué chapa aguantar a estos petardos.
En el caso de los políticos esto ocurre sobre todo por motivos prácticos y electoralistas del tipo de "vótame, que soy como tú, una persona normal...hasta estoy dispuesto a coger un autobús un día si hay suficientes fotógrafos". En Francia es toda una paranoia: a los políticos les encanta hablar de la "banlieue" (los suburbios, las afueras), contar que vienen de allí, que conocen los problemas de los jóvenes desfavorecidos y del pueblo. Y lo dicen con todo el descaro y les estás viendo en la cara que por la "banlieue" pasaron un día 10 minutos en periodo electoral para hacerse fotos con el carnicero del barrio.
Y en España pretenden colarnos el mismo rollete:
"Llamazares acepta con humildad ser diputado raso, pero promete intervenir".
El humilde diputado de Izquierda Unida nos cuenta esta milonga porque "su grupo parlamentario no le ha atribuido ningún cargo de portavocía o adjunto".
En el artículo-panegírico aparece la palabra humildad 4 veces, vamos, que al final no se sabe si hablan de un diputado o de la Madre Teresa de Calcuta, joder, cuánta humildad.
Estas humildes declaraciones contrastan con su primera reacción "al conocer el reparto en el grupo parlamentario, cuando en su cuenta de Twitter señaló que no cree en la disciplina de partido y afirmó: Acato pero no acepto ni me callo".
Así que resulta que en Izquierda Unida hay disciplina de partido ahora; antes no había, el rollito federalista les permitía en el País Vasco pactar tranquilamente y durante años con la derechona católica y racista del PNV.
Me cuenta un amigo, -entre cuyas múltiples perversiones se encuentran la de estar apasionado por la política española (¡hay gente pa' tó!) y saber de carrerilla los nombres de los 350 diputados, y hasta si obtuvieron el escaño por Cuenca o por Toledo- que es bastante habitual en nuestros humildes partidos políticos y en nuestro humilde Congreso utilizar el término "diputado raso" para el que no ostenta ningún otro cargo superior en el Parlamento, dígase portavoz por ejemplo.
En el diccionario de la RAE efectivamente aparece "raso" con la acepción de "dícese del que no tiene un título o utro adherente que le distinga". Y ponen como ejemplo el único caso en el que siempre se ha utilizado con ese sentido: "soldado raso", que en el argot militar antiguo designaba al soldado de segunda categoría en contraposición al soldado de primera y por supuesto a todos los demás cargos militares.
Es decir que el soldado raso era la categoría más baja de toda la sociedad militar.
Y estos diputados se identifican con ellos, porque nos pretenden convencer de que su trabajo es una lucha y una misión, y porque son unos humildes. Son como soldados aguerridos y corajudos, siempre dispuestos a luchar hasta el fin por la felicidad de todos los españoles; es una vocación, diputado se nace, no se hace.
Por eso Llamazares el humilde confiesa: "No tengo ningún problema en ser un diputado sin galones, un diputado raso" Dios mío, qué humilde, casi lo imagino limpiando las letrinas del Congreso.
Pero resulta que la mayoría de los diputados son "diputados rasos" y que en el Parlamento hay montones de personas con categorías inferiores, salarios más bajos y privilegios menores: todos los empleados. Los diputados son la élite en el Congreso y en la sociedad.
Así que si nos ponemos a manipular el lenguaje yo propongo que a mi director se le llame director raso en relación con el director general en Madrid. Y que haya generales rasos, porque el rey es el jefe de todos los ejércitos. Y que las Infantas sean infantas rasas comparando con el Príncipe. Y Rajoy presidente raso con respecto al de Luxemburgo que preside 6 meses la Unión Europea, por ejemplo.

Pero eso sí, Llamazares, a pesar de ser un simple diputado raso trabaja un montón: de hecho unos días después de empezar la legislatura convocó una rueda de prensa, sobre todo para hablar de su humildad, pero también para presentar una gran labor: "17 preguntas al Gobierno", que ha elaborado él solito.
No es por quitarle méritos pero en mi condición de español raso he hecho una prueba esta mañana mientras estaba en el baño y se me han ocurrido en 10 minutos ¡23 preguntas al Gobierno! Y lo digo con humildad, eh.
Pero ahora estoy pensando que quizá lo de "diputado raso" no va por ahí. "Raso" en el Diccionario de la RAE tiene otras muchas acepciones que quizás convengan más a Llamazares y al resto de los humildes diputados, como la 9: "Raído", la 1: "Plano, liso", o la 5: "Que pasa o se mueve a poca altura del suelo".

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