14 marzo 2007

Las Partes: 3.La técnica - 6º ejemplo.

Otra fuente inagotable es la pura imitación del estilo o del tono o de los temas de un escritor.
¡Qué fácil!, te dirás, habiendo tantos escritores...
2 ejemplos:

6. EL ARTÍCULO HEROICO-CRÍTICO-MANIQUEO-EMOTIVO-BILIOSO-CLARO-CHULESCO A LO PÉREZ-REVERTE. Aquí se aprovecha cualquier tema para hablar de uno mismo y concluir que, aunque parezca que no, uno mismo es cojonudo.
(Por cierto, ¿por qué todos los Pérez, Gómez, Gutiérrez y demás "-ez" que llegan o piensan llegar a ser algo se colocan un guioncito o un "de" o un "y" entre sus apellidos, que los distinga de la chusma?):

Oye, Pérez-Reverte, que te veo cada vez más maricón, con lo que tú has sido, que los legionarios se te cuadraban y comías tarántulas sin masticar y eras el azote de infieles, estómagos agradecidos y catetos del hecho diferencial.
Que se me queda el ala triste cuando veo en lo que te has convertido, canalla, que seguro que has dejado las putas cariñosas y las borracheras en ciudades sitiadas y las tertulias en trincheras inhóspitas con el chaleco antibalas puesto...sin el chaleco, qué coño, que da calor.

Ya no nos queda más remedio que leer tus novelitas a lo Dumas que ocupan estanterías enteras en el Corte Inglés:
- Hola, buenas, ¿tienen algo de Alejandro Dumas?
- ¿Alejandro Dumas, el gabacho que escribe como Pérez-Reverte? Algo debe de haber en el almacén, si quiere se lo miro...

¿Qué fue de aquellas narraciones tremebundas que uno sudaba al leerlas, cuando las balas te silbaban a un centímetro de la cabeza y tú, duro como el pellejo de una mierda, ni te inmutabas, ni se te movía el vaso de güisqui DYC que tu traductor a 100 dólares el día te había conseguido jugándose el tipo en el mercado negro y peligroso?
¿Dónde fueron los cagondioses gloriosos?
¿Dónde quedaron aquellas despedidas dramáticas de amigos íntimos a los que habías conocido media hora antes? Es que eso de las guerras une que te cagas de lo que une.

Yo, lo confieso con la boca pequeña, yo, me identificaba contigo, con tus bilis, con tus experiencias únicas, con esa ética incorruptible que te hacía llamar gilipollas a cualquier gilipollas.
Me has dejado solo, Pérez, seguro que hasta tienes ahora el móvil del ministro, colesterol y ofertas de Jolibud.
Éramos los 7 magníficos tatachín, primero cayó Alejandro Magno, luego le tocó el turno al General Custer, y, tras él, desaparecieron Churchill y De Gaulle, Mario Alberto Kempes...y ahora tú.

Pues yo sigo, porque "alguien tiene que hacerlo".
Porque a mí, que te enteres, también me han disparado y no voy contándoselo a todo el mundo.
Porque he cogido arena negra del Tigris, allí Turquía, allá Irak, aquí Siria.
Y me he paseado bajo la lluvia junto a rascacielos agujereados de balas, hundidos de tiempo, en Beirut.
Y he llegado a una aldea perdida junto al Éufrates y me han dado ganas de quedarme allí para siempre entre hombres enjutos con "galavia" y bigotito recortado que no saben qué lengua se habla en España.
Y he visto amanecer mil veces en Oriente y los viejos iban a rezar y el aire estaba caliente y la luna caída.
Y me he bañado en el Mar Rojo, al frente Arabia, entre miles de peces de colores que venían a verme.
Y he tomado café en Lisboa, en Palermo, en Anmán, en el Cairo, en Baalbeck, en Alepo, en Montpellier, Madrid, Sfax...
Y no sólo conozco sino que he sufrido mafias nacionalistas y contratos basura de la España que va tan bien.
Y he emigrado.
Y he visto desde fuera cómo España se hacía europea para lo bueno y para lo malo.
Y cómo unos fascistas soberbios me cambiaban mi Bilbao por otra cosa que no me creo con la ayuda del miedo y porque el que grita parece que tiene razón.
Y me he encontrado solo, o muy cerca de mujeres encantadoras.
Y he visto gente con honor, pero más veletas, cantamañanas, chupapollas y enchufaos.
Y he hecho cosas terribles: he mentido, he leído libros de Javier Marías, me he hecho una foto con Jon Juaristi...
Te lo juro por Arturo.
Y muchas más cosas buenísimas y malísimas.
O sea, como todo el mundo.

Y no por eso llevo un halo luminoso en la cabeza ni soy más profundo ni más listo ni más irresistible ni me ha cambiado la cara de tonto.
Ni cuando hablo, que es cada vez menos, la gente se arremolina a escucharme.
Más bien, al contrario.

Así que no me vengas con pamplinas y vuelve a contarnos historias tuyas.
No hace falta que sean verdad, Pérez.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Te lo juro por Arturo... y me fumo un puro"
Única frase ilustre que recuerdo de mi paso por el instituto. Era de una profa de pelo corto y rubio platino que nos daba filosofía o dibujo o algo así.

JOSETOMÁS dijo...

ya es primavera...

JOSETOMÁS dijo...

también aqui se resiste...un abrazo muy gordo desde las ancestrales tierras de Aitor. Me alegro de haber podido tomar café contigo en algunos sitios de los que nombras...y de muchas cosas más.