19 marzo 2007

Las Partes: 4. La Constancia.

La constancia es muy importante.
Como decía aquel escritor de cuyo nombre no nos acordamos en este momento, "si un día la inspiración viene a visitarme, seguro que me encuentra trabajando".
¿Cómo encontrar tiempo con nuestro ritmo de vida enloquecido, enloquecedor, loco y alocado?
He aquí unos sencillos consejos que te ayudarán a convertirte en un clásico de nuestras letras:

1. Al levantarte de la cama, arrodíllate y repite 3 veces esta invocación con las manos elevadas:
"¡Oh, constancia, constancia, ven a mí!"
De acuerdo, es corta y sinsustancia, pero mejor así, no vaya a ser que entres en trance e invoques por confusión al arcangel Grabiel, el de la inspiración.
Que hemos quedado en que inspiración ya tienes. Que tú lo que necesitas es constancia.
Repite este ejercicio cada mañana y verás cómo a partir del tercer día los resultados son sorprendentes.
Si envías este mensaje a 100 personas la constancia llegará a partir del segundo día.

2. Aprovecha los momentos de pausa, descanso y transición para escribir un poquito:
cambia la revista que tienes junto a la taza del váter por hoja y papel o un ordenador portatil, dependiendo de tus gustos o de lo pudiente que seas.
Después de hacer el amor no fumes, escribe.
Si tu vida sexual es poco activa, mejor que mejor, que así te dará tiempo a escribir novelas.
En el metro, escribe. Nunca más libros de Paulo Coelho o periódicos gratuitos.

3. Utiliza las ocasiones que la vida naturalmente te ofrece para practicar:

Por ejemplo, "Sr. Director, he leído en su periódico, del que soy asiduo, un artículo sobre la retirada del fútbol activo de Roberto Carlos y quería compartir con usted y sus lectores unos pensamientos sobre lo efímero de la gloria y lo perecedero de la fama...". Y ahí, aprovechas para engendrar un texto. Seguramente no van a publicarlo pero del público hablaremos luego, ahora se trata de practicar con constancia.

Pasas por delante de una iglesia y, oh qué suerte, hay un funeral. Dirígete directamente al libro de dedicatorias y engendra, engendra, aprovecha. En esta circunstancia probablemente tu inspiración te llevará hacia el poema hagiográfico:
"Como la flor esparce su polen y luego marchita
y así pervive y se perpetúa,
así tú nos has dejado, pena, pena, penita,
pero el amor que sembraste, actúa,
siempre estarás con nosotros, a nuestra vera verita,
querido Aitor...Aitor Pagazaurtundúa".

En el parabrisas de tu coche mal aparcado:
"Señor vigilante,
un poema consonante:
estoy abajo
en el trabajo,
sea usted majo,
sea usted galante,
sea usted elegante,
no se me plante
y siga adelante".

En la mesa de tu compañera de trabajo:
"Un angel a tu madre visitó,
una flor en su vientre plantó,
un pájaro a su lado cantó,
con leche y amor te amamantó,
el sol, de alegría saltó, (?)
vamos, es que te comía tó".

Así que no digas más eso de "yo, es que no tengo constancia".
Porque constancia tienes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

DISCIPLINA SECRETA

La casa como barco
En alta mar de junio.

Las calles como trenes
De noche sosegada.

Estas cosas no pasan en el mundo.

Estoy por afirmar
Que ahora vivo en un libro de poemas.

Pero si tú me miras,
Decidida a existir
Desde el fondo templado de tus ojos,
También existe el mundo.

Y muy probablemente

Yo acabaré por existir contigo.

Luis García Montero