A veces llegan salvajes, revueltas y grises,
con gaviotas gritando,
y ellas también gritan,
y saltan a la carretera, enfadadas,
y chocan contra los muros, histéricas...
y otra vez y otra vez y otra vez...
A veces vienen relajadas,
como empujadas por la manita de un niño,
sopladas por un viejo,
resbalando por una calle casi casi...casi
sin pendiente...
Depende.
Pero siempre vienen.
De día y de noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario