11 junio 2010

El españolismo barato: 2. El truco del almendruco o cómo enchufar a quien nos apetezca y que además parezca legal.

El enchufe es humano: ¿Quién no ayudaría a su hermano, a su amigo, o simplemente a quien dominarás o te deberá un favor o podrá ayudarte, antes que a un desconocido?
Pero hay 2 clases de ayuda: si yo tengo un coche se lo regalo a quien quiero; pero si el coche es alquilado o prestado o pertenece al Estado y yo lo uso porque soy un privilegiado con derecho a utilizar los bienes comunes…pues entonces no, ¿verdad? No puedo dar ese coche a quien yo quiera.

En sociedades poco desarrolladas democráticamente, o donde los sistemas de clanes persisten, parece normal que las cosas funcionen así; por ejemplo, un libanés dice tranquilamente que ha obtenido un empleo por “wasta”, por enchufe, porque se considera aceptable y no vergonzoso. A nadie le sorprende incluso que en un ministerio o en una institución pública la mayoría de los empleados sean de la misma confesión religiosa y del mismo clan que el dirigente. Para eso está el clan precisamente y así son las cosas.

Se supone que en España tenemos un sistema democrático maduro y ejemplar. Y que por tanto hemos pasado esa época. Pero el enchufismo está tan arraigado en nuestra mentalidad que poco ha cambiado en realidad, los escándalos políticos se suceden casi diariamente en casi todos los ámbitos e instituciones; y sabemos que es sólo la punta del iceberg.
Incluso mantenemos los clanes político-laborales: como el sistema de “voto cautivo a cambio de trabajo o prestaciones sociales” que se montó el Psoe en Andalucía y Extremadura (si me votas te doy trabajo, si no me votas lo pierdes), o el más ideológico-laboral del PNV en el País Vasco (si eres de los míos o tragas, tendrás trabajo).
Ya no aparecemos en las listas de países más corruptos porque hay otros que nos dan mil vueltas y porque ahora somos un poco más sutiles.
Pero en lo esencial, tenemos unos gestores públicos que continúan “regalando los coches que no son suyos”, la mayoría de los altos cargos siguen siendo designados a dedo y la corrupción debe de ser enorme si tenemos en cuenta la multitud de políticos a los que han pillado en los últimos años en el PP y en el Psoe.
Un país democrático en la mentalidad y no sólo en la estructura, se dota de los medios de control para evitar ese enchufismo tan humano y se asegura de que se cumplan las normas para que un puesto lo obtenga la persona que cumple mejor unos criterios justos.
Un país de mentalidad corrupta y amiguista, como el nuestro, lleno de pillines, ay, pillines, lo que hace es poner normas, sí, pero normas que permitan seguir enchufando a los colegas dando a la vez una apariencia de legalidad a esa basura.
Un ejemplo: yo soy un gestor público encargado de organizar la provisión de unos puestos de trabajo. Al mismo tiempo lo que quiero es dar esos puestos a gente concreta en la que yo o mi institución estemos interesados por diversos motivos. Entonces lo que hago, porque no quiero problemas ni que me pillen, es convocar esas plazas con unos criterios, legales puesto que no son ilegales, pero tan absurdos e injustos que permitan que los cumplan los ya “designados” para los puestos. No sé si es claro: imaginemos que para ser profesor de literatura en el País Vasco establezco un baremo en el cual sea obligatorio y puntúe mucho más el título de lengua vasca que la formación y la experiencia en la propia literatura española. Me aseguro así que no entre en el “club” nadie que no sea afecto al régimen o al menos lo parezca. Incluso si la literatura se resiente.
Otro ejemplo, también real, entre tantos que mantienen el sistema mientras lo corrompen:
Convocatoria del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación a través de su Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) para cubrir “38 Plazas de Oficiales Profesionales Jóvenes en el sistema de las Naciones Unidas en países en desarrollo”, es decir, trabajos excelentemente pagados que te permiten entrar en el maravilloso mundo de la ONU donde el dinero fluye a espuertas, y donde puedes viajar a países exóticos y sentirte como la Madre Teresa de Calcuta pero con condiciones de diplomático.
Demasiado jugoso como para que no haya mucha gente “con contactos” interesada.
Vamos a ver qué piden:
-Título universitario (Económicas, Ingeniería, Derecho, Políticas,…)
-Dominio del inglés y buenos conocimientos de otra lengua de la ONU.
-Experiencia de 1 año mínimo en cooperación al desarrollo, sobre todo experiencia sobre el terreno en países del tercer mundo.
-Buenos conocimientos de informática.
Hasta aquí todo lógico y en principio justo y en relación con el trabajo que se va a desempeñar.
A partir de aquí empieza el cuento y el chanchullo:
-1. Tener máximo 32 años (supone una discriminación ese límite de edad, como si el puesto fuera para jugar al fútbol).
-2. Cualidades esenciales: motivación (¿acaso alguno de los que lo piden no tiene motivación?), predisposición para el trabajo en equipo, capacidad de adaptación, dotes organizativas, aptitudes de comunicación…(es una incongruencia mezclar requisitos objetivos como un título universitario con otros tan etéreos como éstos, que sólo son valorables subjetivamente).
-3. Máster: es la moda; un timo similar sólo puede provenir de un sistema educativo tan deficiente como el estadounidense. Parece ser que tener un máster te hace, como por arte de magia, gran conocedor y experto en algo. Pero un máster en realidad es un cursillo muy caro, al que mucha gente no tiene acceso por tanto, y cuya principal utilidad, como estamos viendo es acceder a puestos públicos favoreciendo a las élites y tergiversando el valor real de la formación.
Si alguien conoce a una persona que haya suspendido un máster que me lo diga, por favor.
-4. ¿Cómo se valoran estos requisitos, los objetivos y los abstractos? Ah, no se sabe: en ningún apartado aparece un baremo matemático que mida estos méritos.
En realidad, sí se sabe, como veremos luego.

Bueno, pues ya tenemos seleccionado a un grupo de jóvenes pudientes altamente formados, con máster, con lenguas, con experiencia y motivados.
Pasemos a la 2ª fase:
¿Debería ser esta fase la selección de las 38 personas que más puntuación hayan obtenido en la valoración justa de criterios objetivos?
Ni lo sueñes, que todavía se ha podido colar algún indeseable en la preselección; o quizás sicópatas, perros verdes, o extraterrestres con currículum.
“La AECID controlará la preselección de candidaturas que reunan los requisitos para los puestos”:la falta de artículo en “candidaturas” es muy significativa, puesto que da a entender que no todas las candidaturas que reúnan los requisitos serán preseleccionadas; en otras palabras, la AECID seleccionará a quien le salga de los huevos entre los candidatos presentados. Ni una sola palabra en la convocatoria sobre el sistema de valoración, y mucho menos sobre la posibilidad de reclamación.
Y, por último, “La AECID remitirá las candidaturas pre-seleccionadas a los organismos internacionales, quienes finalmente decidirán las personas seleccionadas, tras una entrevista personal”.
La entrevista personal es el mejor método que han inventado los corruptos para invalidar cualquier clasificación anterior del proceso de selección, para elegir a la persona que se desee, para darle el puesto al previamente designado sin posibilidad de reclamación.
¿Qué se pretende teóricamente medir con esta entrevista? ¿Es que no es suficiente con ser ingeniero, tener un puto máster, dominar el inglés y otra lengua extranjera, tener experiencia en puestos similares y buenos conocimientos de informática, todo ello con menos de 32 años? ¿Y más cuando la AECID ha dicho ya que el candidato está motivado, predispuesto, capacitado para adaptarse y que tiene dotes organizativas y aptitudes de comunicación?

Esta convocatoria ha dejado de tener la más mínima seriedad hace un rato.
Imaginemos que han pasado la primera fase (supuestamente objetiva) 100 personas, la primera con 130 puntos (supongamos también que en esta farsa hay puntos) y la última con 12 puntos.
Y el puesto se lo damos a la de los 12 puntos, oh, por muchos, claros e importantes motivos: porque “ha hecho muy bien la entrevista”, porque “se adecúa mejor al perfil”…
Yo añado otros motivos igualmente importantes:
-porque hemos comprobado que es un chupapollas altamente dócil.
-porque tiene un peazo culo que te cagas.
-porque es el hijo del embajador”x” o del subsecretario “y”.
-porque me ha llamado “z” para decirme que a éste hay que darle un puesto.

Todo legal. Pero quién controla al controlador y cómo ha llegado a ser controlador son preguntas intrascendentes.
Lo importante es que soy un exagerado, que quizá esta mierda de sistema permita esos “deslices”, pero que vosotros no conocéis ningún caso, porque en España no funciona así, ¿verdad?.
¡Vivaspaña!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me e cagado de la risa con tus wevadas ,es muy bueno tu blog, sigue asi y gracias

viajando con lola dijo...

Debo decir que lo he sufrido en carne propia y que es muy descriptivo y acertado. No: no estoy dentro de las candidaturas seleccionadas de la AECID, a pesar de tener todos los requisitos y alguno más!