09 junio 2010

El truco del almendruco: De cómo trabajamos para que otros vivan en palacios.

Ante una crisis económica y una necesidad de recortar gastos públicos, se pueden hacer 2 cosas: lo que ha hecho el mediocre presidente Rodríguez, alias Zapatero; y lo que debería hacer cualquier partido antes de que yo vuelva a votar a alguno de estos clanes de pretenciosos privilegiados, esa lacra a la que llamamos políticos y que en el Congreso se autodenominan “señorías”.
Desde luego Zapatero y sus “economistas” no se han quedado calvos.
Recuerdo lo que hicieron en Líbano hace unos años el primer ministro y su ministro de Economía Fouad Siniora: se inventaron un tipo de IVA del 10% que se aplicaba a casi todos los productos; es decir, subieron todo el 10%, exprimieron a los ciudadanos; los servicios públicos no mejoraron, la crisis no desapareció, los políticos siguieron –y siguen- siendo millonarios y los pobres fueron más pobres.

Existe un mito muy extendido que dice que los altos cargos tienen mucha responsabilidad y por eso cobran tanto.
Es falso. Cuanto más gana alguien menos responsabilidad tiene. Y menos aún en la empresa pública donde el dinero se roba y se despilfarra a espuertas, y donde a lo único que se arriesga un inepto es a que lo sustituya otro inepto puesto a dedo como él. E incluso en ese caso no se juzga la capacidad del inepto, simplemente el nuevo inepto tiene más agarraderas. El inepto que pierde el cargo resulta que tiene un colchón económico y laboral tan mullido que ni se entera de la caída.
Un director cobra más y trabaja menos: el engranaje, la profesionalidad y la responsabilidad están por abajo.
Por ejemplo, en el Instituto Cervantes hemos tenido ya un buen puñado de directores generales: responsabilidad, ninguna, porque son cargos políticos y la única aptitud que requiere la tarea es colocarse cerca de Zapatero o de Aznar para poder preguntar: “¿Qué hay de lo mío?”. Lo hagan bien o mal, cuando cae el gobierno que los colocó pasan a otro cargo y a otro…porque esta gente tan “capaz” nunca se queda en el paro.
En realidad no lo hacen ni bien ni mal en general, simplemente no lo hacen: inauguran nuevos centros, asisten a congresos, congresitos, mesillas redondas, gastan mucho dinero en sí mismos y se van como llegaron, sin haber resuelto los problemas básicos de la Institución: el enchufismo, el abismo en las condiciones laborales de unos y otros, la fosilización, la obsesión por la imagen, el descontento de los trabajadores y la falta de comunicación. Eso sí, alguno destaca, pero para mal, como el chulesco Molina al que premiaron su “gran labor” haciéndole ministro de “Curtura”; o el taciturno Juaristi -al que algunos malvados llaman Judaisti-, que tenía un problemilla con los centros ubicados en el mundo árabe a causa de su sionismo galopante, que lo mismo dedicaba su tiempo a escribir artículos antimusulmanes que olían a rancio, a Bush y al coño incorrupto de Isabel la Católica, y los firmaba con su cargo público, que colocaba a los amiguetes, como todos; que había cambiado en su vida de ideología más veces que un servidor de calzoncillos, que ya es decir, que un servidor es muy limpio.
Responsabilidad ninguna: su labor no es importante, no se han ganado el puesto en un concurso público ni han demostrado ninguna capacitación especial; han trabajado con dinero público en una empresa pública y han pasado sin pena ni gloria. Ni responsabilidad. Cualquier persona con una inteligencia media podría ocupar ese cargo; no podemos decir lo mismo para el de mecánico de automóviles, que requiere unos conocimientos especializados y que tiene mucha mayor responsabilidad ante su jefe y ante la vida de sus clientes. Y sin embargo gana mucho menos que el otro. Ése es el problema y así debería arreglarse esta crisis.
Pero no, lo que hace este gobierno de inútiles privilegiados es bajar los sueldos de los empleados públicos, porque eso de “los derechos adquiridos” ya no existe; congelar las jubilaciones como si fueran un regalo que se hace graciosamente.
Hay 3 tipos de jubilaciones: las de los trabajadores que han estado pagando durante toda su vida laboral; la de sus viudas y personas que no han cotizado nunca pero que, por justicia social, es normal que la sociedad se encargue de posibilitarles unas condiciones dignas en su vejez. Y las pensiones robadas, que son las más altas, precisamente. Ese cuento de pensiones vitalicias para políticos y altos cargos. Ésas hay que eliminarlas porque son un insulto a quien ha cotizado 35 años para cobrar 900 euros.
Sí, es verdad que los políticos se han bajado el sueldo y algunos de su múltiples “complementos”. Pero no han tocado ninguno de sus absurdos privilegios, como, por no citar más que uno entre decenas, los coches de función, es decir, coches pagados por todos para que estos señoritos se vayan al trabajo o de excursión, como si su trabajo fuera más importante que el de los demás, o como si no pudieran ir en metro.
Además no es lo mismo el 5% de 1.200 euros que el 10% de 5.000: el primero va a cobrar ahora 1.140 y el sufrido politiquillo 4.500. Tuve un director que nos contaba que su sueldo base eran 1.000 euros; los otros diez mil eran complementos de desplazamiento, peligrosidad (sic), variación de las divisas, etc.

Tenemos un sindicato en el Instituto Cervantes, CCOO: como hacer, no hace mucho; las irregularidades, los chanchullos, los abusos, se cometen delante de sus narices. Entonces se indignan un poco y lo publican en una revistilla interna que para mi gusto es demasiado rígida para envolver el bocadillo. En el nivel nacional es lo mismo: se les baja el sueldo a los funcionarios –sus protegidos, los únicos por los que se mueven-, se empeora el nivel de vida de jubilados, clase media y clase baja, y todo por decreto; y los sindicatos se están pensando a ver si hacen una huelga general…si eso; se les ve desganados, aburguesados, les cuesta levantar el puño, con lo tranquilos que estaban, con sus liberados, sus congresos, sus ruedas de prensa, sus culos bien asentados, su blablablá del lorito y su corrección política de “compañeras y compañeros”… Y ahora una huelga, joder, eso son palabras mayores.

Pues sí, una huelga general, compañeros, una que haga caer al gobierno, a ver si el próximo empieza a reducir sus privilegios de casta en lugar de los derechos de los trabajadores, ésos que dicen defender los sindicatos.
Pero, ¿qué huelga van a hacer estos compañeretes si también ellos reciben dinero público de los gobiernos? ¿Cómo va a luchar UGT contra su propio partido en el poder, el PSOE?
Los privilegiados no van a eliminar sus privilegios espontáneamente; es humano ser rata: si yo pudiera poner mi sueldo os aseguro que me asignaría uno muy alto; y además, complementos, dietas, viajes, gasolina, coches, billetes de avión, etc. Y viajaría mucho por la patilla y en primera o en avión privado. Y a mi hermano le daría un cargo de lo más vistoso, ya sabéis, de ésos de muuucha “responsabilidad”.
El sistema tampoco va a eliminar los privilegios; sólo el miedo de los dirigentes a perder esos privilegios podrá hacerlo. Pero los privilegiados sindicatos no van a mojarse porque están muy cómodos en ese sistema.
Pero al menos hay que denunciar que si existe esa crisis no es por los sueldos de los funcionarios ni de las clases medias, no es por las pensiones, no es por el gasto social, no es por los servicios públicos.
Es por Estados Unidos, es por los especuladores, por los banqueros, por toda esa gentuza disfrazada de señores repeinados con corbata; y es por el despilfarro del dinero público en prebendas sin ninguna utilidad ni interés público y que además atentan contra la más mínima decencia y la igualdad social y humana.
Unos ejemplos de los millones que se producen en España: El Instituto Cervantes de Chicago americano organiza un congreso/simposio, unas jornadas llamadas “Pensar en español”, en colaboración con el Ministerio de Cultura, etc.
Este seminario trata de lo siguiente, y no es broma: “Responder a los desafíos de la lengua (sic) y buscar estrategias comunes en el campo de la industria, la comunicación y las nuevas tecnologías de la información. Todo ello en el marco de unas jornadas de discusión que integren a la comunidad iberoamericana para plantear los puntos de conflicto y encuentro del idioma y lograr reivindicarlo como forma de conocimiento global”.
¿Un poquito abstracto? Os lo traduzco: el objetivo es reunirse un montonazo de gente con todos los gastos pagados –con dinero público- para hacer unas cuantas mesas redondas y conferencias de escaso interés, darse muchas palmaditas y hacerse algunas fotos, entablar contactos que puedan ser útiles en el futuro, y, de paso, conocer un poquillo el mítico Chicago.
Es decir, algo escandaloso y más en un periodo de crisis, y más cuando a la gente se le bajan los salarios.
Responder a los desafíos de la lengua se puede hacer por correo electrónico, carta, ensayo, articulo periodístico, etc.
Los participantes son 20, ni más ni menos: profesores, periodistas, directores, escritores, lingüistas…sin contar a los representantes, altos cargos y políticos que aparecerán de España, México y EEUU.
¿Os imagináis lo que cuestan estos billetes de avión, ida y vuelta, de Madrid a Chicago?
¿Y los alojamientos en hoteles de lujo y habitación individual? Algunos hasta se llevan a la pareja o acompañantes. ¿Y las cenas, los traslados, el material, las llamadas de teléfono, las dietas, los taxis? Todo a nuestra cuenta, caballeros.
Cuántas pensiones se pagarían con lo que se ahorraría de esa pantomima.
Es sólo un ejemplo, una gota en un océano de vividores a costa del pueblo. Es la razón del déficit y es lo que habría que eliminar radicalmente.

¿Por qué los Embajadores de España y otros personajes de embajadas, además del sueldo astronómico, “dietas y complementos”, pagan menos impuestos que los demás y viven en palacios con servicio, coches, chófer…que no pagan? Que vivan en un piso, en el que quieran, mientras lo paguen. Que sus sueldos se reduzcan hasta alcanzar el valor de su trabajo, que es un trabajo normal con un sueldo y unas condiciones anormales.
¿Por qué hay españoles que cobran 5, 6, 7 mil euros mensuales por hacer informes para la ONU y gozan de estatus diplomático, coche, protección, etc, etc, cuando ése no es un sueldo adaptado ni al nivel de España ni al interés de su trabajo ni al beneficio obtenido de él.
¿Por qué se financian con dinero público negocios privados como las películas de cine?
¿Por qué los políticos, familias reales, alto funcionariado y hasta empresarios privados viajan constantemente a lugares donde no es imprescindible su presencia?
¿Por qué tú te pagas el transporte y Zapatero no?
¿Hay alguna diferencia en una democracia entre tú y él, entre tu trabajo y el suyo?

La lista es casi infinita, para qué continuar.
Y todavía hay que seguir oyendo que “hay que votar porque si no votas no te quejes después”.
Me quejo de que al votar se elige entre unos representantes u otros de una misma clase, la casta de los que viven de puta madre a costa de tu trabajo y que cuando hay problemas te bajan al sueldo para seguir viviendo ellos de puta madre.

Me sorprendería mucho que CCOO y UGT tuvieran el valor de organizar una huelga total para que esto cambiara un poco.

No pasa nada: a todo nos acostumbramos, y además ya llega el Mundial, que es lo que importa.

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