04 junio 2010

Perros rabiosos, perros ladradores y perros chupacoños.

Lo de siempre: Israel comete un crimen más.
Algunos se escandalizan porque “esta vez” se trata de un convoy humanitario, con europeos incluidos, con españoles incluidos, en aguas internacionales, utilizando una “fuerza desproporcionada”…vamos, intolerable.
Se escandalizan porque no se acuerdan de las innumerables veces que Israel ha asesinado civiles, ha atacado premeditadamente convoyes humanitarios, ambulancias, periodistas, instalaciones de la ONU. Se escandalizan como si fuera la primera vez que Israel se pasa por sus pretenciosas partes el derecho internacional, la justicia, la humanidad, la ética, la democracia y, sobre todo, la dignidad de la que carecen, que no hay que confundir la chulería con la dignidad, ni hacerse el digno con ser digno, ni la impunidad con la justicia, ni las mentiras con la razón.
Desgraciadamente, son así.
El problema es que el mundo les deje ser así, que los gobiernos apoyen sus crímenes, que lo consideren un país democrático, que sea miembro de una ONU a la que nunca ha respetado, que se les financie económicamente, que se les dé un barniz de estado “normal”, que se les permita seguir con un régimen de apartheid, racista y violento; y que además se busquen excusas a su barbarie y justificaciones a lo injustificable. Que, por ellos, se llegue a confundir ni más ni menos la agresión con el derecho a defenderse.
Veamos los hechos y la reacción de cada parte inplicada en el crimen israelí de esta semana (o más bien, en uno de los crímenes de esta semana porque ayer mataron a 9 palestinos y a todo el mundo le ha dado igual). Se trata de una película de horror y los personajes son los de siempre. Lo que ha pasado es muy claro: unidades especiales del ejército sionista interceptan una flota de barcos cargada de víveres y medicamentos destinados a Gaza, donde más de un millón y medio de personas viven en un gueto, hacinadas, encerradas, sometidas a bloqueo y embargo. En uno de los barcos se produce una lucha, un poco desigual, entre miembros de las delegaciones, que son civiles que recurren a palos o barras, y militares israelíes armados.
Las circunstancias son éstas: se trata de un ataque en aguas internacionales contra barcos civiles y en misión humanitaria además (a este delito se le conoce con el nombre de piratería).
Los barcos se dirigen a Gaza, no a Israel, puesto que Palestina es otro estado según dijo la ONU y sabemos todos, aunque esté ocupado, invadido, colonizado y bloqueado ilegalmente (Resolución 1860 de la ONU de enero de 2008, que exige la libre distribución de víveres, combustible y medicamentos en Gaza).
El ejército israelí mata a balazos a 9 -según ellos- civiles, en un acto que en español se llama asesinato.
Se hace con el control de la flotilla en esas mismas aguas internacionales y la lleva por la fuerza a Israel. A este acto se le denomina secuestro, y si no que lo diga el diccionario (Secuestrar: “tomar por las armas el mando de un vehículo, avión, barco, etc, reteniendo a la tripulación y pasaje”).
Encarcela a 480 personas en Israel, lo que también tiene el nombre de secuestro(“Retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate o para otros fines”).
Lo que les exige a estas personas es que firmen su “deportación”. Si fueran palestinos se estarían pudriendo en la cárcel.
Una pregunta estúpida: ¿Cómo se puede “deportar” de un país a alguien a quien se le ha obligado a entrar en ese país por la fuerza?

Vayamos ahora a los personajes de este engendro de película, de esta enésima parte de Rambo:
1. El protagonista, Israel, un mal actor especializado en películas de horror: primero ataca, agrede, mata; después miente: sólo se ha defendido –aunque se ha ido hasta las aguas internacionales para defenderse y ha matado a muchas personas para defenderse-; los que iban en el barco no eran una fuerza humanitaria sino unos terroristas armados que utilizaron la fuerza brutal –aunque entre ellos había un premio nobel de la paz, miembros de ONGs, pacifistas de multitud de países…y las armas que tenían eran canicas, palos, algún cuchillo…, o sea, lo que Bush llamaría “armas de destrucción masiva”.
Israel me recuerda al negro del chiste, aunque con menos gracia: llega un hombre a su casa y encuentra la puerta rota, sangre por todas partes y, al final, a los miembros de su familia masacrados y repartidos por las distintas habitaciones. En lo alto de la escalera aparece un negro gigante ensangrentado y con un hacha en la mano. Loco de ira, el hombre se abalanza sobre el asesino y empieza a darle golpes. Entonces el negro, llorando, le dice “Buaaaa, me pega porque soy negro”.

2. El juez, Estados Unidos: pensábamos que con Obama las cosas iban a cambiar en lo esencial pero sólo han cambiado en lo externo: ahora critican un poco las barbaridades de Israel pero le permiten que siga haciéndolas, y, al mismo tiempo, impiden que el resto del mundo se atreva a hacer algo. No es creíble que un país como Israel desobedezca de esa manera a su protector, al que lo financia económica y militarmente, al que le da carta blanca, al que le provee de una legalidad internacional, al que veta en la ONU todos los intentos de condenar su brutal política.
Estados Unidos se ha opuesto, de boquilla claro, a la construcción de nuevas viviendas para los colonos en los barrios árabes de Jerusalén, y ahora critica el ataque a la flotilla.
¿Van a hacer algo más? Me temo que no. Dicen que el lobby judío controla la política y los medios de comunicación estadounidenses. Estados Unidos es el único país con capacidad para establecer una paz justa en Palestina, pero es un juez parcial, lo que le quita toda legitimidad.

3. El resto de los personajes no son actores de carne y hueso, son marionetas:
-La ONU ha dicho que hay que ver, que esto no está bien, que hay que investigar lo que ha pasado. No ha condenado mucho porque Estados Unidos ha presionado para que el texto no ofenda al susceptible Israel. Ha hecho una condenilla con la boca pequeña que sólo ha servido para comprobar una vez más su falta de imparcialidad y de independencia y su incapacidad para hacer aplicar sus propias resoluciones.

-La marioneta Europa: tiene forma de papagayo neutral, repite las palabras de Estados Unidos pero un poquito más fuerte. Ha expresado “su más enérgica condena”, que es la frase preferida de los impotentes que quieren quedar bien. Ha exigido la repatriación de sus ciudadanos, pero nunca ha hablado de secuestro ni mucho menos ha amenazado con tomar medidas claras. No van a hacer nada más, igual que no hicieron nada cuando los matones del Mosad fueron al Golfo a hacer su sucio trabajo con pasaportes europeos.

-La marioneta España: es muy triste ver a Zapatero expresando “enérgicas condenas” mientras su patético ministro Moratinos no es capaz de defender a los 3 españoles de la flotilla. Han secuestrado a 3 de nuestros ciudadanos y todo lo que hace Moratinos es “intentar convencerles de que accedan a firmar la deportación, a fin de que puedan ser repatriados”. No va a hacer nada más pero ya es bastante para saber que, ante un secuestro de estado y si no pertenecemos a la Embajada, nuestro país va a poner por delante sus intereses políticos a la defensa de sus ciudadanos en el extranjero.

-El mundo árabe y musulmán: está dividido en 2: los que se oponen a Israel están en la lista estadounidense de los malos (Siria, Irán…); los otros, marionetas vendidas (Jordania, Egipto, todo el Golfo) se callan. Especialmente indigna es la actitud de Egipto que cierra su frontera con Palestina, colaborando así con el bloqueo ilegal de Israel y siendo cómplice de la dramática situación en el gueto. Ahora la han abierto un poco para evitar críticas.

-Palestina, igualmente dividida entre los “terroristas malos”, Hamas, con los que no hay ni que hablar, y los “moderados” del Fatah, vendidos asimismo a Estados Unidos, y que no han tenido ni la decencia de cortar las negociaciones con Israel. Corruptos, ineptos, agarrados a su ilusorio poder y a la promesa de controlar el trozo de Palestina que les van a dejar un día.

Pero en esta película hay 2 personajes inesperados que quizás puedan cambiar el previsible desenlace hollywoodense:
-Turquía: marioneta de Estados Unidos y por tanto aliado a Israel: deseoso de hacer méritos para entrar en la Unión Europea. Ha tenido un ataque de orgullo y son los únicos que están hablando claro y diciendo al mundo lo que realmente ha sucedido. No van a pasar de ahí, no van a cortar sus relaciones con Israel pero lo que hacen ahora es importante para salir de esta lógica absurda de impunidad mundial para Israel.

-La gente: es la única esperanza.
Los gobiernos, hipócritas e interesados, no van a liberar Palestina, no van a obligar a Israel a respetar los derechos humanos y la legalidad internacional; cada crimen de Israel que dejan pasar es una prueba de ello.
Israel no va a cambiar su actitud; al contrario, esa impunidad que se les da les hace crecer en su soberbia. No parecen ser conscientes de que sin Estados Unidos no son nada. No se sienten obligados , por tanto, a actuar como cualquier país democrático; y, desgraciadamente, ni la ONU ni los países poderosos les van a hacer cambiar. Israel es un país artificial, un polvorín, pero no, como pretenden en su hipócrita victimismo, porque esté rodeado de enemigos que pretenden aniquilarlo; es un polvorín interior porque no respeta ni a los palestinos, ni a nadie, porque su moral está degenerada.

Ojalá muchos barcos lleguen a Gaza para ayudar al millón y medio de presos de esa cárcel, que rompan ese bloqueo ilegal e inhumano, que demuestren a sus gobiernos que están hartos de que apoyen la injusticia en su nombre; que hagan ver a los israelíes que el respeto del mundo no se gana con la protección de Estados Unidos, ni con la fuerza, ni por un pasado lleno de sufrimientos. Y que ellos están muy lejos, lejísimos, de merecer ese respeto.
Ojalá la gente abra los ojos y cuando vaya al supermercado se niegue a comprar un kiwi israelí, simplemente para no participar en la opresión y porque ese kiwi está manchado de sangre.

3 comentarios:

Sergio Marin dijo...

Una cosa es que parte del gobierno israelí sea tan sádico. Otra muy distinta es que todos los israelís sean así. Que no lo son.

Hay gente buena y gente mala en todas partes. Y todo, todo, se debe coger con cariño.
Ni todos los árabes son víctimas, ni todos los judíos son unos verdugos sádicos. Ni todos los israelíes son malos, ni todos los palestinos buenos.
Ni todos los israelíes luchan, ni todos los palestinos tampoco.

Es decir... una parte del gobierno israelí se pasa por el forro cuatro principios básicos... y la opinión pública israelí se lanza encima de ellos. Pero eso no se comenta en ninguna parte.
Para más referencias, léete algún artículo de Haaretz de la última semana. Creo que no hace falta que te explique qué es Haaretz.
Entre otros, califican de "idiotas" a los ministros que decidieron atacar, y la otra mitad de ministros muestra su descontento y su indignación por no haber podido votar (en contra, por supuesto) del ataque.

Tampoco en la flotilla eran todos carmelitas descalzas. Los barcos, si bien aún no habían entrado, tenían que entrar en aguas israelís, aguas que controla Israel. Entre los barcos, además de muchísima ayuda humanitaria (no te lo discuto), también había armas. Pocas, pero las había. Y por eso el gobierno israelí había ofrecido canalizar la ayuda a través de Ashdod. De acuerdo que es una restricción al movimiento, pero dada la situación, eso es mejor que nada.

Hacer boicot a Israel por este tema es como hacer boicot a los productos catalanes porque son catalanes, en el resto de España. Es una gilipollez, y duele, y afecta a millones de personas que poco tienen que ver.

El conflicto árabe-israelí, como todos, es algo que se lucha desde algunos frentes de arriba. El pueblo llano (tanto de un lado como de otro) es el afectado, siempre.

Lo importante es la paz, la convivencia, y la hermandad. Y la reconciliación.
Israel no tiene razón... pero Palestina tampoco.
Se suele hablar del apoyo de EEUU a Israel, apoyo cada vez menor, por cierto. Sin embargo, no se habla del apoyo de los saudíes y los iraníes (entre otros) a Hamás.
Porque eso no es populista, ya no vende.
Tengo demostrado que la información se manipula demasiado, y a veces, sólo a veces, un poco de empatía por parte de todos puede ayudar.

Te recomiendo que leas la historia del señor Daniel Barenboim. Te gustará.

Me siento hermanado con el pueblo hebreo, y de hecho sangre hebrea corre por mis venas. Me siento hermanado con el pueblo árabe, y de hecho sangre árabe corre por mis venas.
Yo soy pro-Israel, pro-Palestina, pro-PAZ. Abogo por una solución de dos estados (o de un estado mitad-judío y mitad-árabe como lo que funciona más o menos bien en Líbano con musulmanes, maronitas y católicos, si no recuerdo mal son estos tres). Ni abogo por la expulsión de los judíos, ni por la expulsión de los árabes. Todos están en su tierra, y todos tienen derecho a vivir en ella.

Sólo eso, que tengas claro que ni todo es blanco ni todo es negro. Nunca.

Saludos.

amigo_de_libano dijo...

Querido Sergio,yo nunca he dicho que todos los israelíes sean unos cabrones, es evidente que no, que hay de todo como en botica y como en todos los países. Dicho esto también es cierto que Israel se considera a sí mismo un país democrático y su gobierno ha sido elegido en elecciones, lo que precisamente significa que una gran parte de la población israelí apoya a Netanhayu, a Lieberman o incluso a gente aún más radical y racista que éstos 2, que ya es decir. Actualmente en Israel son una minoría los que están a favor de hacer la paz con Israel, y son escasísimos los que reconocen y critican las barbaridades cometidas por el estado; se les considera traidores y tienen muchos problemas en ese país tan democrático, supongo que los sabes, Sergio. Sí, conozco a Barenboim, un hombre admirable que también tiene muchísimos problemas en su propio país.¿Has visto las imágenes en las que se le otorgó un premio en Israel y Lipi Litni al entregárselo empezó diciendo que no estaba de acuerdo con que se le orotgara un premio a un traidor que se atrevía a criticar a su propio país? Son muy instructivas y el maestro agradece el premio leyendo la Carta Magna del estado de Israel en la que se dice que ninguna persona será discriminada en razón de su raza y religión. Barenboim pide a Israel que reconsidere su identidad sionista, es decir, racista.Son casos muy importantes pero desgraciadamente muy escasos entre los judíos de Israel y también de EEUU, Francia, España, etc. Como él grupo de judíos ultraortodoxos que considera que Israel es un sacrilegio en sí mismo puesto que la tierra prometida la alcanzarán los judíos tras la vuelta del Mesias y no antes.
O el caso también importante de Chomsky, al que las autoridades isarelíes le han negado la entrada a Cisjordania para dar una conferencia en una universidad palestina. Todos ellos nos demuestran que se puede ser judío, se puede ser israelí y no por eso justificar lo injustificable. Ojalá hubiera muchos más, porque cuando veo que después de lo que hace Israel aún hay gente dispuesta a manifestarse a su favor, lo único que siento es pena.
la misma pena que siento por los 4 palestinos que hoy ha matado una patrulla naval israelí.
Por otro lado si en la flotilla eran todos la Madre Teresa de Calcuta o no, eso no es, creo, lo significativo: habría de todo, como tú dices, como en Israel, pero el hecho es que estaban en misión humanitaria, que fueron atacados y asesinados en aguas internacionales y que Israel no tiene ningún derecho, ninguno, a controlar Gaza.
Sí estoy a favor de un boicot a Israel, como el que se hizo a la Sudáfrica del Apartheid, como el que debería hacerse a todos los países que no cumplen las resoluciones de la ONU, que utilizan armas prohibidas, y que se saltan el derecho internacional, o que matan civiles o invaden países o recurren al terrorismo de estado y a los castigos colectivos a la población civil. Cuando Israel permita que Palestina sea un país libre, en igualdad de condiciones, y lo indemnice, entonces y sólo entonces podrá exigir un respeto que ahora no es respeto sino miedo.

Termino diciendo que ese estado medio-judio, medio-árabe que propones, sería un sueño para los palestinos y para todos los que creemos en la paz, pero pregúntale a Netanhayu que piensa de ello. Si quieres lee los artículos que escribí sobre los candidatos a las elecciones israelíes para comprender el radicalismo del estado sionista y la poca esperanza de una paz justa que dejan al mundo.

"Pueblo hebreo" no creo que exista, eso es mezclar razas, religiones, nacionalidades e ideologías. Pero, si aceptamos tu terminología, te diré que yo también tengo sangre hebrea y árabe, o más bien, que entre mis antepasados, españoles, seguro que hubo algunos musulmanes y otros judíos, que quizá fueron obligados a convertirse al catolicismo...es decir, como la mayoría de los españoles. Me parece bien, pero no por eso voy a justificar el terrorismo del estado democrático de Israel.
Un saludo Sergio y gracias por tu comentario.

Sergio Marin dijo...

Tienes bastante razón en la mayoría de cosas que comentas, excepto en una. El apoyo a los idiotas de Netanyahu y Lieberman.
Los resultados de las elecciones los puedes ver aquí.
Aunque Tzipi Livni ha tenido sus deslices (como el que comentas con Barenboim, por ejemplo, que desconocía), normalmente se mantienen pro-dos estados, la visión oficial de su partido, la Kadima. A mí es uno de los partidos que más me convence, la verdad. Puedes leerlo aquí.
Igualmente, ya te comenté que una cosa son Netanyahu y Lieberman y otra es el resto del gobierno de Israel. Lo enlazo aquí.

Pueblo hebreo... yo no sé si existe, pero yo me siento hebreo, la verdad.
No estoy bautizado, ya que dos religiones conviven en mi familia cercana, y así se evitan los problemas. Pero yo me siento bastante judío, y de hecho, no descarto el convertirme algún día.

Un boicot a Israel sólo dificultaría las cosas.
Al fin y al cabo, FW de Clerk ya subió al poder con la intención de liberar a Mandela, y fueron principalmente de Clerk y Mandela los que solucionaron el conflicto, no los extranjeros con su boicot.

Saludos.