22 abril 2014

Serie: La sangre se te vuelve azul de no hacer nada. 1. Introducción.

Nunca me pierdo los artículos dedicados a ensalzar como sea a los nobles: me los leo de pe (de petardos) a pa (de payasos); son ridículos, están mal escritos, pero me hacen mucho de reír. La verdad es que la labor de los "periodistas" encargados de pergeñarlos es difícil: ¿qué vas a contar de alguien  que no hace nada?¿Qué puedes decir de interesante de alguien que carece del más mínimo interés? No les queda más remedio que hablar de la "elegancia" de estos horteras pretenciosos; si van en coche les alaban su "saber estar", si andan 10 metros resulta que "se mezclan con el pueblo, como un ciudadano más"; si leen un discurso que ni siquiera han escrito, los periodistas les encuentran "análisis justos y moderados" entre una serie de frases hechas y tópicos vacíos. Si se ponen 2 veces la misma chaqueta -con un intervalo de 6 años- significa que son "conscientes de la crisis" y lo que quieren es dar ejemplo. Si se emborrachan en una fiesta lo achacan a que son campechanos...con una cura de desintoxicación se arregla. Cualquier imbecilidad vale con tal de intentar dar brillo a estos personajillos obscuros. Mistificación, grandeza y simpatía de una meada. Cuando levantan un vaso se dice que lo han hecho "personalmente".
Si el pueblo admira a esta banda de desocupados quizá es que no hay esperanza para el ser humano.

1 comentario:

david xavier dijo...

Pues no, no la hay...