24 abril 2011

El malvado facineroso Abascal.

El Hotel Sheraton de Montevideo podría tener que pagar una multa de 11 mil dólares por culpa del cantante Joaquín Sabina.
¿Y qué barbaridad hizo Sabina en el hotel? ¿Acaso organizó en su habitación una orgía con drogas de diseño? ¿Se masturbó delante de alguna condesa?¿Aseguró que pensaba acabar con todo el gobierno uruguayo?
No, algo mucho peor, casi no me atrevo a decirlo: se fumó un cigarrillo durante una rueda de prensa.
Y resulta que Uruguay es un país civilizado que prohibe y sanciona el tabaco en los lugares públicos (aunque hay que tener mucha imaginación para considerar la sala de conferencias de un hotel Sheraton como un "lugar público").
También la Siria de Bashar el Assad, por cierto, ha prohibido el tabaco y el narguile en los cafés (es que el jefe estudió en London, ya se sabe).

Volviendo a Montevideo, el artículo es dramático: "Sabina encendió el cigarrillo antes de que nadie puediera impedirlo" (como si dijera que activó su cinturón de explosivos antes de que nadie puediera evitarlo).
"Los periodistas uruguayos alertaron al músico de que estaba quebrantando la legislación uruguaya" (como si hubiera entrado al país con 2 kilos de heroína escondidos en la guitarra).
"El Ministerio de Salud Pública anunció que está buscando todo el material gráfico sobre la conferencia de prensa" (cual si se tratara de la investigación de un crimen horrendo).
Yo creo que sí, que el Sheraton debe pagar, por permitir la entrada a tipos de vida disipada e inmoral como Sabina.

Pero lo más grave de todo este turbio asunto es que el Director del Programa Nacional (uruguayo) de Control de Tabaco se llama ¡¡¡Winston Abascal!!!
Lo juro.
Este peligroso delincuente (o sus progenitores) sí que debería pagar por aleccionar a la juventud uruguaya al consumo del tabaco estadounidense.
¡Cómo se atreve! Si al menos se llamara Ducados Abascal... o Zapatero Abascal...

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