08 octubre 2010

Con el respeto debido.

Desde los años 70 y aquello de "el hijo del obrero a la universidad", España ha avanzado muchísimo hacia el igualitarismo imprescindible en toda democracia mínimamente creíble.
Efectivamente, el hijo del obrero puede ir a la universidad; aunque es mucho más difícil que llegue a ser, por ejemplo, embajador, que la permeabilidad entre clases sociales aún deja mucho que desear y los embajadores todavía siguen siendo hijos de embajadores o similares, y el que nace rico, salvo rarísimas excepciones, vive rico y muere rico y no tiene ni idea de lo que es la pobreza, ni el paro, ni siquiera la lucha por encontrar un trabajo, puesto que los trabajos le llueven del cielo al muchacho (o a la muchacha).
Para mí, uno de los mayores logros por la igualdad en España es la pérdida continua del "usted" frente al "tú". A mucha gente le parece fatal, pero resulta que en libertad y democracia todos somos tú. O todos usted. En España el "usted" se reserva cada vez más a las personas mayores y me parece bien que se respete al anciano. Pero que alguien sea "usted" por su puesto laboral, su nacimiento o su dinero, es intolerable. Y el mayor lujo del humilde es decirle "tú" al poderoso, lo cual no es mucho lujo pero al menos le recuerda al primero que todos somos iguales y al segundo que el respeto se gana y no viene dado por circunstancias que a menudo le han sido regaladas.
No es bastante que nos iguale la muerte, como decía Manrique, hay que intentar que nos iguale la vida; y bastantes privilegios tienen algunos como para encima premiarles con un "usted" que no hace más que santificar esos privilegios.
Si aceptáramos que el de arriba es el sabio, el bueno o el merecedor, no habría inconveniente en llamarle "usted". Pero no es el caso y, sinceramente, no tengo ganas de marcar más diferencias que las que ya establece la vida, la sociedad, el trabajo, el dinero y el nacimiento.
Ya hace generaciones que nadie le llama "usted" a los padres, a los que sí deberíamos estar agradecidos y respetar; así que mucho menos se justifica llamarle "usted" a un jefe, a un político, a un rico.
Sin embargo, quedan en nuestra sociedad usos, costumbres y privilegios que, no sólo son anacrónicos, sino que revuelven el estómago y oxidan la igualdad de las personas. Son costumbres que, a mi entender, no tienen cabida en una democracia y que cuanto antes desaparezcan mejor para la mayoría (y peor para los privilegiados, lo cual es excelente).
Creo que el primer paso para eliminarlos es darse cuenta de lo injustos y de lo ridículos que resultan a estas alturas.
Hagamos un repaso de los casos más escandalosos, que afectan generalmente a 2 grupos: los "nobles" o cuentistas hereditarios; y los políticos o cuentistas medradores.
1. Leo que la reina de Inglaterra recibe anualmente 46 millones de euros "para pagar al personal a su servicio y los palacios que ocupa". No sé si la familia real española está igualmente mantenida con nuestro dinero. No sé, pero me temo que sí. El propio concepto de "Monarquía" es absurdo: alguien que es "Rey" de manera hereditaria, que nace príncipe, que vive en palacios, que es jefe de los ejércitos, independientemente de su capacidad y méritos... Y así durante siglos, generación tras generación. Qué coño pinta un rey en una democracia. Más absurdo aún es tener privilegios por ser, no rey, sino esposa, hijo, tío, primo o cuñao de rey.
Si se trata de un símbolo, podríamos encontrar otro más barato y que hiriera menos la sensibilidad del ciudadano humilde que ve en la tele a esta banda jugando al polo, viajando a todas partes de gratis, en un yate...; por ejemplo, propongo al pulpo ése que acertaba los partidos de España. Lo mínimo que puede hacer un pijo es pagarse él sus tonterías.
Y otro tanto ocurre con los "nobles": actualmente la palabra tiene 2 acepciones contrapuestas:
a) "Preclaro, ilustre, generoso".
b) "Dícese de la persona que por su ilustre nacimiento o por concesión del soberano posee algún título del reino, y por extensión, de sus parientes".
Cómo es la lengua de curiosa: la misma palabra designa a una persona de buen corazón, y a un cantamañanas (y a todos sus parientes) cuyo principal mérito es ser tataranieto de un señor feudal o jefe de clan. Así, la señora ésta patética que sale en biquini en los programas del corazón, la duquesa de Alba, resulta que acumula cienes y cienes de títulos de nobleza pero no sé si es una persona noble. Me da igual que la reina de Inglaterra tenga que inclinarse ante ella; por mí como si se revuelcan ambas por el suelo. Pero a estas alturas de la evolución social todos los títulos de estas horteras no tienen ningún valor humano, como mucho histórico.
¿Y qué decir de los apellidos compuestos, con tanto guión, tanta "y" y tanta "de"?
Al parecer hay gente que considera que la extensión de su apellido está en consonancia con la de su polla, o que a más guión más mérito. Pero cada vez que veo a un Pérez-Acevedo, por un decir, no puedo evitar pensar en un ridículo señor Pérez que, avergonzado de su plebeya denominación, se inventó un guioncito creyendo que aumentando la tontería aumentaba su prestigio.
Por último, hasta hace 30 ó 35 años las cartas oficiales de petición terminaban con esta joya literaria: "Es gracia que espera de su recto proceder. Que Dios guarde a V.E. muchos años".
Dios mío, sólo faltaba firmar: "el gusano".
Ahora nos reímos pero en una época fue obligatorio.
¿Por qué no nos reímos entonces de que el obsoleto monarca sea "Su Majestad" y su hijo "Su Alteza"? ¿Y de que haya tanto diplomático, funcionario, político que se precie de "Ilustrísimo Sr.". "Excelentísimo Sr." y otras lindezas?
De los embajadores que he conocido había alguno simpático, alguno campechano, uno incluso hacía su trabajo con eficacia y sin pretenciosidad... ¡Pero de ahí a la hipérbole! Excelentísimo no he conocido a ninguno. Diría incluso que es una construcción que atenta contra las reglas del español tanto como contra la realidad de la Diplomacia, puesto que los superlativos no admiten otro superlativo ("muy maravilloso"). Así que si escribimos a estos personajes bastará con un "sr.", por ser formal, o "estimado sr." si pedimos algo.

2. Los políticos: Existe toda una serie de privilegios que no tienen más justificación que el hecho de que el que está en el poder se los ha autoconcedido. Son prebendas que no justifican sus cargos, ni sus méritos ni sus circunstancias. En la utopía democrática el político es un servidor del pueblo; en la realidad es otro rey.
Ya hemos hablado en alguna ocasión del agravio comparativo que supone que un político o un alto cargo de la administración goce de cochazos que no paga. Estamos en crisis y lo lógico es que un servidor público utilice el transporte público, como ejemplo de austeridad, de ecología y de sensibilidad; si no tienen ninguna de estas 3 cosas, entonces que se compren un coche con su dinero.
Esta gente en muchas ocasiones va acompañada de guardaespaldas, -a los que tampoco pagan ellos-, aunque en la mayoría de los casos su vida no corra peligro ni nadie los amenace; que no es lo mismo ser concejal del PP en el País Vasco que burócrata de la Unión Europea.
Cuando se trasladan se corta el tráfico, como si algo impidieran que estos ciudadanos mimados pudieran esperar como cualquier otro ciudadano.
Entran a todos los sitios gratis y además se les reserva el mejor sitio. Recuerdo la final europea de baloncesto en Madrid: 4 horas al sol para comprar la entrada; 60 euros para ver el partido desde arriba, donde apenas se distinguían las caras de los jugadores; y todo con el agravante de ver llegar a última hora a cientos de sinvergüenzas que entraban gratis al mejor sitio a pie de campo...Aznar, la familia real, todos los políticos madrileños, sus cuñaos, empresarios, primos y famosetes. Yo pensaba que todos tenían más dinero que yo; también pensaba que el hecho de que Aznar estuviera allí o no, no aportaba absolutamente nada; y sobre todo pensaba que aquella imagen de poderosos ostentosos entrando por la cara debería corresponder a una república bananera o a una dictadura del tercer mundo.
En el festival de Cine Europeo de Beirut las mejores filas están reservadas a las embajadas; parece que no pueden permitirse el pagar 2 euros. Pero lo más triste es ver precisamente esas filas vacías, por falta de inquietudes y porque el acostumbrado al privilegio ya no aprecia el privilegio ni la miel.
En la mayoría de las profesiones hay obligación de jubilación al llegar a cierta edad pero los políticos pueden seguir ejerciendo indefinidamente, a imagen del carcamal democrático-franquista Fraga. Al contrario, para cobrar la pensión hay que cotizar durante un número impresionante de años, mientras que un diputado "trabaja" 4 años y recibe una pensión vitalicia (que sin embargo no le impide seguir "trabajando").
Dice el mito que "todos somos iguales ante la ley", pero la realidad nos muestra que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que que un político español vaya a la cárcel.
Por no hablar de la indigna "Inmunidad" para jefes de estado y otros pájaros.
¿En qué se basa el concepto de los "privilegios diplomáticos"? ¿En que estos señores representan a su país? Como todo el mundo. ¿En que se "sacrifican" saliendo de su país? Ja.
¿En qué su trabajo es difícil o complicado? Ja Ja ¿Es por la seguridad del país? Ja Ja Ja.
La administración pública está plagada, invadida, infectada, corroída, de personas puestas a dedo, cargos de confianza, asesores, es decir, amiguetes a los que no se les exige ninguna competencia específica y sobre todo que ocupan un puesto al que no se puede tener acceso si uno no es un amiguete.
Y termino, aunque la lista es interminable por desgracia, con la ausencia de responsabilidad total y absoluta del político.
O con el injusto sistema electoral español que impide que, como dice la norma democrática más básica, cada persona valga un voto y que todos los votos valgan igual.
O con el hecho indignante y antidemocrático de que un vasco por ejemplo vote al PSOE porque aborrece la política del PP y que al día siguiente el PSOE haga un pacto con el PP.
O que otro vasco vote al PSOE porque está asqueado de la dictadura nacionalista y cuando se da la vuelta el PSOE pacte con el PNV precisamente lo que ha provocado que ese vasco esté asqueado.
O... Basta.
Pero sobre todo basta de reyes, condes, "honorables", ilustrísimos, caraduras, privilegiados. Habría que inventar en español un tratamiento inferior al "tú" para poder dirigirnos como es debido a estos padres de la patria, patricios de la pasta, batracios de sus partes, cenutrios sin casta. Basta.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

joder, cagÜendios, taaa-bien
con permiso, eh

david xavier dijo...

Solo tú te superas a tí mismo, Bwana!

Anónimo dijo...

Wey, nomás resultó que el muchacho ha salido grafómano, letraherido y con sus puntas de melancolía. La sangre extremeña te delata; esas cigüeñas de Campanario aún ensombrecen tu nevada cabeza. Debiste de vivir en alguna terraza damascena, con una filacteria escondida tras del espejo y la luz del amor proyectándose por los rincones. Si no, no se explica.

Aqaye Nacho me ha comentado sobre el blog. Un fuerte abrazo y escríbeme.

SHAKAWY (alias PB)