Los conductores aminoraban la marcha y sacaban la cabeza por las ventanillas, las mujeres con pañuelo se tapaban la boca, el de la frutería lo saludaba levantando los brazos...¡levantando los brazos! ¡Un indicio!

-"Hombre, un coco, te regalo un coco".
-"¿Cuál?"
-"Elígelo tú mismo".
Pero, cuál; todos eran iguales...no todos: éste tenía 3 ojos en lugar de 2...

Estaba perdiendo la paciencia... "¿Cómo se abre?" Cogió al frutero por las solapas, "¿cómo se abre?", y empezó a golpearle la cara con el puño, con el coco, "¿cómo se abre?".
-"¡Abu Ali!, ¿qué estás haciendo? ¿Te has vuelto loco? ¿De qué estás disfrazado?"
Antes de girarse ya había reconocido la voz de su jefe Abu Mansur el ajocharmuta, su risa estridente.
Ahí estaba, en su coche, mirándolo de arriba a abajo con ojos incrédulos y sonrisa socarrona que dejaba ver sus dientes negruzcos.
-"Te estaba buscando, Abu Ali, jeje. Falsa alarma, todo era un malentendido, el hombre de la cabeza roja no existe, jeje".
El rencor lo invadía, el odio se apoderó de él. Se le nubló la vista y su vena hizo clac.


2 comentarios:
Es geniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal.
Me ha encantado.
S
No te he dado las gracias por el cuento.
Gracias.
Q
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