15 diciembre 2011

¡La economía es fácil, amiguitos!

Muchos de vosotros tenéis la idea de que la economía es un mundo mágico y misterioso, un arcano, algo críptico cuya comprensión está al alcance sólo de unos pocos elegidos.

Nada más lejos de la realidad; se esconde, como casi todo lo falso, bajo un lenguaje engañoso, pero en sus niveles más extremos responde sólo a 2 leyes básicas: la codicia y la inmoralidad.
Si es tan fácil, me diréis, ¿cómo es posible que se estudie en las universidades?
Pues muy sencillo: lo que se estudia son los mecanismos que pueden permitir participar lo máximo posible en el expolio. Según un estudio científico de la Universidad de Wisconsin (la de Spain, no confundir con la otra), el 99% de la gente que se interesa por la economía lo hace por motivos económicos. El otro 1% no sabe/no contesta.

Algún incrédulo aún pensará: si la economía es tan fácil, ¿cómo es posible que más de 2.000 millones de personas -el 27'6% de la población mundial- viva con menos de 2 putos dólares diarios? ¿O que miles de millones de seres humanos no tengan agua potable, casa, escuela o medicinas? ¿Que la esperanza de vida para algunos sea de 45 años y para otros de 85? ¿Que mientras unos mueren -literalmente- de hambre o sed o enfermedades para las que hace un siglo se encontró remedio, otros vivan en palacios y gasten en corbatas más de lo que costaría construir una escuela?
Pues muy simple: porque el dinero es la principal religión mundial; según un estudio de la Universidad de Wisconsin-Spain (no de la otra), su número de creyentes triplica a los del Islam y el Cristianismo; además esta religión permite la duplicidad de credos o, lo que es lo mismo, se puede adorar a Dios y a las riquezas sin ningún problema, que para eso están las bulas.

La economía es tan fácil que cualquier mediocre político medrador sin conocimientos ni capacidad puede ser Ministro de Economía.

Pero, por si aún quedara alguna duda, ahí van unas amenas explicaciones intituladas "La economía es fácil, amiguitos", que harán que esta pseudociencia no tenga secretos para vosotros. ¡Y gratis! Si después de leerlas os entra el gusanillo de enriqueceros a costa de los demás, recordad que para ello hay que valer, que se necesita ser un cerdo dotado de una gran falta de escrúpulos.

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